(1122) Tras dos días de recorrido,
Jerónimo de Alderete volvió de su exploración con la noticia de que las tierras
eran buenas y estaban muy pobladas. Valdivia se alegró mucho, y se puso en marcha
con la intención de establecer una población, que era su gran deseo.
Encontraron un río grande, y muy ensanchado en su desembocadura, por temporales
de agua y porque allí se unían otros ríos: "Se detuvo en su
ribera el día de la Pascua de Navidad, y desde allí envió a Alderete con
treinta soldados para que viesen la disposición de la tierra río abajo. Llegó a
un valle grande cercado entre dos ríos, por lo que no pudo pasar adelante.
Desde allí se volvió, y Valdivia, al recibir la información, partió enseguida con
su tropa. Llegado a aquel valle, que se llamaba Guadalauquén, mandó hacer
balsas para pasar a la otra orilla. En la otra ribera halló un asiento muy a
propósito para poblar una ciudad, y, desde allí mandó a algunos hombres que fuesen
en canoas el río abajo hasta la boca de la mar, y viesen si era buena para
puerto de navíos. Como cuatro días
después volvieron diciendo que tenía un puerto muy bueno. Por lo cual,
Valdivia pobló en aquel mismo lugar donde estaba, y le puso por nombre ciudad
de Valdivia. Está situada a treinta y nueve grados y medio (latitud Sur), y la llamó así para que quedase memoria de él, imitando a los antiguos, que tenían aquella costumbre
cuando alguna ciudad poblaban (la ciudad se fundó en 1552, a Pedro de
Valdivia lo mataron salvajemente un año después, y la ciudad sigue llamándose
igual, contando con 170.000 habitantes). Luego mandó alzar un árbol de
justicia (la llamada 'picota'), nombró por alcaldes (solían ser dos)
que la administrasen a Francisco de Godoy, natural de Córdoba, y a Nieto de
Gaete, natural de Zalamea (Badajoz). Dio solares en los que hiciesen casas los
que allí habían de ser vecinos, y envió a Alderete con cincuenta soldados a explorar
más tierras, pero no le acompañó porque
tuvo noticia de que Villagra estaba en
el valle de Marequina, a ocho leguas de la ciudad de Valdivia que acababa de
poblar".
Valdivia quedó a la espera del capitán que
se acercaba: "Villagra llegó enseguida con ciento treinta soldados, muchos
de ellos hidalgos y muy nobles. El capitán Alderete llegó al mismo tiempo con
buenas noticias sobre las tierras que había visto. Valdivia mandó que se
prepararan ciento cincuenta soldados para irlas a ver, y, porque envió a
Alderete a poblar una ciudad en el valle de los Puelches, que es donde, según
decían, había minas de plata, llevó consigo a Villagra. En este
tiempo, algunos soldados quisieron revolver a Valdivia contra Villagra,
diciendo que tenía determinado matarlo. Los que así hablaban estaban
disgustados con Villagra desde que anduvieron con él, y querían sacar, como se
suele decir, la culebra con mano ajena. Pero de Valdivia, despreciándolo todo
con mucho valor y sagacidad, lo habló con el mismo Villagra, quedando conformes
y amigos. Además le dio una encomienda de más de treinta mil indios, a diez leguas de la ciudad Imperial. Y, dejando
en Valdivia como teniente suyo al licenciado Altamirano, hombre principal,
natural de Huete (Cuenca), se fue a ver lo que Alderete había
descubierto".
(Imagen) Para aclarar algunos asuntos
confusos, dedicaré esta imagen a tres personas, dos de ellas, recién
mencionadas. Valdivia, al fundar en Chile la ciudad que lleva su mismo nombre, escogió
dos alcaldes. Uno de ellos fue FRANCISCO DE GODOY, natural de Córdoba, del que
no he conseguido ninguna otra información, pero sirva la referencia para que no
sea confundido con un homónimo suyo muy valioso y sensato, nacido en Cáceres,
del que ya hablamos hace mucho tiempo. El otro alcalde era DIEGO ORTIZ NIETO DE
GAETE. Fue conquistador de larga vida, para variar (murió con 82 años). Nació
el año 1510 en Zalamea de la Serena (Badajoz), lo que explica que se convirtiera en cuñado de Pedro de
Valdivia, nacido en la cercana Villanueva de la Serena (a 38 km). Parece ser
que Diego ya andaba por Nicaragua el año 1535. Luego pasó a Perú, e hizo un
viaje a España, donde se casó el año 1541. Vuelto a las Indias, luchó junto a
Pedro de Valdivia contra Gonzalo Pizarro, y, tras su derrota y muerte, se
fueron juntos los dos a Chile. Diego llegó a ser allí regidor, alcalde, teniente
de gobernador, corregidor de Osorno y Alcalde de Valdivia. El año 1553 viajó a
España en compañía de Jerónimo de Alderete, con varios encargos de Valdivia.
Diego Ortiz volvió a las Indias en 1555, en compañía de su familia, y
cumpliendo una misión muy importante. La de regresar trayendo a su hermana, la
mujer de Valdivia, que era MARINA ORTIZ DE GAETE. A Pedro de Valdivia, para
hacerle gobernador, Pedro de la Gasca lo obligó a regularizar su situación,
abandonando a su amante, la gran INÉS SUÁREZ, y teniendo en el hogar a su
verdadera esposa. Cuando llegaron a Panamá, la entusiasmada Marina Ortiz
recibió un golpe kafkiano de la diosa fortuna: Pedro de Valdivia, aquel marido
con el que apenas convivió un mes, había
muerto, y de forma espantosa. Se quedó viuda de repente, pero como si lo fuera
desde el día en que se casaron, hacía
veintisiete años. Nadie sabe a qué se debió ese cruel distanciamiento de Valdivia,
pero Marina Ortiz de Gaete demostró entonces que era una mujer de gran
fortaleza moral. Llegó a Chile, hizo frente a las deudas militares que había
dejado su marido, y le envió incansables peticiones de ayuda a Carlos V,
logrando una pensión vitalicia en 1589, que le duró poco, pues murió en 1592
(como su hermano Diego), teniendo entonces 83 años. Fue enterrada en la iglesia
de San Francisco (Santiago de Chile), donde solía rezar (y no es de extrañar) a
la Virgen de la Soledad.
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