(1111) El cronista Marmolejo sigue contando de forma abreviada la cosas que ocurrieron en Chile antes de que él llegara a aquellas tierras, el año 1549. Ahora nos detalla cómo murió Juan Bohón, quien había fundado pocos años antes la ciudad de La Serena, cuando Valdivia se lo encargó por haber considerado que Francisco de Aguirre, a quien confió la misión, no había tratado allí como era debido a los indios: "Volviendo al capitán Joan Bohón, diré que, habiendo poblado la ciudad de La Serena, Pedro de Valdivia, contento por su trabajo, partió de la ciudad de Santiago. Entonces el capitán Bohón quiso asentar el valle de Copiapó con el fin de tener seguro contra ataques indios aquel camino para los que del reino del Perú viniesen a Chile. Llegado a este valle, salieron los nativos fingidamente a servirle de paz cautelosamente. Una mañana, siendo capitán bisoño y con poca práctica en la guerra, y no teniendo guardia que le protegiese, los indios dieron en él, y, antes de que se pudiesen juntarse los españoles para defenderse, con grandísima braveza los mataron a todos, no escapando vivo ninguno de ellos, que eran treinta y dos, salvo Juan Bohón. Al cual lo prendieron, y, atadas las manos con una cruz que él solía tener en un bastón, diciendo que con aquella en la mano pacificaría todo el reino de Chile, le trajeron por todo el valle triunfantes de él y de su miseria, y le dieron muerte tan dura, que, usando muchas crueldades, terminaron ahorcándole. Algunos dijeron que lo vieron ahorcado, y tenía cruces marcadas en las espaldas y en los pechos. Pudo ser que, como era buen cristiano, fuese Dios servido de que la cruz que él traía en la mano, se mostrase en su cuerpo para felicidad de su ánima. Sabido en la ciudad de La Serena lo ocurrido, los que en ella habían quedado miraron por sí viviendo recelosos de los naturales, y dieron aviso a la ciudad de Santiago. Les respondió Francisco de Villagra que mirasen ellos por su pueblo, ya que, al presente, no tenía gente que poderles enviar. Ellos no quisieron irse a Santiago, porque su deseo era ser vecinos de La Serena, y les parecía que podrían resistir por haber pocos indios en aquella comarca". Recordemos que después los indios arrasaron la ciudad, y el cronista nos lo explicará con más detalle.
Ya hemos visto que Pedro de Valdivia
corrió varias veces peligro de que lo matara Pedro Sancho de la Hoz, pero nunca
se atrevió a castigarlo, quizá por temor a que tuviera que dar muchas
explicaciones ante la Corona. Pero aquello no podía acabar bien: "Francisco
de Villagra se quedó en la ciudad de Santiago por capitán de Valdivia, con
todos los poderes, como persona a la que tenía por amigo. Entonces acaeció que
un hidalgo principal casado en Toledo, llamado Pedro Sancho de la Hoz, había
llegado hacía poco de España, nombrado por el emperador don Carlos gobernador
del territorio que alcanzase, desde el Estrecho de Magallanes abajo, trecientas
leguas por la costa de Chile (ya, de entrada, era una zona muy poco
apetecible) . Pero, después de que Valdivia fue ido al Perú (aún no tenía confirmado el título de gobernador),
comenzó a decir que se creía que no volvería más, por lo que, teniendo él una
cédula de gobernación, era justo que él gobernara Chile".
Las pretensiones de Sancho de la Hoz
encontraron eco en bastante gente, e incluso se hablaba de que convenía matar a
Francisco de Villagra antes de que volviese Valdivia. Pero se dio cuenta de que
tenía que reaccionar rápidamente, y no
le tembló el pulso: "Informado Villagra por sus amigos, hizo información
contra él por escrito, y hallándolo culpable, según su parecer, lo mandó
prender y luego cortarle la cabeza, cosa de gran crueldad".
(Imagen) Al cronista Marmolejo le pareció
excesivo que Francisco de Villagra ejecutara por traidor, en 1547, a PEDRO SANCHO
DE LA HOZ. Pero todo apunta a que Pedro, con su oportunismo, se lo estaba
ganando a pulso. Solo el Rey podría haber ampliado los límites de la
gobernación que le había concedido. Pero también se entiende que le cegara la
ambición, ya que la situación era bastante confusa (pero no lo suficiente). Pedro
había nacido en Calahorra (La Rioja), hacia el año 1510. Tenía el título de
escribano público, y fue secretario de Francisco Pizarro. Él se encargó de dar
fe de los repartos que se hicieron entre los conquistadores, en 1533, del botín
de Atahualpa, ya ejecutado, e, incluso, escribió una crónica sobre aquella
conquista. Volvió a España en 1535, se casó con la aristocrática Guiomar de
Aragón y, el año 1539, regresó solo a Perú, habiéndole concedido Carlos V el
descubrimiento y gobernación de las tierras situadas al sur de lo que les
correspondía a Pizarro y a Almagro (siendo lo de este último territorio
chileno). Se encontró con la sorpresa de que, muerto Almagro, Pizarro le dio
permiso a Valdivia para conquistar territorio chileno, y Pedro tuvo que aceptar,
de mala gana, asociarse con él. Ninguno de los dos tenía esos derechos por
concesión del Rey, porque lo que le asignó a Sancho de la Hoz estaba más al
sur, en una zona tan dura, que fue la tumba de muchas campañas. (Acababa de
ocurrir entonces el desastre de la organizada por el obispo de Plasencia,
Gutierre de Vargas Carvajal, y muchos años después se produjo la catástrofe de
la capitaneada por un hombre de todo
punto excepcional: Pedro Sarmiento de Gamboa). Pedro de Valdivia buscó con
sensatez su confirmación como gobernador, y lo consiguió, pero Pedro Sancho de
la Hoz, queriendo lograrlo a la brava (y, además, se había arruinado), promovió
varios atentados contra la vida de su rival, quien siempre lo perdonó, a él y a
sus cómplices. Dado el carácter implacable de Pedro de Valdivia, solo puede
tener una explicación: hizo encaje de bolillos para que Carlos V no tuviera
nada que reprocharle, y persiguió su objetivo con insistencia y hábiles
maniobras diplomáticas, que estuvieron a punto de torcerse en su trato con el
gran Pedro de la Gasca, quien, sin embargo, terminó por reconocerlo como
gobernador de Chile y, asimismo, consiguió que el emperador lo ratificara. En
la imagen se ve que la concesión que le hicieron a Sancho de la Hoz era para
descubrir por la costa del Mar del Sur (el Pacífico), y más abajo del Estrecho
de Magallanes ("la otra parte del dicho Estrecho").
No hay comentarios:
Publicar un comentario