domingo, 25 de julio de 2021

(1477) Queridos amigos: Terminada la aventura por La Florida de ÁLVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA, empezamos hoy (26/07/2021) a ver su segunda peripecia (muy distinta en todo) por tierras de Paraguay. El blog contiene ya unas 3.000 páginas y 1.500 fotos.

 

     (1067) Después de terminar con la asombrosa aventura de Álvar Núñez Cabeza de Vaca y sus tres compañeros, Alonso del Castillo, Andrés Dorantes y el negro Estebanico, por tierras del sur de Estados Unidos, empezaré a contar la otra peripecia de Cabeza de Vaca, pero será, en todo, radicalmente distinta a la de la Florida. El final de su primer viaje resultó feliz, pues, aunque fue un fracaso como conquista, tuvieron los cuatro la enorme suerte de ser los únicos que sobrevivieron de la campaña de Pánfilo de Narváez. Después, uno de sus tres compañeros, Estebanico, murió pronto, o quizá huyera adonde los indios por estar harto de ser esclavo entre los españoles. Los otros dos, Castillo y Dorantes, tuvieron posteriormente vidas tranquilas. Sin embargo Álvar Núñez Cabeza de Vaca, en este su segundo gran viaje, llevará el título de gobernador, y partirá hacia su demarcación, denominada Río de la Plata (en cuyo territorio se encontraba Paraguay), cargado de honores, y admirado por todas partes, pues ya era muy célebre su increíble hazaña entre indios norteamericanos. Pero encontrará muchas dificultades, y rivales españoles muy peligrosos, que conseguirán enviarlo encadenado a España. Incluso Cabeza de Vaca parecerá en muchos aspectos una persona distinta a la de la primera aventura. Es curioso  que esta campaña se la otorgara el emperador  Carlos V como consolación, por no haberle podido conceder su deseo de volver a la Florida con otra gran armada, ya que se le adelantó en los trámites Hernando de Soto, y, visto el terrible fracaso de este gran capitán, probablemente fue una suerte que no lo consiguiera.

     Como hizo en su crónica NAUFRAGIOS (publicada en 1542), narrando los hechos ocurridos en La Florida, Álvar Núñez Cabeza de Vaca también escribirá lo sucedido en esta segunda expedición, dándole al texto el título de COMENTARIOS. En este caso, tuvo como colaborador a su fiel escribano PEDRO HERNÁNDEZ. Y, al publicarla el año 1555, la edición incluía el texto de Naufragios, por lo que apareció con el título de Naufragios y Comentarios. Cabeza de Vaca  murió en Valladolid unos cuatro años después. No estará de más decir que conviene no perder de vista que, en ambos casos, se trata de una autobiografía, lo que siempre obliga a estar alerta acerca de la tentación de adornarse que suelen tener quienes narran su propia vida.

     Desde el inicio de la obra, se ve claro que quien relata los hechos es Pedro Hernández, aunque siguiendo los datos que le aportaba Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Quizá por eso se le puso a esta crónica el título de COMENTARIOS DE ÁLVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA, y el texto siempre se referirá a él en tercera persona. Veamos cómo comienza el libro: "Después de que Dios nuestro Señor fue servido de sacar a Alvar Núñez Cabeza de Vaca del cautiverio y trabajos en que padeció durante diez años (en realidad fueron ocho) en la Florida, vino a estos reinos (España) en el año 1537, donde estuvo hasta el año de 1540. Entonces vinieron a esta corte de Su Majestad personas del Río de la Plata a darle cuenta de la mala situación de la armada que allí había enviado el gobernador don Pedro de Mendoza (quien ya había muerto), y a suplicarle que  fuese servido de ayudarles antes de que todos pereciesen. Sabido esto por Su Majestad, mandó que se  llevase a cabo una capitulación con Alvar Núñez Cabeza de Vaca para que fuese a socorrerlos".

 

     (Imagen) Las grandes expediciones de las Indias solían tener un estímulo especial,  ya que aquellos conquistadores siempre iban con la esperanza de encontrar grandes  riquezas, y, de paso, la gloria. Hubo algunas que resultaron más ricas y gloriosas de lo imaginado, pero fueron bastantes las que fracasaron por caer en la trampa de mitos que anidaron en cabezas calenturientas. Ahora vemos que unos conquistadores que estaban contra las cuerdas en la gobernación del Río de la Plata, por haberse evaporado sus sueños y muerto (en 1537) su gobernador, PEDRO DE MENDOZA, llegaron a España para pedirle a Carlos V que les ayudase. La respuesta del emperador fue nombrar como nuevo  gobernador de aquellas tierras a ÁLVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA, quien se había convertido en un personaje legendario tras su aventura por la Florida. Pedro de Mendoza, nacido en Guadix (Granada) hacia el año 1499, pertenecía a la nobleza española, fue paje de Carlos V y luego Caballero de Santiago, teniendo también experiencia militar, ya que luchó en las guerras europeas. Partió de España, el año 1535, nombrado gobernador de todo el  entorno de lo que es hoy Argentina, Uruguay y Paraguay. Una de sus misiones era encontrar las grandiosas (e ilusorias) minas de plata del mítico Rey Blanco, de las que tanto se hablaba, sobre todo por parte de los indios. Muy bueno le parecería el  negocio, ya que la financiación total de la empresa corrió a su cargo. En cuanto llegó al Río de la Plata (que, probablemente, tendría este nombre por la fábula minera), logró  fundar en 1536, aunque precariamente, lo que 42 años más tarde sería Buenos Aires por obra de Juan de Garay. Luego se le agravaron los problemas porque las campañas contra los indos resultaron feroces, y, por si fuera poco, enfermó gravemente, al parecer de sífilis. Se sintió tan mal, que decidió tirar la toalla y regresar a España. Arruinado y con su estado de salud cada vez más deteriorado, murió en  1537 durante la travesía marítima. Tres años después le encargó Carlos V a Álvar Núñez Cabeza de Vaca que lo sustituyera en el cargo. Muchas gobernaciones sufrieron descalabros, pero, con el tiempo, se asentaban. Vemos en la imagen que, reinando Carlos III (1759/1788), la gobernación del Río de la Plata se había convertido en un poderoso virreinato.




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