jueves, 4 de febrero de 2016

(165) - ¡Atento, secre!: esconde el coñac que vamos a entrar en antena.
     - Todo listo, jefe. Cambio de rumbo en la tertulia. Empecemos con un comentario sobre los lemas de los escudos, verdaderos haikus llenos de grandeza, poesía y solemnes palabras, unas veces sabias, y otras, más falsas que Judas. Buen lema el del tuyo: “BIEN VIVIR Y MEJOR MORIR”, por ti mal cumplido pero intentado.
     - O el que yo puse en tu blasón cuando te nombré Prince of Maina: “MEJOR SOPORTAR A UN TONTO QUE SERLO”. Pero el que  acertó de lleno fue Carlos V cuando, vuelto Colón de su fructífera locura, incorporó al escudo español dos palabritas: “PLUS ULTRA”. Y además, eso debería estar en el emblema de la humanidad entera, si algún día se crea, porque, para bien o para mal, el hombre siempre ha ido a buscar lo que hay más allá, sin saber qué va a encontrar.
     - Chapeau para el genovés, docto abad, que llevaba bajo su mando un equipo ibérico de complicado pelaje. Toca, pues, hablar del siguiente territorio prohibido, la exploración del Pacífico (qué optimismo ponerle ese nombre). También hubo que romper otro “non plus ultra”, y se consiguió empezar a surcar esas amenazantes aguas en 1520. Fue una repetición de la histórica jugada de Colón y con parecidos potagonistas.
     -  Grandiosa empresa, ilustre cronista, llevada a cabo por una aguerrida tropa de navegantes y soldados, lo mejor y lo peor de cada casa, formando una piña, y alegres de estar a las órdenes de un portugués. Esas dos gloriosas veces el pequeño paso de unos hombres fue un gran salto para la Humanidad. El resto de la aventura de Magallanes ya la conocemos a grandes rasgos. Comenta algo más.
    - Un placer, Sancho. Muerto trágicamente el capitán luso, siguieron los demás adelante. Tras mil contrariedades y de común acuerdo, Elcano continuó viaje hasta completar la vuelta al mundo, mientras la nao Trinidad, al mando de Gonzalo Gómez de Espinosa, puso rumbo de vuelta hacia las costas mexicanas, fracasando en el empeño. Colón encontró su “tornaviaje”, pero los del Pacífico, no, aunque estuvieron cerca de dar con la solución. Gonzalo había nacido en Espinosa de los Monteros hacia 1480; en este glorioso viaje fue uno de los más fieles colaboradores de Magallanes, testigo incluso de su muerte en lucha con los nativos. No pudiendo acertar con el tornaviaje, dieron la vuelta después de casi dos meses de pesadilla, con la mala fortuna de ser apresados por los portugueses, y sufriendo Gonzalo cuatro años de dura cárcel en sus manos. Luego lo trasladaron a Lisboa (siendo así otro de los primeros que dieron la vuelta al globo), y Carlos V lo liberó mediante rescate, endulzando los pocos años que le quedaban de vida con una buena pensión. Gran tipo el espinosiego.
     - Y poco conocido. Seguiremos buscando el tornaviaje. Ciao, baby.



     Ya estaba  preparado yo para anatematizar a alguien porque parecía que a Espinosa de los Monteros le habían birlado otro de sus hijos históricos. Solo has visto un recuerdo de Gonzalo Gómez de Espinosa, y está en el rótulo de una calle de ¡Villanueva de Puerta!, una pedanía de Villadiego. Pero, divino plumífero, lo has aclarado: todas mis bendiciones para los vecinos de ese pueblo porque le han dedicado tan entrañable homenaje, no por haber nacido en su localidad, sino  por el simple hecho de ser un personaje ilustre tan burgalés como ellos. Es de agradecer.


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