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–Felices noches, querubín: Bernal dice que solo nos quiere a nosotros de
embajadores. Corresponderemos con total fidelidad.
-Y, a ser posible, haciendo un buen
trabajo. Oigamos sus palabras: “En el año
de 1514 llegué a Nombre de Dios (Panamá)
con el gobernador Pedrarias Dávila, donde pronto murieron de pestilencia muchos
soldados, y también había diferencias entre el mesmo gobernador y un hidalgo que se decía Vasco Núñez de
Balboa”. Hace alusión al crimen de Dávila contra Balboa, pero no se decide a
condenarlo: “Según pareció, por sospecha que tuvo de que el yerno (Balboa) se le quería alzar con copia (un montón) de soldados, por sentencia
lo mandó degollar”. Como el ambiente con Dávila debía de ser terrorífico, pasó
a Cuba. Se enorgullece de sus caballerescas aspiraciones: “Ningún capitán pasó
3 veces arreo (sucesivamente) a esta
Nueva España, de manera que soy yo su más antiguo descubridor, y doy muchas
gracias y loores a Dios por haberme guardado de muchos peligros de muerte, para
que declare lo acaecido en aquellas guerras (como
G. Márquez: ‘vivir para contarla’). El gobernador de Cuba, Diego Velázquez,
deudo mío (pariente) prometió darme
los primeros indios que vacasen, y no quise aguardar, porque siempre tuve el
celo de servir a Dios y procurar de ganar honra”. Le vino al pelo la primera
expedición que Velázquez estaba preparando en Cuba para despacharla hacia el
litoral de tierra firme bajo el mando de Francisco Hernández de Córdoba; se
alistó de inmediato. No se priva de criticar
a su ilustre ‘deudo’ por exigir la ilegalidad de que le trajeran indios
esclavos con los que cubrir los gastos de aquella aventura. Hubo, por esto,
protesta general, y Velázquez tuvo que ceder. ¿Qué opinas, experimentado
clérigo?
-Pues que lo que dice después resulta
contundente: estaba bien informado. Como algunos pensaban que no procedía hacer público un comentario tan
crítico, añade. “Conviene que lo diga por los pleitos que nos pusieron el Diego
Velázquez y el obispo de Burgos, que se decía Juan Rodríguez de Fonseca”. Tú
sabes, secre, que Fonseca fue mi gran protector, pero a estas alturas
cuánticas, no puedo ocultar que, estando de por medio su ambición, era capaz
de saltarse el Decálogo completo.
Bernal, siempre tan cercano a la gente, es una máquina recordando nombres de
sus compañeros, y así sabemos que el piloto mayor era el veterano lobo de mar
Antón de Alaminos, que no se vio libre
de errores. Esto va a ser en vivo y en directo.
Vete anotando ahora, escribano mío, estas
ráfagas. Velázquez viene de Velasco, y hay que suponerlo equivalente a
Blázquez/Blasco y a Vázquez/Vasco. Hagamos un brevísimo comentario sobre el
gobernador de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar. Y necesario, porque va a ser un
enemigo constante de Cortés, hasta que tuvo que dejarlo por imposible. De nada
le sirvió en esta batalla particular su prestigio, su valía personal y su
enorme energía. Llegó a Indias en el 2º viaje de Colón (1493). Hizo grandes
méritos en la pacificación de La Española, y el hijo de Colón, Diego, le confió
en 1511 la conquista y población de Cuba, complicado trabajito en el que estaba
a sus órdenes Cortés (qué vueltas da la vida). Diego Velázquez lo bordó, y tuvo
dos aciertos que le cubrieron de gloria: 1.- Fue el visionario pionero de un
nuevo enfoque de progreso: el desarrollo de la ganadería y la agricultura, con
un gran impulso de la caña de azúcar; incluso trató bien a los indios
pacificados, aunque tuvo mucho que ver en la llegada de los primeros esclavos
negros. 2.- Fundó con entusiasmo y ojo clínico las 7 primeras ciudades de Cuba: Baracoa, Bayamo, Santiago (1ª
capital), Puerto Príncipe, Sancti Sipiritu, La Habana (capital definitiva) y
San Juan de los Remedios. Como su mismo 2º apellido lo dice, era de la
segoviana Cuéllar, vetusta población en
la que cada piedra rezuma historia.
(La 1ª foto es del castillo de los duques
de Alburquerque (Cuéllar), y ha pertenecido a diversos linajudos, entre ellos,
quién lo diría, Ambrosio Spínola; sí, el mismísimo personaje que en el cuadro
de Las Lanzas de Velázquez -otro Velázquez- recibe con amable educación las
llaves de la derrotada ciudad de Breda -2ª foto-).
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