sábado, 30 de mayo de 2020

(Día 1122) Fue tan previsor La Gasca, que, antes de la batalla, preparó el juicio contra los principales rebeldes. Utilizó también, maquiavélicamente, un engaño para saber quiénes le eran fieles de verdad.


     (712) El cronista Santa Clara hace un gran elogio de la habilidad, inteligencia y tacto que Pedro de la Gasca derrochaba en todas sus decisiones, lo cual resulta asombroso tratándose de un hombre que, sin tener formación militar, estaba en vísperas de enfrentarse al poderoso ejército de Gonzalo Pizarro. Hombre previsor, preparó de antemano un expediente judicial, que le iba a permitir, en caso de victoria, ejecutarlo de inmediato, en él y en sus principales capitanes: "Después de haber enviado hacia Lima por mar a los cuatro capitanes, mandó al oidor Andrés de Cianca y al mariscal Alonso de Alvarado que hiciesen una información de testigos, recién venidos del Perú, contra Gonzalo Pizarro, y luego se hizo proceso criminal contra Gonzalo Pizarro, sus cómplices y secuaces, probándose que se habían alzado con la tierra de Su Majestad, y retenían los dineros y derechos que pertenecían a la Caja Real, además de haber apresado a Pedro Hernández de Paniagua, mensajero del Rey, quitándole por la fuerza la real carta que llevaba, por todo lo cual habían cometido atroz delito. Se añadieron otras cosas que convenían, y se mandó guardar las acusaciones para su tiempo y lugar. Tras hacer estas cosas contra los rebeldes, comenzó a mostrarse muy afable y cortés con todos los capitanes y soldados. Mandó enseguida hospedarlos muy bien, aposentándolos en las casas de los vecinos y mercaderes ricos, y los proveyó de dineros y ropa que los mercaderes les dieron, a quienes después les fueron bien pagados. Con esa prudencia y cordura comenzó a gobernar todo el ejército real y la flota de la mar. Y no gobernaba con soberbia, sino que más parecía padre y hermano de todos, por lo cual, en adelante fue muy querido de todos y tenido en mucho, porque sus virtudes y gran bondad lo merecían".
     Tras lo dicho, Santa Clara nos cuenta un engaño que utilizó Pedro de la Gasca para enterarse de quiénes de los que se habían pasado a su bando eran sinceros. Se extiende mucho explicando cómo hizo algo idéntico Alejandro Magno, de donde quizá La Gasca copiara la idea. El tramposo método fue eficaz, y ambos personajes utilizaron el resultado de forma sensata y razonable. Veámoslo en el caso de Pedro de la Gasca: "A imitación de Alejandro Magno, les rogó a todos en general, capitanes, alféreces, sargentos, cabos y soldados del ejército, que escribiesen a los amigos que tenían en Perú, y a Gonzalo Pizarro, para que supiesen que se encaminaban hacia ellos, y todo lo que había sucedido, como lo de la entrega de la flota, sin ocultar nada, porque, gracias a lo que ellos les escribiesen, podría ser que muchos se entregasen al servicio de Dios y del Rey, y no haría falta dar ninguna batalla". Les animaba también a que trataran de convencerlos diciéndoles que, si seguían siendo rebeldes, terminarían derrotados, y no podrían escapar de la justicia humana ni de la divina.
     Después les dijo que también él estaba preparando una carta para Gonzalo Pizarro y sus capitanes, "y que le diesen sus cartas, porque él las enviaría mediante un mensajero que las llevase con toda seguridad; dichas estas cosas todos dijeron que así lo harían, sin darse cuenta de su astucia, y, con esto, se fue cada uno a su posada para cumplir lo pedido por La Gasca".

     (Imagen) Digamos algo del aristocrático JUAN DE SALAS VALDÉS. No está claro si fue el Juan Valdés que figura entre los 63 vecinos (se equivoca Santa Clara al decir que fueron 60) que le escribieron una dura carta a Pedro de la Gasca por presión de Gonzalo Pizarro. Juan de Salas Valdés tuvo una biografía muy interesante. Se discute si era hermano del arzobispo de Sevilla Fernando de Valdés de Salas. Pero no hay duda: acabo de ver que un sobrino homónimo de Juan de Salas, lo asegura en un expediente que presentó el año 1586. El arzobispo daba el tipo del clérigo mundano (tuvo un hijo), inteligente, poderoso y lleno de cargos del más alto nivel (demasiado frecuente en aquellos tiempos): fue miembro del Consejo de Castilla e Inquisidor General. Es muy conocido por su dura actualización del Índice de Libros Prohibidos, y le encargaron el famoso procesamiento del obispo Bartolomé de Carranza, acusado de herejía, quien apeló a Roma y allí murió tras largos años recluido en el castillo de Sant'Ángelo. JUAN DE SALAS VALDÉS nació en Salas (Asturias), y llegó a las Indias acompañando al virrey Blasco Núñez, lo que demuestra valentía, porque la misión encargada por el Rey era peliaguda. Luchó contra Gonzalo Pizarro, y participó en la batalla de su derrota definitiva. Se le recompensó con encomiendas. Ejerció en el Cuzco como funcionario de la Hacienda Real, y tuvo en la ciudad los cargos más importantes, como el de alcalde. Su mayor influencia la alcanzó por la gran estima que le tenía Francisco de Toledo, el gran virrey de Perú, uno de los mejores de toda la historia de las Indias. Hay una muestra de que acumuló mucha riqueza: su magnífica casa del Cuzco, cuya impresionante fachada es la de la imagen. En ella aparecen de izquierda a derecha los bustos de su mujer, Usenda de Baztán y Tordoya (hija de nuestro viejo conocido Gómez de Tordoya), el propio Juan de Salas, su hijo Fernando de Valdés, y su nuera, Leonor de Tordoya. JUAN DE SALAS VALDÉS murió en el Cuzco el año 1585.



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