(116) - Salud, camarara Felisenco, benefactor
de la humanidad y eximio investigador. Sigue mostrando datos poco conocidos de
Indias.
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Bienvenido, compañero Sancheski. Vamos con otro fuera de serie.
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No procede que me llames así, porque ya no patino con groserías.
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Ha sido por tu putinesco saludo. Te gustará mucho que le hagamos un merecido homenaje
a tu posible pariente vallisoletano Juan de Matienzo. Con ese apellido y siendo
su padre de Santoña, seguro que perteneció a tu familia. Y también se
caracterizó por vuestro tradicional oficio leguleyo. Pero, ¡a qué altura!
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Dices bien, amada criatura. Pero quiero varias sesiones en su compañía, porque
has transcrito dos cartas suyas muy jugosas.
-
Encantado, daddy. Sin prisa pero sin pausa. Primero, un breve resumen de su
trayectoria. Ejerciendo de letrado en Valladolid, conoció a grandes personajes de Indias, siendo después
nombrado presidente de la inicial Audiencia de Charcas (Perú). Brilló como una
de las figuras más notables y prestigiosas de América por su capacidad
intelectual, su lealtad, sus dotes de organizador, y su (¡oh, milagro!)
honradez: murió pobre y con familia numerosa. Aun así, no le faltaron
detractores, sobre todo por defender el sistema de “la mita”, que consistía en
obligar a trabajar a los indios largas temporadas, con un sueldo miserable, en
las minas de metales preciosos del territorio inca. No obstante, en sus cartas
siempre se trasluce un carácter humanitario. Fue un magnífico escritor, y supo
entender, quizá antes que nadie, la repercusión de la oferta y la demanda en
los precios, viendo con perspicacia precursora la parte subjetiva del valor de
los bienes. El economista rumano-argentino Oreste Popescu, fallecido en 2003,
dijo que “ni siquiera Europa estaba preparada para entenderle”. Tuvo el acierto
de convencer al rey de que era necesario refundar la ciudad de Buenos Aires (su
nombre viene de la Virgen del Buen Aire o de Los Mareantes, devoción marinera
procedente de Italia) con el fin de enlazar por tierra Perú con el Atlántico,
evitándose de esta manera la pesadilla de tener que subir hasta Panamá por mar
para viajar a España. En Villalba de Losa (Burgos) hay un monumento de Juan de
Garay, ilustre hijo del lugar (aunque los de Orduña lo reclamen como paisano
suyo), que fue quien llevó a cabo esa
definitiva fundación de la capital de Argentina, y algunas placas
conmemorativas que han puesto bonaerenses agradecidos. En verdad, fue un
Matienzo modélico. Bye, Sanchenko.
- Seguiremos mañana con mi pariente. Da
svidanya Feliseski.
El
texto está copiado de un libro del siglo
XVIII, pero se trata del inicio de la disposición por la que Felipe II
en 1559 creó, con una amplísima jurisdicción, la Audiencia de Charcas
(actualmente territorio boliviano), cuyo primer presidente fue mi “primo” Juan
de Matienzo, otro producto típico de nuestra intelectual familia, plagada de
letrados y clérigos. Solo que este Juan fue, con diferencia, el más dotado de
todos, y, además, un raro ejemplo de honradez.
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