martes, 24 de noviembre de 2015

(95)- Hola, defensor de causas perdidas. Algunos saben venderse muy bien: los gringos pusieron  a toda máquina Hollywood y os llegó un diluvio universal de pistoleros y vaqueros, como si aquello fuera la gran epopeya de la historia humana. Bájales los humos.
     - Buenas noches, querido Sancho. Lo comentaremos como un inútil desahogo. Te gustará que recorra en un suspiro los hitos encadenados de las andanzas por Indias de los ibéricos (lo somos todos, hasta los gorrinos). Llega Colón en 1492, y, como Fleming, descubre lo que no buscaba. Tan arriesgado fue ir como volver (estuvo a punto de ahogarse en el retorno, dejándonos ignorantes y asustados). Hizo otros tres viajes y, además de las islas ya encontradas, llegó a costear el nuevo continente. La primera administración nació en Santo Domingo. En torno al año 1500, un puñado de brillantes y bragados exploradores (marinos y militares) llegaron hasta el Amazonas (el primero, Vicente Yáñez Pinzón), entrando también en la zona costera de Panamá y Colombia. Los nombres de Rodrigo de Bastidas, Américo Vespucio, Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa (¡pedazo cartógrafo!) merecen mucho más respeto que el de  Buffalo Bill. En 1511, Diego Velázquez de Cuéllar, y por encargo de Diego Colón, hijo del difunto “iluminado”, se establece en Cuba. En 1513, Vasco Núñez de Balboa, cree que ve visiones, pero lo que contempla es el Océano Pacífico. No tardando mucho, llegan noticias desde la costa continental con indicios de que en el interior hay una extraordinaria civilización. Cuéllar, ya con título de Adelantado de Cuba, prepara una expedición para comprobarlo, bajo el mando de su socio Hernán Cortés. Se arrepiente y trata de abortar el viaje, pero la “anguila” se le va de las manos y da el gran “pelotazo”. Estamos ya en 1519, y en esas fechas anda dando tumbos por España Magallanes, tu amigo.
     - Así es, pequeñin. Me quedó muy agradecido porque le salvé, arriesgando mucho, de un tumulto en el que por poco le linchan.
     - Eras ya un anciano, ilustre abad, pero demostraste ser muy hábil y tener agallas. Pudiste frenar a los alborotadores que azuzaron a la masa diciendo, erróneamente, que Magallanes había puesto la bandera de Portugal en la nao que preparaba. El rey valoró mucho tu intervención y te dijo expresamente que “no lo olvidaría”. Mañana seguiremos contando cómo se fue extendiendo, por tierras desconocidas y con lógica temporal, aquella inundación imparable.
     - Te nombré Hijo Adoptivo de Mena: quiero otro busto para ti. Ciao.



     - Parte izquierda del mapa más antiguo de Indias (pergamino de casi 2x1 m.): el bello Portulano de Juan de la Cosa. ¡Qué tío! A la derecha se ve la débil silueta de España y África, y, a la izquierda, nítidamente,  lo que de verdad le interesaba al prodigioso cántabro: las islas del Caribe y el litoral del continente, que va desde el norte de México hasta  el Amazonas. Lo pintó en 1500 y, burlando las exigencias de Colón, dejó bien claro que Cuba era una isla. El maravilloso trabajo fue el resultado de lo que él mismo vio y de lo que le contaron otros que no paraban de ir recorriendo “plus ultra”.


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