jueves, 28 de enero de 2016

(Día 158) - “Borrico, corre ligero; anda y no mires patrás; lo que importa es el camino que falta para llegar”. Fue buena letrilla para la posguerra.
     - Estás muy zarzuelero, reverendísimo abad. Me parece bien: siempre hacia delante. El ejemplar virrey de Perú don Francisco de Toledo, en su carta, seguía diciéndole al rey que, si le permitía volver a España, podría servirle mejor en los asuntos de Indias con el consejo de su experiencia, sobre todo por el rechazo y las trabas que había sufrido en Perú por parte de los españoles, y las quejas derivadas de los agravios y de los favoritismos de su antecesor  “que agora V. M. me manda quitar haciendo otro tribunal de quejosos a los que yo había tomado cuentas de sus descuidos, y me ponen delante los mismos espantajos de temores que fueron la causa de que él dejara el reino sin autoridad y con poca justicia. Y así suplico a V. M. que nunca sea servido de dejar hombre quejoso en el reino que un  ministro está gobernando. No es dura dificultad verse un caballero bien nacido, vasallo y criado de tal príncipe y rey como V. M., cercado de infieles, ni de gentiles idólatras, ni de traidores, ni de perder la vida en vuestro servicio contra ellos. Pero sí muy dura y dificultosa, habiendo sujetado los ánimos rebeldes y traidores de esta tierra y de los bárbaros de guerra y naturales, verse un hombre cercado de los letrados, y la muerte en  sus manos no creo que traiga honra ni servicio de V. Majestad. Y así la causaron a vuestro virrey Blasco Núñez de Vela entregándole a los traidores de Gonzalo Pizarro y sus secuaces para que lo martirizasen, como lo hicieron. Y entiendo que con otra peor guerra dieron la muerte a vuestro virrey el marqués de Cañete”. Tu turno.
     - Eres un “detalles”, pequeñín: me lo dejas porque este marqués era Andrés Hurtado de Mendoza, pariente de don Diego, el arzobispo sevillano que me nombró su provisor. Fue el marqués de Cañete un virrey que llegó a Perú en horas muy turbulentas. Muerto Gonzalo Pizarro, se sublevó el riquísimo Francisco Fernández Girón,  y acabó también sin cabeza, pero los españoles seguían muy divididos. Papeleta que Cañete logró controlar, aunque con métodos que dejaron al descubierto su carácter vanidoso, soberbio y cruel. Su hijo, García, con parecido estilo, se encargó de la gobernación de Chile y ejecutó al último caudillo araucano, Caupolicán, fundando Mendoza, la ciudad argentina. El virrey fue quien puso en marcha la expedición que, dirigida por Pedro de Ursúa, salió por el Amazonas en busca de El Dorado, llevando a bordo al “Anticristo”, Lope de Aguirre. El virrey Toledo, al decir que acabaron con Cañete de peor manera,  está dando a entender que lo que acortó su vida fue la guerra que le dieron los conflictos de la sociedad peruana, y especialmente los oidores de la audiencia. Amén.
     -  Mañana seguirá tertuliando con nosotros don Francisco. Bye, bye.



     El mapa nos viene bien  porque muestra  la huella de dos virreyes de Perú. García Hurtado de Mendoza fue enviado como gobernador a la zona de Chile por su padre, el virrey marqués de Cañete, y fundó en 1561 la ciudad de Mendoza, que arraigó bien y se ha convertido en la cuarta capital más importante de Argentina (pasa del millón de habitantes), moderna, culta y turística, con bellos paisajes andinos como se ve en la foto. Pero observen vuesas mersedes que en la parte superior del plano aparece la ciudad de Salta, el único lugar del mundo que le ha dedicado una estatua a su fundador, el  honrado y eficaz virrey de Perú don Francisco de Toledo.



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