jueves, 21 de julio de 2016

(Día 333) BERNAL, seriamente herido, LAMENTA LA MUERTE de unos de los mejores jinetes. Deja claro también que LOS ESPAÑOLES EVITABAN LA CRUELDAD con los enemigos.

(85) –Bernal, querido socio, siempre tan amigo de la verdad.
     -Certo, caro dottore: su admiración por Cortés no le impide ver sus errores. Deja bien claro que había metido la pata: “Y en aquella refriega mataron 5 caballos e hirieron a muchos de los nuestros. Y Cortés, viendo la mala consideración que había hecho entrando por la calzada, y cómo los mexicanos se habían cebado en ellos, mandó que todos se retirasen, haciéndolo muy ordenadamente y sin volver la espalda; y desta manera se escapó Cortés aquella vez del poder de México”. Mientras, en Texcoco el resto de los españoles, Bernal entre ellos, estaban preocupados: “Y cuando volvió Cortés, nos alegramos mucho porque hacía más de 15 días que no sabíamos qué le había acaecido”. Pero Cortés no solo se metía en fregados por iniciativa propia, sino que también se prestaba a ayudar a poblaciones de nativos en apuros: “Los de Chalco y Tamanalco le dijeron que les enviase socorro porque les iban a dar guerra grandes escuadrones de mexicanos. Y tantas lástimas le dijeron que mandó a Gonzalo de Sandoval que fuese allí con 230 soldados. E yendo por el camino vieron venir a los enemigos como leones bravos, pero les respondieron con tanta fuerza que huyeron. Pero a uno que se decía Gonzalo Domínguez, como era mal camino, le rodó el caballo y tomóle debajo, y a los pocos días murió de aquella caída. Era uno de los mejores y más esforzados jinetes, y teníamosle en tanto en las guerras, que todos  sentimos mucho su muerte. Y yo no fui testigo porque estaba muy mal herido de un golpe de lanza que me dieron en la garganta, que estuve a peligro de muerte”. Una vez más queda acreditada la fiabilidad de Bernal, porque añade: “Mas todo lo que escribo dello pasó al pie de la letra, porque luego se sabe en el real la manera en que las entradas se hacen”. La huida de los mexicanos no les dejó tranquilos del todo a los de Chalco, porque tenían miedo de ser atacados por los de otro pueblo próximo y fortificado. Sandoval, al estilo Cortés, decidió echarles una mano en la difícil tarea, y se dispuso a tomar el lugar. Era una subida muy dura, “en la que recibieron muchas heridas, y hasta al capitán le descalabraron, pero se entró en el pueblo, donde se les hizo mucho daño, sobre todo por parte de los de Chalco y los tlaxcaltecas, pues nuestros soldados solo intentaban hacerlos huir, procurando no acuchillar a ninguno porque les parecía crueldad”. Es significativo, reverendo.
     - Y que lo digas, observador plumífero. El detalle de que evitaran el ensañamiento  es de agradecer, y probablemente era su tónica general. Pero va mezclado con la insensibilidad al hacer esclavos. “En lo que más se empleaban los soldados era en buscar una buena india o tener algún despojo (botín), y lo que comúnmente hacían era reñir a los naturales amigos porque eran tan crueles, y para quitarles algunos indios o indias para que no los matasen”. Sandoval se volvió confiado a Texcoco, pero llegó pronto un mensaje de los de Chalco pidiendo de nuevo ayuda porque estaban sufriendo otro ataque de los mexicanos. Cortés le echó la bronca a Sandoval (Bernal va a defender a su admirado Gonzalo) “creyendo que por su descuido recibían mala obra nuestros amigos, y sin quererle oír, le mandó volver. Sandoval recibió mucha pena de que no le escuchara, y partió. Se encontró con que los de Chalco ya les habían perdido el miedo a los mexicanos y pelearon muy como varones, matando muchos dellos, y prendiendo a muchos enemigos, entre ellos, quince principales. Sandoval se volvió a Texcoco llevando los mexicanos presos y mostrando  gran enojo por lo pasado, y aunque se holgó mucho Cortés y le envió recado de que no había entendido bien las cosas, no le fue a ver ni a hablar con él. Pero luego tornaron a ser amigos, y no había placer que Cortés no le diera para tenerle contento”. Buen ejemplo de un gran líder que sabe reconocer sus errores y de un subordinado ejemplar.

     Foto: Imagen de la catedral de Chalco como un remanso de paz; el tiempo ha borrado las amarguras pasadas, y  nos regala una urbanización bella y serena que fue el resultado de un parto muy doloroso. Tampoco es justo que se olvide la humanitaria labor de los religiosos, representados por ese frailuco que aparece de espaldas.


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