martes, 7 de junio de 2016

(Día 289) SE BAUTIZARON a las hijas de los caciques. Una de ellas, DOÑA LUISA, fue compañera de ALVARADO, y nos cuenta BERNAL el éxito de esa relación. XICOTÉNCATL ‘EL VIEJO’ le da información a CORTÉS sobre MÉXICO y le advierte del gran peligro de CHOLULA, población colindante con TLAXCALA. Hazaña de ORDAZ en el POPOCATEPETL.

(41) –Afortunadamente, nocturno ruiseñor, Cortés renunció a hacer papilla los ídolos, y se conformó con instalar un altar.
     -Y en él, piadoso clérigo, “se dijo misa al otro día e bautizaron las cacicas, y se puso a la hija de Xicotenca el Viejo el nombre de doña Luisa, y Cortés la tomó por la mano (era para él) y se la dio a Pedro de Alvarado (el rubio “Toniatu”), y le dijo a Xicotenca que lo tuviera por bien porque era su hermano y capitán y la trataría muy bien”.
     -Y tan bien que la trató, poético socio: fue un bello  romance que lo alargaron cuanto pudieron. “Y a las demás se les pusieron nombres de pila, y todas con sus dones”. El título de ‘don’ era muy distinguido: obsérvese que Cortés no lo tenía. A Bernal se le pone a tiro una digresión, y allá se lanza: “Aquella cacica, doña Luisa, era acatada y tenida por señora en la mayor parte de Tlaxcala. E della tuvo el Pedro  de Alvarado, siendo soltero, un hijo, don Pedro, e una hija, doña Leonor, que agora es mujer de don Francisco de la Cueva, buen caballero, primo del duque de Alburquerque; y es muy excelente señora, en fin, como hija de tal padre, que llegó a ser comendador de Santiago, gobernador de Guatemala, y es el que fue a Perú con una gran armada. Dejémoslo e volvamos a Cortés”.
     -Recuperado el hilo, dottore, Bernal dice que Hernán se reunió con varios caciques para que le hablaran de México. “Y Xicotenca, como era muy avisado y gran señor, tomó la mano a hablar, y dijo que Moctezuma era tan poderoso que, cuando quería tomar un pueblo, ponía en campo 150.000 hombres. Y Cortés le dijo: ‘Pues con tanto guerrero, ¿cómo nunca os acabaron de vencer?”. Xicotenca le dio varias razones: también ellos les mataban a muchos, había otros pueblos que odiaban a  Moctezuma, y, además, gran parte de sus soldados iban forzados a la guerra y luchaban sin ganas. Justo entonces, el cacique mencionó algo premonitorio, que sería el mayor obstáculo en el avance hacia México, y donde se daría el ataque español más criticado por los indigenistas: ¡CHOLULA! Le dijo Xicotenca a Cortés “que de donde más mal les ha venido continuamente es de una ciudad muy grande que está de ahí a un día de andadura, que se llama Cholula, que son grandes traidores; y que allí metía Moctezuma secretamente sus capitanías, y como estaba cerca, les asaltaban de noche”. Añadió datos sobre Tenoctitlán.  Pero subamos al Popocateptl.
     -Lo viste humear hace tres años con esos tus ojos pecadores, jubiloso corretón, y quieres que nos acerquemos con Bernal al volcán Popocateptl. Nos cuenta una historia: “En aquella sazón que estábamos en Tlaxcala, el volcán que llaman Popocatepeque echaba mucho fuego, y un capitán nuestro que se decía Diego de Ordaz (ya saben, el que, según falsos rumores, fue asesinado por mi sobrino Pedro Ortiz de Matienzo) tomó codicia de ir a ver qué cosa era, y demandó licencia a Cortés para subir a él, y se la dio; llevó consigo dos soldados y ciertos indios principales, que le dijeron que no se atreverían a subir más arriba de donde  tienen unos cúes de sus ídolos”. En el ascenso pararon una hora hasta que se calmó algo una llamarada envuelta en ceniza y humo, y después los tres españoles continuaron adelante. “Subieron luego hasta la boca, que era muy redonda y que habría el anchor de un cuarto de legua (no resulta muy exagerado, porque mide 840 metros), y que desde allí se aparecía toda la ciudad de México y la laguna y los pueblos que  están en ella. Y está este volcán obra de 13 leguas de México (casi exacto: son 70 km). Y después de bien visto, muy gozoso el Ordaz y admirado de haber visto México y sus ciudades, volvió a Tlaxcala, teniéndolo los indios en mucho atrevimiento, y nosotros nos admiramos de ello. Y cuando llegó Diego de Ordaz a Castilla lo demandó como armas (para su escudo) a Su Majestad, y así lo tiene ahora un su sobrino que vive en Puebla”.

     (Foto del Popocatepetl tomada desde Cholula. En esta ciudad quedó un pésimo recuerdo de las tropas formadas por españoles y tlaxcaltecas; era una población considerada especialmente sagrada por sus números templos, y sobre una de esas pirámides-adoratorio se construyó después la bella iglesia del primer plano: el santuario de Nuestra Señora de los Remedios).


No hay comentarios:

Publicar un comentario