domingo, 12 de junio de 2016

(Día 294) CORTÉS FINGE no saber que MOCTEZUMA era el instigador del ataque de los CHOLULTECAS, y éste le envía regalos. Los españoles y unos 1.000 tlaxcaltecas parten para MÉXICO. Pero los TOTONACOS tienen medio y vuelven a su tierra, sin que CORTÉS les fuerce a seguir. Como la veleta, MOCTEZUMA cambia de opinión y les prohíbe a los españoles ir MÉXICO.

(46) –Vaya papelón, colega: entrar en  México tras lo de Cholula.
     -Ya sabes, maestro, que las mentiras diplomáticas suavizan la tensión, y, a veces, hasta cuelan. Cortés le mandó un mensaje a Moctezuma contándole lo traidores que habían sido los de Cholula, y que “lo peor de todo es que sus papas y caciques dijeron que por consejo e mandado de él (Moctezuma) habían hecho la guerra, lo cual nunca creímos de tan gran señor. E como Moctezuma oyó esta embajada, creyó que no le poníamos la culpa de lo de Cholula, y luego envió seis principales con un presente de oro y joyas, e diciendo que le pesa de lo de Cholula, e que  quisiera que  se les hubiese castigado más porque son malos y mentirosos”. Repetición de la pamema: agradecimiento afectuoso de Cortés y abrazos efusivos a los embajadores del tierno emperador, enviándolos de vuelta con el aviso de que los españoles iban directos a México. “Y cuando los caciques de Tlaxcala supieron de nuestra partida, les pesó en el alma y enviaron a decir a Cortés que ya le habían dicho muchas veces que se guardase de entrar en tan recia ciudad, pero que, por la buena voluntad que nos tienen, nos quieren enviar diez mil hombres; Cortés se lo agradeció y les dijo que no es oportuno entrar con tantos guerreros en México, sobre todo siendo tan enemigos unos de otros, y que solamente necesitaba mil para llevar el fardaje y adobar los caminos”. Pero unos indios sí abandonaron: los amigos de Cempoala. Cuéntalo, deán de Sevilla.
     -Habían pasado ya demasiado miedo,  pizpireto veterano. “Los de Cempoala, que nos habían servido muy bien y muy lealmente, dijeron que querían volverse, porque tenían por cierto que si iban a México que habían de morir, ellos y nosotros. E por más que Cortés les rogó, y doña Marina se lo decía muy afectuosamente, que se quedasen, diciéndoles que no recibirían ningún daño y que les haría ricos, insistieron en  que se querían marchar. E desque aquello vio Cortés, dijo: ‘Nunca Dios quiera que nosotros llevemos por fuerza aquestos indios que tan bien nos han servido”. No sé a ti, secre, pero a mí me parece una buena muestra de que los españoles también  sabían tener un trato cordial y respetuoso con los indios. “Y mandó Cortés traer muchas mantas ricas para ellos e para el cacique gordo, señor de Cempoala; y envió una carta al teniente Juan de Escalante (capitán de la Villa Rica) contándole todo lo acaecido e dándole instrucciones”. Sigo, peque, que voy sin frenos.
     Se acercaba, pues, el gran momento, el salto a México. Suspense a tope: “Salimos de Cholula, con gran concierto y bien apercibidos; no sé por qué lo traigo tanto a la memoria, puesto que andábamos siempre con la barba sobre el hombro (como los suricatos)”. Llevaban además una compañía inquietante: dos embajadores de Moctezuma. Eran conscientes de que espías mexicanos observaban su marcha, aunque, de momento, encontraron pueblos que les recibieron bien. Pero Moctezuma o sus ídolos estaban desquiciados, porque cambió de opinión una vez más y le mandó a Cortés nuevos mensajeros con regalos y una advertencia: “Malinche, este presente te envía nuestros señor, el gran Moctezuma, como tributo para vuestro emperador, pero te dice que no vengas a México y que tiene todos sus vasallos en armas para que no entréis. Cortés respondió que se maravillaba de que el señor Moctezuma tuviera tantas mudanzas, que unas veces dice uno, y otras lo contrario; y que él no se puede volver atrás quedando como cobarde ante su emperador, por lo que, como fuera, habíamos de entrar en su ciudad; de forma que en adelante no le envíe Moctezuma más excusas sobre aquel caso. E luego comenzamos a caminar para México”. ¡Mamma mía…!

     Partieron, pues, de Cholula directos hacia México. Como el plano señala otros acontecimientos posteriores, los mencionamos ahora, aunque lo sabroso estará en los apasionantes y continuos incidentes que comentaremos a su tiempo. Llegaron a México en noviembre de1519; salieron de allí machacados en junio de 1520. Pero Cortés era muchísimo Cortés: a base de heroicidad, tenacidad e ingenio, mucho ingenio, consiguió entrar de nuevo, y para siempre, en agosto de 1521.


No hay comentarios:

Publicar un comentario