(1120) Entonces surgió un pique entre los
dos capitanes, añadiendo otra anécdota al tono complicado de las conquistas de
Chile, y también, como vimos, de la gobernación de Río de la Plata: "Estando
Juan Núñez de Prado en Santiago del Estero, pasó Francisco de Villagra con su
topa a veinte leguas de distancia. Cuando se enteró, no sabiendo cuánta gente
llevaba, y creyendo que era poca, salió Núñez
de Prado con treinta hombres en su busca, diciendo que le iba a quitar sus
soldados. Teniendo en cuenta que, en aquel tiempo, la mayoría de las veces se
decidía lo que era justo por medio las armas, llegado donde Villagra estaba, a
la media noche los centinelas dieron la alarma, y se recogieron en el campamento,
y los que venían con Juan Núñez de Prado, así como los contrarios, todos
alborotados en caso tan imprevisto, comenzaron a juntarse en cuadrillas, y
algunos, mostrando falta de ánimo, se rindieron. Villagra estaba debajo de un
árbol, donde tenía su pabellón, y si acertaran a dar en él antes de que le
llegaran sus soldados, habría acabado todo su importante porvenir en aquella
tierra. Armándose Villagra con los que le acudieron, se estuvo quedo por saber
lo que ocurría. Luego llegó hasta él el capitán Guerra con la espada desnuda y le
dijo que quedaba preso. Entonces Villagra le asió de la guarnición de la
espada, tirando con fuerza se la sacó de la mano y, dándole algunas cuchilladas
los que con él estaban, que no le hirieron porque iba bien protegido, se les
huyó de las manos. Siendo informado Juan Núñez de Prado, le pareció que, si
esperaba al día, todos saldrían malparados, recogió su gente y por el camino
que habían venido se volvieron". (Es curioso que en algunas crónicas se
repita de seguido un error. Ya vimos que Pedro Hernández, el secretario de
Cabeza de Vaca, siempre llamaba Ascensión a la ciudad de Asunción, capital de
Paraguay. En la que estamos viendo, Marmolejo constantemente le llama Juan
Martínez de Prado a Juan Núñez de Prado. Lo extraño es que se siga publicando
así).
Pero
Villagra quiso verle cara a cara a su contrario. "Llegado
el amanecer, Villagra recogió su campamento, y, casi con cien hombres, fue a
Santiago del Estero, donde Juan Núñez de Prado estaba, el cual, al verlo venir,
salió a recibirlo, y llegando a él, se hincó de rodillas, y como capitán
rendido, le entregó su espada. Villagra, que era hombre noble y amigo de
gloria, lo abrazó y lo trató muy bien. Después de haber recibido su disculpa,
capituló con él que, por estar aquella ciudad en la gobernación de Pedro de
Valdivia, le dejaba en ella para que, en nombre de Valdivia, la tuviese y le
reconociese por su gobernador. Aceptada esta condición, y tomado de él
juramento, aunque después no lo cumplió, le dejó allí algunos soldados que se
quisieron quedar, y a otros que se quisieron ir con él los llevó consigo. Yendo de una provincia en otra, llegó al valle de Cuyo, donde ahora
están pobladas la ciudad de Mendoza y la ciudad de San Juan de la Frontera. Estando
contentos todos juntos, se quemó una tienda, y, después, el campamento entero,
con algunos caballos y casi todos los pertrechos que traían. Quedando tan
desbaratados, acordaron cambiar de ruta y venirse adonde Valdivia estaba.
Pasando la Cordillera Nevada. llegaron a Santiago de Chile, aunque contra la
voluntad de muchos hombres nobles de los
que acompañaban a Villagra.
(Imagen) Seguiremos viendo en acción a JUAN NÚÑEZ DE PRADO, y, aunque ya le dediqué una
imagen, no vendrá mal ampliar detalles
de su personalidad. Nació en Badajoz (Extremadura) hacia el año 1515. Hemos de
aclarar previamente algo confuso. Juan Núñez no había llegado por encargo de
Valdivia al territorio donde surgió Santiago del Estero. Él estuvo luchando en
Perú en las guerras civiles bajo el mando de Gonzalo Pizarro, pero, al llegar
la batalla decisiva, la de Jaquijaguana, se puso a los órdenes de Pedro de la
Gasca, el representante del Rey, e, incluso, le dio una valiosa información de
las tácticas que iba a emplear Gonzalo. Tras la gran victoria, La Gasca, que le
tenía un gran aprecio como persona a Juan Núñez de Prado, le dio permiso para
que, con categoría de gobernador, fuera a conquistar en Tucumán, demarcación
que no pertenecía a Chile, sino a Argentina, lo cual produjo conflictos sobre
derechos territoriales, como acabamos de ver entre Francisco de Villagra y Juan
Núñez. Donde luego arraigó Santiago del Estero, Juan Núñez estableció un
poblado al que le puso el nombre de El Barco, lo que ha dado origen a la
confusión de que él había nacido en El Barco de Ávila. En realidad, este
municipio abulense era el origen de Pedro de la Gasca, su patrocinador. Aunque
Juan Núñez aceptó, por exigencia de Villagra, que la población fundada estada
en territorio chileno, él sabía que no era así, sino argentino, y le creó
algunas dificultades a Valdivia, quien lo sustituyó como teniente suyo, dándole
el cargo a Francisco de Aguirre. De
manera que se convirtió en un apestado para el poderoso trío
Valdivia-Villagra-Aguirre. Hasta el punto de que lo apresaron en El Barco y fue
llevado a Chile, donde, sin embargo, quedó absuelto de todas las acusaciones
que se le hacían, y reconocido jurídicamente como gobernador de dicha población.
A partir del año 1555, muerto ya Valdivia, no se volvió a saber nada de Juan
Núñez, y las especulaciones fueron muy variadas. Había motivos para pensar que
se marchó a España, pero también se rumoreaba que fue asesinado por encargo de
Francisco de Aguirre, e incluso se fantaseó con la idea de que los hijos de
Aguirre lo tuvieron once años preso en
algún lugar de Chile. Se diría que la prepotencia de Valdivia, Villagra y
Aguirre violó los legítimos derechos de JUAN NÚÑEZ DE PRADO. En la imagen
tenemos a los tres conquistadores que tuvieron que ver, sucesivamente, en la
fundación de Santiago del Estero (la población actual más antigua de Argentina).
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