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El cronista Pedro Pizarro aclara algunas cosas más sobre cómo Pizarro envió
parte de la tropa desde el Cuzco para
acabar con la amenaza de Qizquiz: “Nombrado pues por señor Manco Inca,
el Marqués mandó a Almagro y Hernando de Soto que fuesen con cien hombres tras
Quizquiz, que iba hacia Quito abrasando la tierra, y para que socorriesen a los
españoles que habían quedado en Jauja, para que no los matasen, y asimismo le
dijo a Manco Inca que fuese con gente de guerra ayudando a los españoles. El
Marqués quedó en el Cuzco con unos cien españoles para recoger todo el oro y
plata que pudiese haber y hacerlo partes, tanto para los que iban tras Quizquiz
como para los que se quedaban, y así lo hizo (el cronista no pierde ocasión de subrayar la honradez de Pizarro).
Hechas las partes, acordó fundar el Cuzco, y pregonó que el que quisiese ser
allí vecino asentase su nombre ante el secretario y pidiese cada uno lo que
quisiese. Esto lo hizo el Marqués por dar ánimo a que se quedasen gentes y
poblasen el Cuzco, porque ciertamente quedaban a gran riesgo y ventura de las
vidas, por ser poca gente la que al presente había y muchos los naturales (de hecho, van a sufrir después un terrible
cerco). Y por esta causa, dio entonces muy grandes repartimientos; y por
esto no hizo las encomiendas como Su Majestad lo mandaba, sino depósitos para
poder quitar lo que después le pareciese, como lo hizo cuando Picado entró de
secretario”. Al mencionar a Picado, dice
que sustituyó a Pero Sancho, y “que el primero fue un Xerez natural de
Sevilla”. Nada le habría costado a Pedro Pizarro comentar que se trataba de
Francisco de Xerez, el primero en escribir sobre el Perú, y cuya crónica, sin
duda, él mismo utilizó.
Luego Pedro Pizarro confirma que ‘el Marqués’ partió del Cuzco para
formalizar la fundación de Jauja y tuvo noticias de Quizquiz: “En Jauja halló a
Soto y a Manco Inca, que ya habían vuelto por haberse ya deshecho la gente de
guerra que Quizquiz llevaba huyendo hacia Quito, donde después fue muerto por
los indios naturales, ya que los españoles nunca lo tuvieron al alcance de las
manos”. Vemos, pues, que Manco Inca colaboraba con los españoles (y así
continuó hasta que se derrumbaron sus falsas expectativas).
Vamos
a volver con Cieza, pero añado un nuevo párrafo
de Pedro Pizarro porque nos sitúa claramente en el amenazante encuentro
de los tres grandes posibles rivales, Almagro, Belalcázar y Alvarado (y sobre
ellos, la poderosa sombra de Francisco Pizarro): “Don Diego de Almagro fue a Quito porque tuvo noticia de que don
Pedro de Alvarado había desembarcado en Puerto Viejo con quinientos hombres y
que iba hacia Quito. En Quito estaba Belalcázar, al que había mandado el
Marqués desde Cajamarca para que ocupase aquella tierra en su nombre porque
tuvo sospecha de que fuese algún capitán y ocupase la provincia de Quito por
estar despoblada de españoles. Pues llegado que fue don Diego de Almagro a
Quito, tuvo noticia de que don Pedro de Alvarado venía ya cerca, y enviole
mensajeros haciéndole saber que Quito estaba poblado por don Francisco Pizarro
y que no quisiese alborotar aquella tierra, porque se quejaría a Su Majestad”.
(Imagen) Los españoles habían conseguido lo más importante, derrotar a
Atahualpa, pero quedaban en rebeldía tres capitanes míticos: Caracuchima,
Quizquiz y Rumiñahui, quienes intentaron lo imposible y acabaron de mala
manera. A Caracuchima, como ya sabemos, lo mataron los españoles en
Jaquijaguana. Más adelante veremos cómo Rumiñahui, el último en morir, peleó
bravamente contra los españoles en la zona de Quito, pero terminó torturado y
ejecutado. Hablemos de Quizquiz. Era un veterano capitán que apresó a Huáscar y
se apoderó del Cuzco cuando su rey, Atahualpa, estaba retenido por Pizarro.
Malogró la necesaria alianza de todos los incas contra los españoles por su
crueldad con los vencidos, y porque sus
soldados quiteños, que nunca olvidaron la masacre de Yahuarcocha, -en la que
Huayna Cápac ejecutó a los miles de varones que podían luchar-, quemaron la
sagrada momia de su padre, Túpac Yupanqui. (Hace dos días vimos que el
historiador quiteño Lara comparó esa masacre con la de los romanos en Massada
contra los judíos).El batallador Quizquiz hizo mucho daño a los españoles. Él
fue quien estuvo a punto de acabar con Soto y sus hombres cuando se dirigían
hacia el Cuzco. Luego siguió atacando en la zona de Quito, y le resultaron
fatales las discrepancias con uno de sus capitanes, el aristocrático inca
Huayna Palcón, quien, al parecer, deseaba un entendimiento con los españoles.
Tuvieron una discusión tan violenta que Huayna Palcón mató a Quizquiz
atravesándolo con una lanza.
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