(225)
POR FIN LLEGA MENDAÑA A MÉXICO, ¡tras dos años de viaje! Poco después, lo
consigue también EL GRAN SARMIENTO, al que ya daban por muerto.
(225)
– Qué hermoso puede ser el mar, querido nostálgico. El protagonista de Moby Dick
huía de la tierra para sumergirse en la belleza de lo que él llamaba un “sentimiento oceánico”.
- Certo, caro Sancio. Y luego Freud
utilizó la expresión para referirse al misticismo (con su habitual negatividad).
Pero como dice la vieja canción, “ese mar que ves tan bello, es un traidor”.
Mendaña y sus desorientados pilotos se vieron metidos en una trampa: tres meses
navegando y no sabían dónde estaban. Habían dejado atrás al verdadero experto
(y al más animoso), Sarmiento, que también estuvo a punto de hundirse engullido
por el huracán; pero él no iba perdido y seguía recto conociendo exactamente la
distancia que faltaba. Era tal la desesperación en el barco de Mendaña, que
“tomó toda la gente muy de veras el arribar (dando la vuelta), pareciéndoles
que era el mejor remedio para salvar la vida y salir de tanto trabajo y
miseria, tratando de obligarme. Y siendo yo avisado por un soldado, que solo
cinco tuve de mi parte, salí a ellos y les dije cuán fuera de razón estaban, y
que lo mejor era ir adelante. Pero insistían en arribar a Filipinas (!), y que
me aconsejase de los pilotos, por lo cual sospeché que salía de ellos el
arribar”. Dice claramente que fue mérito suyo calmar algo los ánimos. Luego, “afortunadamente,
como Dios es el verdadero socorredor, quiso ayudarme, porque, estando ya el
tiempo en calma, vi venir por el agua un madero grande, y mostréselo a la gente
diciendo: ‘Mirad lo que pensáis hacer, porque estamos ya en tierra”. A los 8
días llegaron a la costa de California, y alcanzaron el mexicano puerto de Santiago
de Colima el 23/1/1569. Proseguid, mosén, que os gustará contarlo.
- Gracias, educado mancebo. Lo que cuenta
le haría reventar de ira a Sarmiento: “Y aunque muy contentos de haber llegado
a tierra de cristianos, quedamos con no
poca pena de entender que nuestros compañeros que venían en la otra nao eran
ahogados, porque hacía ya tres meses que no los habíamos visto. Mas Dios no
solo quiso sacarme a mí de mis trabajos y peligros, sino que también les sacó a
ellos, que llegaron a puerto un día después. Fue tanto el regocijo que
llorábamos de placer. Estuvimos en este puerto 40 días, adonde se repuso la
gente y algunos murieron”. Siguieron hasta
Nicaragua. Tras 2 meses de reparaciones, “salí para el Pirú (el nombre
deriva del río Birú), y llegué al puerto del Callao el 11 de setiembre de 1569
(¡tras 2 años!)”. E la comedia é finita. Adío, caro.
- Nos espera otro viaje rocambolesco, pero
en esa película habrá “chico y chica”, como debe ser. Vuela, vuela, viajero cósmico.
Qué bonitos viajes del Inserso estamos
haciendo, ¿eh, viejo escribano? Aclaremos las cosas. El puerto mexicano de
Santiago de Colima es actualmente la comercial y turística Manzanillo (un poco
al Sur queda Acapulco). A esa playa de la foto, que actualmente es lugar de
regodeo y felicidad para ricos en vacaciones, llegaron Mendaña y los suyos,
unos a reponerse y otros a entregar su alma al Creador. En el plano se ve dónde
está, y siempre estuvo, Colima. Era tierra de indios bravos, y Cortés no paró
de mandar soldados hasta que dominó toda la zona. Se fundó la ciudad en 1523 (después
hubo que desplazarla algo por insalubre). Pronto se convirtió en un vital
centro administrativo español en la costa del Pacífico. Ambas localidades
pertenecen al estado de Michoacán, donde tuvieron la suerte de que volcara toda
su humanidad uno de nuestros paisanos más ejemplares, Vasco de Quiroga, al que
se le recuerda tiernamente (cosa inaudita tratándose de un español de la conquista) como ‘Tata’ Vasco (y a ti se te cae la boba
porque era de tu Madrigal de las Altas Torres).
No hay comentarios:
Publicar un comentario