sábado, 7 de noviembre de 2015

(70) - Salut, mon camarade. Volvamos a Indias. Ese engendro del Requerimiento fue una parte de los cambios que brotaron de las sacudidas conciencias de nuestros cristianos reyes. Pero también adoptaron otras disposiciones que empezaron a poner coto, tímidamente, a los abusos contra los indios que, incluso los sumisos, eran explotados en las “encomiendas” (un eufemismo para hacer creer que quedaban bajo una tutela protectora).
     - Bonne nuit, parlanchín predicador. Hablemos del primero que, desde un púlpito (en 1511) les echó una bronca monumental a sus desprevenidos feligreses “encomenderos”, como  si fuera Moisés cuando, decepcionado por  su pueblo, rompió las Tablas de La Ley.
     - La verdad es que el dominico Antonio de Montesinos era un fraile, sí, pero tenía un par (perdón, pequeñín), y sus medrosos  compañeros le dijeron: “Venga, Antonio, sube y ármala”.
     - Y dicho y hecho. A ti, como fiel funcionario real, no te caía  bien: le mirabas de reojo en Sevilla. Dejemos que Bartolomé de las Casas (tampoco santo de tu devoción)  cuente, algo ”salpimentado”, lo que pasó: “Llegado el domingo, subió al púlpi­to fray Antón de Montesinos, y  encareció la ceguedad en que vivían los españoles, no advirtiendo los pecados gravísimos en que estaban, diciendo: Para os los dar a conocer me he subido aquí, yo que soy la voz de Cristo en el desierto desta isla, y conviene que con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos la oigáis; os será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás no pensasteis oír. Esta voz os dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquellos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muerte y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermeda­des, que de los excesivos trabajos que les dais se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y los domingos? ¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vo­sotros mismos? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto que en el estado que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que no quieren la fe de Jesucristo”.
     - ¡Ay!, discípulo amado: estábamos completamente obcecados por la ambición y los prejuicios: estos predicadores nos parecían ilusos soñadores despegados de la tierra. Pero sigue habiendo ciegos. Ciao.
     - Bienvenida tu sabiduría cósmica. Mañana, más.


     Estatua del dominico fray Antonio Montesinos en el paseo marítimo de Santo Domingo. Él solito, a "grito pelao", commovió los cimientos del abuso de los españoles con la población nativa.



2 comentarios:

  1. Gracias por tan espléndidas crónicas del que llamó a mi pequeño entender, MESTIZAJE hispanoamericano. Si le parece y con su permiso, comparto la entrada de este estupendo blog en la página de FB MESTIZAJE HISPANOAMERICANO.

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  2. Gracias por tan espléndidas crónicas del que llamó a mi pequeño entender, MESTIZAJE hispanoamericano. Si le parece y con su permiso, comparto la entrada de este estupendo blog en la página de FB MESTIZAJE HISPANOAMERICANO.

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