martes, 23 de enero de 2018

(Día 599) Pizarro, tras enterarse de lo ocurrido en El Cuzco, decide ir allá rápidamente. Almagro se decepciona al ver la pobre documentación que tenía Cazalla, y los Pizarro se crecen.

     (189) Añade Cieza que entonces se enteró Pizarro de lo ocurrido en el Cuzco: “Había salido de allá un tal Andrés Enamorado (aunque el apellido parece un chiste, sigue vigente) a dar aviso a Pizarro y le certificó que sus hermanos estaban en gran riesgo porque Soto y Almagro se habían dado de lanzadas con ellos. Pesáronle a Pizarro estas noticias y quejábase de Almagro sin saber con certeza lo ocurrido y afirmando en público que por su causa se había levantado el alboroto”.
     Visto el panorama, Pizarro salió con urgencia hacia el Cuzco: “Avisó a algunos de sus amigos para salir a grandes jornadas hacia el Cuzco. Llevó consigo al licenciado Caldera y a Antonio Picado (que ya era su secretario y hombre de confianza). Al mando en la Ciudad de los Reyes dejó a Ochoa de Ribas.
     Luego Cieza nos aclara con más detalle la situación en lo que sigue, porque se entiende que todo el conflicto fue iniciado por las ‘maravillosas’ noticias que Cazalla había enviado al Cuzco, y ahora vamos a ver a un Almagro chasqueado al recibir al ‘personaje’: “Cuando llegó al Cuzco Cazalla, recibió mucho enojo Almagro al no ver más que un simple papel, siendo así que se había publicado por todas partes que le venían ya las provisiones de gobernador”. Tuvo que hacer de tripas corazón: “Pero Almagro no dejó de afirmar a sus amigos que no podía tardar en venir lo verdadero, pues aquel papel había sido sacado letra por letra de ello”. Otros lo disfrutaron: “Juan Pizarro y los que eran aficionados al gobernador se holgaron, haciendo escarnio de Almagro porque tan ligeramente se había creído lo que le habían dicho, afirmando que tenían a Hernando por tal pájaro que traería lo que al gobernador conviniese, pues lo sabía y entendía tan bien”. Y acertaban, porque el tal ‘pájaro’, que además era culto e inteligente, consiguió que la demarcación de Pizarro fuera ampliada en setenta leguas (algo que no mencionaba Cazalla), y si, como vimos, no hubiese estado al quite ante el emperador Cristóbal de Mena, representante de Almagro, habría quedado mucho más perjudicado en sus intereses.
     Cuando Almagro supo que Andrés Enamorado había ido a informar a Pizarro de lo sucedido, sospechó que le iba a dar una información ‘averiada’ y le encargó a Luis de Moscoso que fuera para dejar las cosas claras.
     Un pequeño inciso para recordar algo que conté de la vida de Moscoso y que ahora lo podremos entender. Está claro que él y Soto eran buenos amigos y partidarios de Almagro, pero un año más tarde va a ocurrir que, a la hora de iniciar Almagro su expedición chilena, escogerá como capitán a Rodrigo Orgóñez; Hernando de Soto, sintiéndose desplazado, volvió entonces a España con Moscoso, por suerte para los dos, porque de esa manera se evitaron las guerras civiles cuyos preludios ya estaban viviendo. Suerte relativa, si tenemos en cuenta que ambos héroes se embarcaron después en la terrible expedición que organizaron para explorar en la Florida, en la que murió Soto.


     (Imagen) La pesadilla de las distancias. ¿Cómo abarcar tanto siendo tan pocos? Y si eres el gran jefe, como Pizarro, necesitas estar en todas partes, especialmente cuando surgen problemas de envergadura. Pizarro sabía que las cosas se iban complicando en su relación con Almagro. Y lo que le acaban de contar era alarmante: el primer conflicto violento entre los dos bandos. Así que, estando en Lima, parte raudo hacia el Cuzco (1.100 km por la actual carretera Panamericana). Aquellos hombres nunca paraban. ¿Cómo podían hacer tanto?: conquistar, pelear, poblar, dejar gente en lo fundado y seguir hacia delante: PLUS ULTRA. En Quito, a 1.800 km de Lima (la perspectiva del plano engaña), estaba Belalcázar, quien logrará introducirse en Colombia. A punto estuvo de apoderarse de Bogotá, pero ¡15 días antes!, había llegado por el este GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA (quizá el más grande tras Cortés y Pizarro). DIEGO DE ALMAGRO intenta también su gran proeza: se dirige a conquistar Chile. La tropa de Pizarro había aumentado, pero seguía siendo minúscula para tarea tan gigantesca. Y vamos a ver cómo pronto esa precariedad, esa necesidad de dejar hombres en lo fundado, pero pocos porque la mayoría era imprescindible para seguir destruyendo y construyendo, le dará la oportunidad a Manco Inca para cercar el Cuzco y estar a punto de acabar con todos los españoles sitiados, en situación tan desesperada que tuvieron que salir y jugarse la vida para conseguir agua y alimentos. En esas circunstancias murió un hombre bravo y de gran liderazgo, al que sus cualidades le auguraban un lugar privilegiado en la lista de los más notables de las Indias. Solo tenía treinta años. Se llamaba JUAN PIZARRO.


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