martes, 7 de septiembre de 2021

(1514) En Chile encontraron los de Diego de Almagro a un español muy peculiar: Pedro Calvo. Fracasada la campaña, Almagro volvió a Perú. Comenzó la guerra civil, estando Pedro de Valdivia al servicio de Francisco Pizarro.

 

     (Imagen) El cronista Gonzalo de Góngora Marmolejo nos cuenta de forma concisa los comienzos de la llegada de los españoles a Chile (época inicial que él no conoció personalmente). Diego de Almagro quedó decepcionado: "Viendo la pobreza de los indios, y que, a diferencia del Perú, allí no había oro ni plata, acordó volverse, pero no por el camino que habían venido, sino por el despoblado de Copiapó, para no volver a pasar la Cordillera Nevada, donde tan mal les había ido. Aunque con mucho trabajo, después de haber pasado el desierto y llegados a Atacama, fueron al Cuzco, habiendo andado de ida y vuelta más de mil leguas (5.500 km). Luego hubo discordias entre Diego de Almagro y Francisco Pizarro sobre el reparto del Perú, y llegó a tanto, que los amigos de Pizarro mataron a Almagro. Entre los que más participaron en el conflicto, estaba Pedro de Valdivia, a quien Francisco Pizarro había nombrado maestre de campo, por ser de su tierra extremeña, y por tener práctica de guerra, la cual había adquirido en tiempos del marqués de Pescara con motivo de las diferencias que se tuvo con el rey Francisco de Francia sobre el Estado de Milán. Y así, sosegadas las discordias del Perú, Pedro de Valdivia, como hombre que tenía pensamientos grandes, viendo la oportunidad de lograr su pretensión por considerar que Francisco Pizarro estaba en deuda con él debido a sus servicios, le pidió que, en nombre suyo,  le enviase como capitán con gente para poblar la tierra de Chile. Confiaba, además, en que, puesto en ella, cualquiera que viniese al Perú con poder suficiente le otorgaría el gobierno de aquel reino, o en que, en el peor de los casos, lo podría negociar con Su Majestad. Francisco Pizarro, queriéndole agradecer lo que había servido en el Perú, y pensando que lo que le pedía no era cosa que pudiera perjudicarle, sino que, al contrario, acrecentaría su imperio, le respondió que le alegraba poder contentarlo en todo lo que quisiese. Y le encargó que, como capitán suyo, juntase gente y partiera cuando quisiese". Así empezó la verdadera conquista, y recordemos que, años después, Valdivia volvió de Chile a Perú para participar en las guerras civiles, pero, sobre todo, para que Pedro de la Gasca lo confirmara como gobernador de aquel territorio. Y lo consiguió astutamente, pero tras superar un incidente, como ya vimos. La imagen muestra, subrayados en rojo, los territorios chilenos que ha mencionado Marmolejo en el texto previo.




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