(147) - Delicado poeta: estás impresionado
por lo que cuenta Lope García de Salazar sobre la época de la Alta Edad Media.
¿Qué opinas?
-
Que la naturaleza es engañosa y nos hace fanáticos: benditas sean las lumbreras
que nos han abierto los ojos. Nos parece que nada cambia: tú viviste unos
tiempos muy violentos, pero los siglos medievales eran pura brutalidad militar,
gozosa de arrancar los ojos al enemigo. Asusta lo que queda de fanatismo en
algunos países.
-
Estás pensando en esa embarazada que acaban de lapidar, víctima de las leyes
musulmanas más demenciales. Sigue con lo que Santoya cuanta de la desventurada
expedición, para que se vea lo afortunados que sois ahora.
-
Okay, arrepentido ectoplasma. “Acontenció un caso nefando (de sodomía) y harto
estupendo (impresionante): que en la nao capitana se halló que el contramaestre
della, que era puto, se echaba con un muchacho, y con otro pasaba una cosa
horrenda. Y al contramaestre dieron garrote y lo echaron a la mar, y a los dos
muchachos azotaron, y, por ser sin edad mayor, les quemaron los rabos, cosa que
dio alteración harta en las dos naos, aunque dicen que el gobernador lo sabía
desde Canarias”. En cuanto llegaron a Barbados, se dieron cuenta de que los nativos
eran muy agresivos. Bajaron a tierra con precaución, “yendo por principal Diego
Velázquez por ser un experto hombre de Indias, porque decían que en la isla hay
indios muy belicosos y que comen carne humana”, y unos nativos hirieron a seis con sus flechas. Los
españoles volvieron con más refuerzos, bajo el mando de Villandrando, “y
descubrieron dos ríos, y miramos aquella tierra y a mí me pareció la más
fértil que hasta entonces había visto en
mi vida. Y la gente, pensando que, si quedáramos allí, quizá Juan Gómez de
Villandrando quedara por su capitán por irse fuera de la sujeción del
gobernador, aunque fuera la más pésima tierra, la tuvieran por la mejor del
mundo. El último día vinieron unos veinte indios en canoas y nos dieron guerra
con tanto denuedo como si fueran mil”. Finalmente, decidieron salir de allí, e
incluso les tentó la delirante idea de ir por la costa abajo hasta Río de la
Plata. Tras una reunión de urgencia, se tiró definitivamente la toalla, y hasta
el gobernador estuvo de acuerdo en dirigirse a Santo Domingo. Rasquín se había
derrumbado, y se decía que era un milagro su cambio de comportamiento, “pues
hay que ver la soberbia con que iba y cómo nuestro Señor le abajó, que de señor
gobernador se volvió Jaime Rasquín y aun menos”. Puestos en marcha, siguieron
con las penalidades, torturados por el hambre y la sed. “Fue Dios servido que
nos dio unos aguaceros, y con sábanas y con camisas y con mantas, era tanta
la priesa de coger agua que no se mojaba
el suelo”. Los vientos separaron las dos
naves hasta perderse de vista. Nos acercamos al fin. Bye, dear.
-
No vendrán mal unas pragmáticas palabras de Churchill. Adio.
¡Mamma
mía! Al ladito de “mi” catedral, han puesto en el ayuntamiento de Sevilla una
bandera del orgullo gay. En mis tiempos, el osado escalador habría terminado en
la hoguera. Habéis perdido ilusiones y ganado libertad: sin duda, cualquier
tiempo pasado fue peor. Hello, Winston: what do you think about? Good night, dear Sancho, y escucha su
respuesta: “No existe la forma perfecta de gobierno, pero cualquier otra
produce peores resultados que la democracia. Hasta hoy, nada se ha inventado
que regule mejor los asuntos públicos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario