(164) - Buona notte, piccolo bambino: ¿adónde me llevas hoy,
corretón?
- Ciao, caro: un
saltito hasta Guatemala: ahí pasó sus últimos años como activo y combativo
regidor mi ojito derecho, Bernal Díaz del Castillo; seré culpable de lesa
historia si no leo una carta suya que tengo transcrita, en la que denuncia
abusos de algún espabilado.
-
Veamos cómo sacude estopa el viejo compañero de Cortés y sabroso
cronista de México. Vocaliza despacio y con timbrada voz.
- Con tu venia.
Enterado Bernal de que el factor
Francisco del Valle le había pedido al rey que le concediera unos terrenos que
usaban los indios e incluso que pudiera alquilar a algunos nativos para
trabajarle otras tierras que tenía compradas, envió rápidamente una protesta al
monarca diciendo que les había engañado en el precio a los caciques. Decía que
muchos indios se marchaban por estos abusos, “e sepa vuestra Real Majestad que
son pueblos muy fértiles e de buena cristiandad, e tienen muy buenas iglesias e
ricos ornamentos e muchos cantores e todo género de instrumentos de música;
están dos dominicos en ellos e hay beatas indias de la tierra e retiro para
ellas, donde están apartadas, e renta señalada para su mantenimiento. E pues no
es justo que tales pueblos reciban
molestias, suplico a V. M. que no dé ningún indio alquilado de los
dichos pueblos al factor, porque dicen los caciques que verdaderamente se les
quiebra el corazón cuando le ven, e que ordene que, devolviendo los pesos de
oro al factor, recuperen sus tierras, en todo lo cual están de acuerdo los
oidores y los dominicos que les atienden”. Para dejar más claro el abuso, le
cuenta al rey que el factor ya recibió muchas tierras del antiguo presidente de
la audiencia, “e él las vendió en dándoselas, e agora vuelve a pedir más, en
perjuicio de los pobres indios”. Ese presidente que menciona fue Juan López
Cerrato, a quien Bernal, como regidor, también denunció anteriormente, sin
pelos en la lengua, en una carta demasiado larga para exponerla. Bernal
(glorioso cronista que todavía no era conocido) termina diciendo: “Yo soy hijo
de Francisco Díaz el Galán (¿tan guaperas sería?), vuestro regidor que fue de
Medina del Campo, y soy en esta ciudad vuestro regidor e fiel ejecutor de la
audiencia por los votos del cabildo, e soy deudo (pariente) de vuestro oidor
que fue el licenciado Gutiérrez Velázquez, e he servido a V. M. en estas partes
cuarenta años, porque me hallé en el descubrir e conquistar México con el
Marqués del Valle (Cortés), como consta en el Consejo de Indias y lo sabe muy
bien fray Bartolomé de las Casas”. Sta bene?
- Molto bene, Felice. Y porque Bernal siempre
me hace reír, añadamos una jugosa frasecita con la que termina la carta. Le
dice al rey: “Y no mire la mala policía de mis palabras, que, como no soy
letrado, no lo sé proponer más delicado, sino muy verdaderísimamente lo que
pasa”. Sin letras, sí, pero qué gran escritor, mamma mía.
Ese hermoso edificio es
una ampliación de la vieja Audiencia de Guatemala, dedicado a actualmente
dependencias municipales en las que se encuentra una de las copias originales
de la maravillosa Historia de la Conquista de Nueva España que escribió el “sin
letras” Bernal Díaz del Castillo, a quien no le llega ni a la altura de los
zapatos un tal Duverger, historiador pero tontolculo: ya lo tengo excomulgado por querer “forrarse”
lanzando la teoría de que el verdadero autor del famoso texto ¡fue Cortés!: la
madre que nos parió, pequeñín.
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