lunes, 7 de diciembre de 2020

(Día 1239) (Corresponde a 14 de octubre 2020) Gran recibimiento en el Cuzco a Don Francisco de Mendoza. Era hijo del virrey Don Antonio de Mendoza, quien, para contentar a PEDRO DE HINOJOSA, del que había falsas sospechas de planear una rebelión, lo nombró corregidor de las Charcas.

 

     (829) Teniendo Inca Garcilaso solamente doce años, vio cómo llegaba al Cuzco Don Francisco de Mendoza, a quien su padre, el nuevo virrey Don Antonio de Mendoza, lo había enviado, como acabamos de ver, a inspeccionar las poblaciones más importantes situadas al sur de Lima. Dice que los vecinos lo recibieron espléndidamente. Entró en deslumbrante cortejo hasta llegar a la catedral, y, pasados ocho días, se hicieron grandes festejos de toros y cañas "como nunca se había visto en esta ciudad". Todos los personajes y personajillos lucieron sus mejores galas. Cita a Juan Julio de Ojeda, Tomás Vázquez, Juan de Pancorbo y Francisco de Villafuerte, "todos conquistadores muy antiguos", los cuales llevaban cuadrillas engalanadas con vistosas ropas y abundantes joyas: "La de mi padre y sus compañeros, vestía de terciopelo negro, con columnas bordadas, de terciopelo amarillo, y un lazo que las unía, llevando un letrero que decía 'Plus Ultra', con una corona imperial encima. Todo esto lo vio Don Francisco de Mendoza desde el corredorcillo de la casa de mi padre, donde yo vi su persona". Después siguió D. Francisco su itinerario de visitas a otras ciudades: "Hasta regresar a Lima, caminó más de seiscientas cincuenta leguas, y llevó escrito y pintado el Cerro de Potosí, con sus minas de plata, y otros cerros, volcanes y valles que hay en aquella tierra". Al poco de llegar su hijo, el virrey lo envió a España con toda la información que había recogido, para conocimiento del Rey y de sus consejeros y funcionarios.

     Poco duró el virrey en su cargo, pues su enfermedad lo fue minando rápidamente. Lo que no perdía era la sensatez en el ejercicio del mando, pero, aun así, hubo algunos que tenían malas intenciones, y nuevamente aparecieron brotes de rebeldía: "Durante su enfermedad, ordenaron los oidores que se suprimiese el servicio personal de los indios a los españoles, y se pregonó en Lima, en el Cuzco y en otras partes, en todas con el mismo rigor, de lo cual resultó otro motín. Para suprimirlo, degollaron, como principal culpable, a un caballero que se llamaba Luis de Vargas, y no mataron a más para evitar alteraciones. En las averiguaciones, se habló del general Pedro de Hinojosa como sospechoso. Los oidores, para aplacarlo, lo nombraron corregidor y justicia mayor de la zona de las Charcas, porque tuvieron noticia de que allí muchos soldados andaban desvergonzados. La culpa de la que entonces se le acusaba, fue más sospecha que certeza de delito. Lo que los soldados decían era que les daba esperanzas de que, si iban con él a las Charcas, haría lo que le pidiesen. Ellos, deseosos de cualquier rebelión, interpretaban sus palabras a su gusto, pero nunca se supo si la intención del general era la de rebelarse, aunque indicios hubo de ello. Los soldados que había en la ciudad de Lima y pudieron hacerlo, se fueron a las Charcas, y escribieron a sus amigos a diversas partes del Perú para que los acompañasen". En la azarosa vida de Pedro Alonso de Hinojosa, hemos visto que era un capitán de gran prestigio y muy apreciado por Gonzalo Pizarro, a quien traicionó con un golpe bajo de tremendas consecuencias: la entrega en Panamá de su armada a Pedro de la Gasca. Ahora, ya marchado a España el habilísimo clérigo, vemos que, según Inca Garcilaso, había rumores de que pensaba volver a la rebeldía. Pero es difícil de creer, porque, muy pronto, lo van a matar por negarse a sublevarse contra el Rey.

 

     (Imagen) Llegamos a un punto en el que PEDRO ALONSO DE HINOJOSA, durante mucho tiempo siempre fiel a los Pizarro (no en vano eran de la misma localidad, Trujillo), y luego gran traidor a Gonzalo Pizarro entregándole su flota a Pedro de la Gasca, apenas marchado este a España, pareció coquetear de nuevo con la idea de sublevarse contra la Corona. Cosa extraña, ya que había sido premiado muy generosamente por La Gasca, e, incluso, el nuevo virrey, para ganárselo, le concedió el importante cargo de gobernador de la provincia de las Charcas. Sin embargo, por no definirse claramente, lo matarán los propios rebeldes. Veamos su trayectoria en Perú. Llegó a aquellas tierras el año 1534, reclutado en Trujillo por su paisano Hernando Pizarro, cuando terminó en España las gestiones que le había encargado su hermano Francisco, que tanto perjudicaron a su socio, Diego de Almagro. Luego, Hinojosa se portó heroicamente, junto a los hermanos Hernando, Gonzalo y Juan Pizarro en el cerco al que los sometieron los indios en el Cuzco. Superado el mal trago, llegó de Chile Diego de Almagro, resentido por considerarse estafado, se apoderó del Cuzco y apresó a Hernando, Gonzalo (Juan ya había muerto) e Hinojosa, pudiendo escapar de una muerte casi segura estos dos últimos. Luego Hernando, con astucias, consiguió también quedar libre. La línea de adhesión de Hinojosa a los Pizarro siguió recta cuando se trató de luchar junto a Vaca de Castro contra Diego de Almagro el Mozo. Y esa misma fidelidad le decidió a enfrentarse, junto a Gonzalo Pizarro, al virrey Blasco Núñez Vela, llegando al extremo de matarlo. Eso ya suponía estar en clara rebelión contra el Rey. PEDRO ALONSO DE HINOJOSA, a quien apreciaba en gran manera Gonzalo Pizarro y en quien tanto confiaba, permaneció, inicialmente, fiel a su lado cuando llegó Pedro de la Gasca a someterlos, pero intuyó que estaban cerca del desastre, y lo abandonó, entregándole, además, al habilísimo clérigo, el arma más poderosa que tenía Gonzalo: su temible flota. Muerto Pizarro, y partido para España Pedro de la Gasca, veremos enseguida cuál fue el último capítulo de la vida de alguien que, aunque no tiene en Trujillo un monumento como el de Francisco Pizarro, al menos queda recordado por LA CALLE PEDRO ALONSO DE HINOJOSA.








No hay comentarios:

Publicar un comentario