lunes, 1 de febrero de 2016

(162) - Buenas noches, veterano: te ha dado pena que tu periodista preferido, que fue cabo contigo en la primera guerra mundial, haya tenido un  pequeño lapsus: ha escrito “medio siglo” en vez de “medio milenio”.
     - Acuso la indirecta, querido preceptor, y evitaré los despistes al escribir. En la vejez puedes hacer casi de todo, pero más despacio y con suma atención: si te distraes una fracción de segundo conduciendo, es fácil que acabes en la cuneta. Así que te prometo aplicarme el proverbio ruso: “Mide tres veces porque solo podrás cortar una”. But, please, something of tolerance. Adelante, pues, con el proceso inquisitorial de Lima que estamos presenciando. Digamos de paso que a otro implicado, fray Gaspar de la Huerta, le suprimieron sus sagradas órdenes, le dieron 200 azotes en público y fue condenado a galeras perpetuas, al remo y sin sueldo. Fray Francisco de la Cruz, encadenado en su celda, lejos de estar “curado”, como decía su Freud de cabecera, perdió todo control, y derivó en una verborrea que le fue preparando la hoguera; se puso a bailar y cantar a Dios de forma frenética y con gran alegría. Decía que  Dios le había prometido “ungirlo, haciéndole profeta y rey y sacerdote, por lo que le parecía que él iba a ser Papa y Rey de la Tierra, que Dios le había dicho que Roma esta­ba perdida, y que, así como Roma había sido cabeza de la Iglesia Católica, quería que de aquí adelante lo sea Lima. Que Dios le dijo que él era el mejor hombre que hay en el mundo, y que lo hacíamos mal en tenerle preso, y que era mejor caballero que cuantos hay en el Perú, y que era descendiente de los reyes legítimos y naturales de España, y que era el legítimo heredero del Reino de España. Y que andábamos mirando (los inquisidores) y diciendo que él era pecador, y no mirábamos que, cuando Dios quería hacer mucho en un hombre, solía dejarle caer en algunos pecados para que se humillase y se apiadase de los otros. Y que entonces Dios había señalado los pecados que él había cometido con aquella mujer en quien había habido su hijo, y otros mayores, y dijo que él había caído en vicio contra natura de sodomía con ciertos hombres dos o tres veces, siendo ya fraile, años había. Y que este Santo Oficio debía saber que Dios dijo que podría ser que no hubiera pecado mortalmente, porque estaba muy turbado o muy privado de ra­zón cuando lo hizo, aunque acá, en la Iglesia, se juzgase por peca­do mortal. Y después de oír a Dios estas palabras, osaba sospechar y creer que desde que es fraile nunca ha hecho pecado mortal”. Seguiremos viendo mañana cómo camina obcecadamente hacia la hoguera, con auténtica madera de mártir digno de mejor causa. Es llamativo que hubiera tanto clérigo procesado. ¿Por qué, caro Sancio?
     - Algunos hacían una crítica seria de corte erasmista; pero otros muchos padecían serios trastornos místico-sexuales. Yo también patinaba, pero con los pies en la tierra (mea culpa). Ciao piccolino.



     Eso que ven vuesas mersedes es nada menos que la Universidad San Marcos de Lima, la primera de Indias, fundada en 1551 y seguida de cerca por la de México. Aunque parezca mentira, fray Francisco de la Cruz, ese frailuco dominico al que le chisporroteaba el cerebro con una borrachera de fantasías grandiosas pero infantiles, había sido el rector de tan docto centro durante varios años. Tuvo el mérito de sacrificar su vida a sus fantasmas. Un respeto, please.


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