miércoles, 18 de noviembre de 2015

(88) - Hola, querido “secre”. Remata ya la faena con mi sobrino Juan Ortiz de Matienzo, porque la prueba me está resultando muy dura.
     - Vale, sensible ectoplasma. Los, al parecer, modélicos oidores de la segunda Audiencia, llegaron a México en 1531 para poner fin a los desmanes. Fray Bartolomé de las Casas, el apocalíptico defensor de los indios, no ahorra elogios al hablar de ellos. Estos son los datos que da: el presi­dente fue Sebastián Ramírez de Villaescusa, obispo de Santo Domingo; los oidores, Alonso Maldonado, Laínos de Toro, Vasco de Quiroga, y Salmerón. Se quedaron espantados de las quejas que tenían los vecinos contra los destituidos. Nuño no vino de donde se encontraba, Jalisco, y los que sufrieron en persona la residencia  (juicio) fueron Delgadillo y Matienzo. Dice Bartolomé que el verdadero culpable era Nuño, y que a los otros dos les vendieron sus bie­nes para pagar sus condenas, y los metieron en la cárcel porque el total no cubría todo lo debido. Se deshace en elogios al hablar del presidente Ramírez de Villaescusa, que volvió a España para ser, sucesivamente, presidente de la Chancillería de Granada, luego de la de Valladolid, obispo de Tuy, de León y de Cuenca. Le parece a Bartolomé que, ya muerto, tiene que estar en la gloria.  Afirma que le conocía bien y que, antes de ir a Indias, había sido inquisidor en Sevilla. Termina asegurando que “Delgadillo y Matienzo fueron a Castilla y a sus tierras, muy pobres y no con buenas famas. Y dende a dos a o tres años, dijeron que murie­ron”. El dato es bastante preciso, porque Delgadillo murió en Granada en 1533, y Matienzo, en España el año 1536. Pero a Juan, le quedaron bienes importantes que heredó su hija Juana. Me alegra, querido padre putativo, que no solo Bernal, sino también Bartolomé, siempre tan crítico, haga un comentario que suaviza las culpas de tu sobrino.
     - Y eso que Bartolomé y yo nos mirábamos de reojo. En su momento, hablarás de la hija de Juan, la independiente Juana Ortiz de Matienzo, para satisfacción mía, porque la quiero mucho. Pero ahora te doy permiso para que mañana te pongas llorón dándote un paseo por Madrigal de las Altas Torres, de bello nombre.
     - Thank you, daddy. Viene a cuento porque tuve allí parientes que, sin duda,  conocieron al mencionado y excepcional oidor Vasco de Quiroga: uno de los españoles más queridos por los nativos. Ciao.
     - Como yo también estoy sentimental, pon la foto que has hecho del trazado Ruesga-Carranza-Mena. Venceremos, pequeñín. Bye, bye.



     ¡Oh, qué alegría!, querido Félix. Algún día será patrimonio de la humanidad la ruta Matienzo, uniendo los tres sagrados valles, Ruesga, Carranza y Mena. Hablé con Vitulo, que no está huidizo, sino cabreado por las críticas que se han hecho temerariamente a Taranco, pero no quiere que su nombre figure en ese recorrido. Tienes que enmarcar en oro este plano, con los cuatro puntos divinos: 1.- Matienzo de Ruesga; 2.- Matienzo de Carranza; 3 Villasana, mi patria chica; and last but non least, 4.- Taranco, adonde llegó en el siglo VIII el heroico abad Vitulo, desafiando al musulmán, para establecer la semilla de la que brotó Castilla.


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