(184) Luego Hernando Pizarro se dedicó a
sus asuntos, y siendo tan altivo, disfrutaría de lo lindo con un codiciado
nombramiento que le hizo el rey: “Fuele hecha por Su Majestad merced del hábito
de Santiago. Andaba muy acompañado, como quien lo merecía por haber traído tanto.
Entonces estaba la Corte en Valladolid, desde donde fue a la ciudad de
Trujillo, su tierra. Se acercaron a Hernando Pizarro muchos caballeros, la
mayoría mancebos, para venirse con él a estas partes. Todos se juntaron en
Sevilla, donde se aparejaron para la jornada”. Cita a trece de los insensatos
‘insensatos’ que menciona, probablemente porque ya eran famosos o lo fueron
después. Como bien dice el cronista, todos eran de Trujillo o de su comarca, y
la mayoría tuvo que hacer después sutiles primores para salir con vida de las
guerras civiles, ya que, aunque el corazón les inclinaba al bando de los
Pizarro, no les quedó más remedio que pasarse finalmente a las tropas del rey.
Voy a poner como ejemplo a uno de ellos, PEDRO DE HINOJOSA. Era pariente de los hermanos Pizarro. Se avecindó en el Cuzco. Fue
apresado junto a Hernando Pizarro por Diego de Almagro en el comienzo de las
guerras civiles. Una vez liberado, luchó con su caballo en la batalla de las
Salinas (y de nuevo contra Almagro, que la perdió y fue ejecutado). Tomó también
parte junto al licenciado Vaca de Castro en la de Chupas, tras la que el derrotado
hijo de Almagro fue decapitado. Siguiendo esa línea que le ‘salía del alma’, fue
uno de los capitanes de confianza de Gonzalo Pizarro (el único de los hermanos
que quedaba en Perú), pero terminó por pasarse al bando legal, el del virrey La
Gasca. Pese a ello, según el cronista Gutiérrez de Santa Clara, tras la
ejecución de Gonzalo Pizarro se puso de luto; al menos tuvo el
gesto de mostrar lo que sentía. Luego fue nombrado gobernador de
Charcas (actualmente territorio boliviano), provincia que intentó apaciguar, pero
fue asesinado el 5 de mayo de 1553.
Habla también Cieza de algo que pasaba con
frecuencia, uno más de los grandes peligros de la aventura de las Indias. En el
viaje, estuvieron a punto de naufragar: “Se embarcaron en San Lúcar de
Barrameda. En el golfo de las Yeguas (tramo
de mar hasta Canarias) tuvieron tan gran tormenta que pensaron ser
perdidos, y volvieron a Gibraltar, de donde tornaron a se embarcar y pasaron
otra tormenta. Cuando, por fin, llegaron a Nombre de Dios (Panamá), había tanta gente para pasar al Perú que se produjo la
mayor carestía de los suministros que acá se ha visto. Y hubo muertos por
enfermedades entre los de allá y entre
los que venían con Hernando Pizarro”. Cieza anota otro dato porque le parece
injusto, aunque no lo diga expresamente: “Hernando Pizarro diose prisa en salir
de Panamá para llegar al Perú. En Puerto Viejo mandó a Gonzalo de Olmos que se
quedara porque el gobernador don Francisco Pizarro lo había nombrado teniente y
capitán de aquellas provincias, a pesar de que había hecho la fundación
Francisco Pacheco cuando Almagro lo mandó ir allí desde San Miguel”.
(Imagen) Da la impresión de que los
Pizarro favorecieron en exceso a los nacidos en Trujillo, como ellos, e incluso
se diría que trataban de oscurecer el brillo de Almagro. Si bien la orden
provenía de Pizarro, su hermano Hernando, al llegar a Puerto Viejo en su viaje
de retorno, le dio el mando de la población a GONZALO DE OLMOS, un paisano
suyo, quedando marginado Francisco Pacheco, que fue el que la había fundado por
mandato de Almagro. El año 1539 PIZARRO le envió a España a Gonzalo de Olmos
(ya tenía gran protagonismo en Perú) con un objetivo claro: conseguir que en la
Corte incluyeran en su gobernación tierras que intentaba ocupar con dudosos
derechos. Olmos llevaba gran cantidad de esmeraldas para sobornar a miembros
del Consejo de Indias. Y también una carta (la de la imagen) en la que su autor,
en nombre de Pizarro, le decía al rey que se había descubierto una zona rica en
esmeraldas (por eso las llevaba Gonzalo) y que sería un acierto confiarle a
Olmos su conquista, avalándolo con estos elogios: “Porque este Gonzalo de Olmos
es persona de mucha experiencia y rico y de grandes aparejos para continuar
esta entrada (conquista)”. Quien la
había escrito era ILLÁN SUÁREZ DE CARVAJAL. Nació en Talavera de la Reina
(Toledo) el año 1503. Llegó a Perú con Hernando Pizarro en 1534. Tenía el cargo
de Factor de la Hacienda de Perú. Habitual consejero de Francisco Pizarro, le
advirtió del peligro que corría, pero no pudo evitar que lo asesinaran los
almagristas. Pero también Illán fue imprudente: cometió el error de enemistarse
con el virrey Blasco de la Vela, y fue ejecutado el año 1544.
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