domingo, 11 de octubre de 2015

(20) - Hola, Félix, experto copiloto.
     - Bienvenido, Sancho, querido veterano.
     - Volvamos al texto que copiaste ayer. Analicemos las palabras. Decía ese documento del siglo XVI que el arzobispo don Diego Hurtado de Mendoza “tuvo como Provisores (sustitutos en su ausencia) a varones insignes, el Doctor Sancho de Matienzo, Canónigo, y Don Fernando de la Torre, Deán”. Coméntalo, my dear. No se dan cuenta los meneses  de que has conseguido documentación para llenar con quinientas páginas nuestro libro, ni de  que me has hecho una  apabullante biografía partiendo del vacío casi total de los datos anteriores. No saben lo que se pierden.
     - Está claro, generoso padrino, que tu relieve en la catedral era de primer orden, y que el título de Doctor te daba un prestigio incuestionable. Y es evidente asimismo que, si el arzobispo delegaba en ti, era por tenerte en la mayor estima y confiar plenamente en tu seriedad y competencia. Pero en esa frase hay otro dato muy curioso. Se menciona a Fernando de la Torre poniéndolo a tu mismo nivel de proximidad al arzobispo. Consta también  en otros documentos que este compañero tuyo te nombró albacea de su testamento. Y, lo que ya es el colmo, hay una referencia de un historiador muy competente en la que se afirma que Fernando era natural de “Cruz del Valle de Mena”. Así que la probabilidad de que fuera menés es muy alta (no he podido encontrar ningún otro Valle de Mena en toda la historia de España, y “Cruz” puede ser “Santa Cruz”).
     - Bravo, mi pequeño. La gente no sabe hasta qué punto las cosas suelen estar enlazadas. Por ejemplo: esa Virgen de la Antigua de “mi” catedral, tan querida por los sevillanos y por la tropa de desventurados (casi todos lo fueron) que partieron para Indias, dio nombre a la primera población que se creó allá en “tierra firme” (no insular). La fundaron en 1510  Enciso y el admirable Vasco Núñez de Balboa,  en el Darién, en la zona del golfo de Urabá, uno de los territorios más insalubres de la actual Colombia. Fotos para hoy: una pequeñita de esta Virgen (la que está en el retablo de la capilla), y otra del megalómano mausoleo que   Don Diego Hurtado de Mendoza tiene en el mismo lugar. A rivederci mío píccolo e ténero biógrafo.
     Ciao,caro e generoso padrino.


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