miércoles, 17 de marzo de 2021

(Día 1370) Pedro Calderón, con parte de sus hombres, partió al encuentro de Hernando de Soto, y el resto lo hizo por mar. En una carabela, Gómez Arias Dávila llevó a Cuba noticias de la campaña de la Florida.

 

     (960) Ahora veremos algo poco frecuente en las Indias, a los españoles mostrándose muy generosos con los nativos, en parte porque les sobraban cosas, pero también porque estaban agradecidos a la amabilidad excepcional del cacique: "Mucozo se entretuvo con Juan de Añasco y los demás españoles cuatro días, en los cuales, y en los demás que los nuestros estuvieron en el pueblo de Hirrihigua, no cesaron sus indios de llevar a su tierra, yendo y viniendo como hormigas, todo lo que los españoles, por no poderlo llevar consigo, habían de dejar en aquel pueblo, que era mucha cantidad, porque de solo cazabe, que es el pan de aquella isla de Santo Domingo y Cuba y sus circunvecinas, les quedó más de quinientos quintales, más otra mucha cantidad de capas, sayos, jubones, calzones, calzas y calzado de todas suertes: zapatos, borceguíes y alpargatas. Y, de armas, había muchas corazas, rodelas, picas, lanzas y morriones, que de todo ello, como el gobernador era rico, llevó gran abundancia, más las que se usaban en los navíos, como velas, jarcias, pez, estopa, sebo, sogas, espuertas, serones, áncoras y gúmenas (maromas gruesas), así como mucho hierro y acero, puesto que, aunque de estas cosas el gobernador llevó consigo todo lo que pudo llevar, quedó mucha cantidad, y, como Mucozo era amigo, se alegraron los españoles de que se las llevase, y así lo hicieron sus indios y quedaron ricos y contentos".

     Parte de los españoles van a ir hacia el campamento de Hernando de Soto por tierra, y el resto por mar. Quizá no hubiera sitio suficiente en las naves para la tropa que encabezaba Pedro Calderón, pero es seguro que correrán serios peligros avanzando por el camino que hicieron Añasco y los suyos, aunque tendrán la ventaja de ser bastante más  numerosos para enfrentarse a los indios, quienes, sin duda, crearán problemas: "Juan de Añasco traía orden del gobernador para que, en los dos bergantines que en la bahía de Espíritu Santo habían quedado, fuese recorriendo toda la costa al poniente, hasta la bahía de Aute, que el mismo Juan de Añasco con tantos trabajos como vimos había descubierto y dejado señalada para conocerla cuando fuese costeando por la mar. Para cumplir su comisión, visitó los bergantines, que estaban cerca del pueblo; los arregló y proveyó de bastimentos, y preparó a la gente que con él había de ir, en lo cual gastó siete días. Le comunicó al capitán Pedro Calderón el orden que el gobernador mandaba que llevase en el camino que había de hacer por tierra, y, habiéndose despedido de los demás compañeros, se hizo a la vela en demanda de la bahía de Aute, donde lo dejaremos hasta más adelante".

     También se llevaron a La Habana  noticias ilusionantes de lo que terminará siendo un fracaso: "El buen caballero Gómez Arias, que tenía orden  del gobernador de ir a La Habana en la carabela para ir a visitar a doña Isabel de Bobadilla y darles cuenta a todos de lo bueno que hasta entonces habían visto en la Florida, preparó la carabela y alzó velas. En pocos días llegó a La Habana, donde fue bien recibido de doña Isabel y de todos los de la isla de Cuba, los cuales, con mucha fiesta y regocijo, celebraron las noticias de los prósperos sucesos del descubrimiento y conquista de la Florida, y la buena salud del gobernador, a quien todos ellos amaban como si fuera padre de cada uno de ellos".

 

     (Imagen) Vamos a hablar nuevamente de GÓMEZ ARIAS DÁVILA. Acabamos de ver que  partió de La Florida hacia La Habana por mandato de Hernando de Soto. Eso cambió su modo de participar en la campaña (y lo convertirá en uno de los afortunados supervivientes). Nació en Segovia, y solo tenía 18 años cuando se embarcó para La Florida, reclutado por Hernando de Soto, el cual lo apreciaba mucho por su gran valía y porque era pariente de su mujer, Isabel de Bobadilla. Gómez no volvió a luchar incorporado a la tropa de Soto porque su actuación fue desde entonces marítima. Diego de Maldonado y Gómez Arias compraron en Cuba tres navíos, con el fin de llevarle provisiones a la tropa de Soto, perdida por tierras del interior. Pero, por increíble que parezca, no consiguieron encontrarlos. En sus baldíos intentos, comenzaba el invierno y se volvían a Cuba, para repetir al año siguiente, llegando a hacer cuatro inútiles viajes. En 1543 Gómez Arias, Diego de Maldonado y sus hombres continuaban buscando a los expedicionarios, hasta que el mes de octubre, volviendo a Veracruz, se enteraron de que los supervivientes estaban ya en México, y que Hernando de Soto había muerto, por lo cual regresaron a La Habana, donde (como dice Inca Garcilaso) "con mucha razón, fue muy llorado de su mujer y de sus amigos". Después GÓMEZ ARIAS fue a Perú capitaneando tropas para luchar contra Gonzalo Pizarro, a costa también de grandes sufrimientos. Pedro de la Gasca dice en un informe: "Gómez Arias y otros dos capitanes llegaron a Jauja tan deshechos del viaje, que apenas traía cada uno la tercera parte de su gente, porque los demás habían quedado por el camino cansados y enfermos". Tras estas aventuras, le solicitó al Rey volver a España por cuatro años, como se ve en la imagen. Probablemente se debiera, entre otros asuntos, al pleito que tuvo en 1550 con la extraordinaria Inés Muñoz (cuñada de Francisco Pizarro). Cuando regresó a las Indias, se empeñó en repetir suerte en la zona de Rupa Rupa (un territorio del que le había nombrado gobernador el virrey, sin que encontrara nada que valiera la pena). Siempre dispuesto a superarse, preparó a conciencia su nueva campaña, pero una enfermedad acabó con su vida en 1562, antes de que pusiera en marcha la expedición. GÓMEZ ARIAS DÁVILA fue enterrado en Huánuco, con solo 43 años, privado así de hacer las grandes cosas de las que era capaz.




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