(1109) Así que, los mismos indios de
Copiapó que mataron a los cuatro españoles, al ver llegar a Alonso de Monroy, quien, con el
'músico' Pedro de Miranda, había huido tras herir gravemente a dos de sus
caciques, los recibieron amablemente, quizá porque les acompañaban setenta soldados. Monroy, a
su vez, actuó diplomáticamente: "Les
dio a entender a los indios (con la habitual táctica de pacificación)
que, en adelante, fuesen buenos y tuviesen en cuenta que los cristianos habían
de permanecer. Les pidió que no quisiesen perder sus vidas bestialmente, sino
conservarse con ellos en amistad. Pasando adelante su camino, llegaron a
Santiago, donde fue en general bien recibido. Dado que le acompañaba la gente
que le dio Vaca de Castro, Valdivia envió soldados a conquistar los territorios
comarcanos, y, porque el valle de Chile
era el mejor y más poblado que ningún
otro, lo reservó para sí, y también porque en sus tierras había ricas minas de
oro".
Valdivia tomó otra decisión importante:
"Habiendo calculado los indios que en la comarca de Santiago había, y considerando
que los valles de Copiapó, Guaco, Limari y otros comarcanos no podían atender
las necesidades de Santiago por la mucha distancia que había, mandó al capitán
Francisco de Aguirre que fuese con soldados a poblar donde ahora es la ciudad
de la Serena (el nombre se debe a que Valvidivia era natural de la extremeña
Villanueva de la Serena)". Pero Francisco de Aguirre cometió un error:
"Cumpliendo lo ordenado, llegó al
valle de Chile (actualmente llamado Valle del Elqui). Hallando buen
servicio en los naturales, hizo alto algunos días, refrescando los caballos,
que en aquel tiempo eran tenidos en mucho, porque valía un caballo mil ducados.
Francisco de Aguirre tuvo noticia de que algunos indios servían mal y
persuadían a otros a no servir, y le pareció oportuno castigar a algunos que,
por no servir, habían huido, y así poner temor en los demás, de manera que obedeciesen
mejor, pues, en general, los indios de este reino de Chile tienen condición de
villanos. Para ello, salió una noche, llegó al lugar en que estaban retirados y
tomó algunos, con muchos muchachos y mujeres, volviendo con ellos a su
alojamiento. Luego se lo hizo saber a Valdivia creyendo que así ganaría méritos
ante él, pero le sucedió al contrario, ya que, cuando lo supo, se indignó de
tal manera, que le mandó que abandonase la misión y se volviese con la gente
que llevaba. Llegado Aguirre a Santiago, después de haber dado sus
justificaciones, y habiendo pasado algunos días sin que se volviese a hablar de
ir a fundar la nueva ciudad, un caballero llamado Juan Bohón, le pidió a
Valdivia que le confiase aquella empresa, se la concedió, y él partió con la misma
gente que Francisco de Aguirre había llevado. Llegado a aquel lugar, viendo que
era tan a propósito, lo pobló conforme a la orden que llevaba, y le puso el nombre
de La Serena, al que los indios llamaban y llaman Coquimbo, y, para mejor
cumplir con lo que a su cargo había tomado, anduvo conquistando y pacificando algunos
valles". (La Serena, emplazada en la costa, tiene actualmente medio millón
de habitantes, y es la capital de la región de Coquimbo).
(Imagen) A pesar de que FRANCISCO DE AGUIRRE
MENESES, nacido en Talavera de la Reina (Toledo) hacia el año 1500, decepcionó
a Pedro de Valdivia por falta de tacto con los indios, fue un conquistador de
gran relieve, hasta el punto de que, llegado el momento, será gobernador de
Chile. Era un hombre culto, y descendiente, por distintas ramas, de reyes
españoles, portugueses y europeos, teniendo un largo historial militar, que
incluía una brillante actuación el año 1525 en la famosa batalla de Pavía. Eran
muy pocos en las Indias los que podían estar a su altura en cuestión de
antecedentes. Carlos V y el Papa le agradecieron sobremanera que el año 1527,
durante el brutal saqueo de Roma, Francisco de Aguirre, al mando de unos
soldados, evitó que un convento de monjas fuera víctima del pillaje de las
tropas. Valdivia era testigo en Roma de estos hechos, y resulta degradable ver
que ahora lo humille de tal manera. FRANCISCO DE AGUIRRE fue grande y lo
seguirá siendo, como veremos. Llegó a Panamá en 1534, y fue uno de los soldados
que, el año 1537, acudieron en auxilio de la población de Lima, acorralada por
los incas. Estuvo después al servicio de Francisco Pizarro, coincidiendo con su
viejo amigo Valdivia, y le resultó atractivo acompañarlo a la conquista de
Chile en 1540. Tuvo que sentirse desairado cuando Valdivia, molesto por un
error de estrategia, le anuló a Aguirre la misión de fundar La Serena,
confiándosela de inmediato a Juan Bohón, el cual consiguió su objetivo el año
1544. Pero fue con trágicas consecuencias, porque, cinco años después, se
produjo una sublevación de los indios, que arrasaron lo construido y mataron a
Juan Bohón. Entonces Valdivia, curiosamente, le mandó a Francisco de Aguirre
que refundara la ciudad, quizá por darse cuenta de que, con aquellos indios, no
valían contemplaciones, sino la mano firme de un capitán con carácter enérgico
para ganarles la partida, lo que supondría un reconocimiento de que,
anteriormente, había sido injusto con él. Francisco de Aguirre tuvo tal éxito en
este nuevo encargo, que lo que se celebra en La Serena es su refundación,
ocurrida el 24 de agosto de 1549, y a quien se le da el mérito definitivo es a
FRANCISCO DE AGUIRRE, cuya estatua como fundador sigue mostrando su actitud
altiva en la ciudad, la cual, en sus inicios, también tuvo que soportar ataques
de piratas, como los del famoso Francis Drake. El resto de sus andanzas, las
iremos viendo sobre la marcha, de la mano de un
testigo privilegiado: ALONSO DE GÓNGORA MARMOLEJO.
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