domingo, 26 de septiembre de 2021

(1531) Valdivia partió para seguir fundando poblaciones. Al llegar a La Imperial, ANDRÉS DE ESCOBAR le preparó un gran recibimiento. Luego llegó de Perú Villagra con más soldados. Los indios fracasaron en un intento de ataque.

 

     (1121) No había  ningún conquistador que se estuviera quieto, y menos, el flamante gobernador: "En este tiempo, llegada la primavera, Valdivia juntó toda la gente que pudo para ir a poblar una ciudad o más, conforme a como fueran las cosas, pero antes de que Villagra entrase en Chile. Tenía noticia de que venía con doscientos soldados, y dijo que quería dar encomiendas de indios a los que le habían ayudado a ganar y descubrir el reino, pero no verse obligado a dar de comer a los que con Villagra viniesen. Con esta precaución, salió hacia Arauco, y llegó a la ciudad llamada La Imperial (recién fundada por Valdivia, como hemos visto, y que, más tarde, sería abandonada), donde le fue hecho un recibimiento ordenado por un hidalgo amigo suyo, llamado Andrés de Escobar, hombre de mucho valor y discreción. Se le hizo a manera de triunfo muy solemne, que dio gran contento a todos, y más a Valdivia, al que, en sus pensamientos. todo le parecía poco para lo que merecía (otra pincelada crítica de Marmolejo, que lo conocía bien). Después de ser así festejado, deteniéndose pocos días en aquella ciudad, partió con su gente y caminó hacia la Sierra Nevada. Al pasar por un valle, fue informado de que cerca de allí había unas minas ricas en plata, y los indios se ofrecieron a mostrárselas, por lo que Valdivia envió con ellos al capitán Jerónimo de Alderete y diez soldados. Llegados donde decían que estaban, o los indios se arrepintieron de haberlo prometido, o fue mentira, y después se supo que lo hicieron para sacar a Valdivia de sus tierras. Alderete se volvió sin más, y, cuando llegó, Valdivia se puso en marcha hasta llegar a un valle bien poblado llamado Marequina. En este valle se enteró de que Villagra llegaría pronto con ocho soldados, el cual, al llegar a Concepción, supo que él ya había marchado para descubrir tierras. Cuando lo alcanzó, Valdivia lo recibió a él y a los que con él venían amorosamente. Luego le mandó a Villagra que fuera a Concepción para traer a la gente que allí había dejado, porque iba a poblar una nueva ciudad, y en ella daría de comer a todos los que lo hubiesen merecido, y le dijo que, a él, pretendía hacerlo mayor señor que el marqués de Astorga, su amo (Valdivia sabía que Villagra había servido a este marqués)".

     También le puso en danza a Alderete: "Ido Villagra, envió luego al capitán Alderete con cuarenta soldados, todos a caballo, para que que le fuese  descubriendo la costa de la mar del Sur (el Pacífico). En aquel tiempo, los indios, que estaban esperando una buena ocasión  para atacar a los españoles, la hallaron entonces. Como vieron que se habían quedado con la mitad de la gente, llegaron al campamento, pero fueron tan cobardes, que, siendo descubiertos y tocada la alarma, bastó que los atacaran seis soldados de a caballo con buena determinación, para que el gran miedo que tenían les hiciera volver las espaldas sin pelear, y tan temerosos, que soltando las armas se echaron a un río desde una barranca alta. Allí se ahogaron muchos, porque, como caían unos sobre otros y era caudaloso, quedaban casi sin sentido".

 

     (Imagen) Asombra el recorrido biográfico de muchos conquistadores de 'segundo plano'. Tomemos como ejemplo a ANDRÉS DE ESCOBAR MINAYA, del que nos ha dicho el cronista Marmolejo que "era hombre de mucho valor y discreción". Nació, de familia noble, en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1519. Siendo muy joven, en 1535, había luchado contra los turcos en la batalla de la recuperación de Túnez, y se sabe que en 1537, ya en las Indias, estuvo, bajo el mando del duro y gran conquistador Sebastián de Belalcázar, en la fundación de Popayán (actualmente, territorio colombiano). El año 1542, aparece batallando a las órdenes de Cristóbal Vaca de Castro, representante del emperador Carlos V, contra Diego de Almagro el Mozo, derrotado y muerto en Chupas. También luchó, contra otros rebeldes, al servicio del trágico virrey Blasco Núñez Vela, quien, al enfrentarse  a Gonzalo Pizarro  en la batalla de Iñaquito, murió derrotado en 1546. Quizá debido a ese desastre, Andrés de Escobar se fue un año después a Chile, donde también había serias dificultades, pero con los indios, sin problemas de abierta guerra civil entre españoles. No obstante, en 1547, Andrés de Escobar fue protagonista de un grave conflicto chileno, ya que apoyó a Francisco de Villagra cuando, viendo las intenciones de Pedro Sancho de la Hoz, el perpetuo conspirador contra Pedro de Valdivia, lo procesó y lo ejecutó. Escobar participó en la fundación de varias ciudades chilenas, una de las cuales fue La Imperial, donde acabamos de ver con qué entusiasmo recibió a Valdivia, del que era muy amigo, homenajeándolo a lo grande. Debió de casarse bastante mayor con María de Ibacache, pues su primer hijo, Pedro de Escobar Ibacache, nació en 1565. Su fama de hombre valioso explicaría los muchos cargos y servicios que le fueron confiados, incluso después de fallecer Valdivia. En esa población, La Imperial, ejerció sucesivamente como procurador de la misma, regidor y alcalde. Francisco de Toledo, el extraordinario virrey de Perú, le confió el mando de una de las tres naves que llevaron los tesoros de la Hacienda Pública a Panamá (sin duda, para su traslado posterior a la Corte Real de España). En años posteriores, tuvo  cargos políticos del más alto nivel en varias ciudades de Chile: corregidor en Villarrica (1571), gobernador en Valdivia (1574) y corregidor en Santiago, la capital del país (1574), para terminar después como  corregidor en La Imperial, donde, al parecer, murió batallando contra los indios hacia el año 1580.




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