(489) En cuanto salió de su casa Cristóbal de Sotelo, uno de los que
allí estaban, adivinando que aquello no podía acabar bien, se lo hizo saber rápidamente
a Juan de Rada, quien fue de inmediato a su encuentro: “Le dijo a Cristóbal de
Sotelo que no siguiera adelante, pues no convenía a su autoridad que bastase
una india libidinosa para moverlo a ir contra Francisco de Chávez”. Le
respondió dándole a entender que ya había sido demasiado cortés con Chávez, y
que, sin embargo, su actitud era amenazante. No obstante, dado que Rada le
pidió que le dejase a él solucionar el problema, se mostró de acuerdo, y volvió a su casa. Pero,
si alguien no anduvo con contemplaciones, fue Juan de Rada: “Fue a la casa de
Francisco de Chávez y le pidió con gran enojo la india, y, aunque le pesó, la
sacó de su casa y del poder de aquel que la tenía, y se la dio a su primer
señor”.
El terco Francisco de Chávez convirtió el asunto en una cuestión de
honor: “Viendo que Juan de Rada, contra su volundad, le había sacado de su casa a la india, lo
tomó por afrenta y oprobio suyo, y se fue adonde estaba Don Diego de Almagro,
diciéndole, al parecer, que tomase el caballo e las armas que traía y que había
recibido de su mano, que él no lo quería, ni tenerse más como su amigo, y que
una le hizo su padre e bien se la pagó, y que otra le había hecho él e también
se la pagaría. Lo cual dicen que le dijo porque hubo sospecha de que en
Guáitara se carteó con Hernando Pizarro (traicionando
a Almagro el Viejo); lo cual jamás
pude averiguar, ni lo creo, porque Francisco de Chávez siempre se mostró fiel amigo de Almagro y enemigo de
Hernando Pizarro”.
Los que estaban presentes trataron de calmar a Chávez, pero él se
mantuvo en su postura, e incluso dijo que “jamás sería amigo de Almagro ni
sustentaría su partido”. Había que hacer algo con él: “Al oírlo Juan de Rada,
mirando cuerdamente que no convenía darle libertad, quería prenderlo allí, pero
no se atrevió porque Francisco Núñez de Pedroso era gran amigo suyo, y estaba
alojado con los soldados en su cuartel como su capitán, por lo que le pareció
que vendría en su ayuda”. Rada fue adonde estaba Núñez, le explicó lo que pasaba
y, aunque su verdadera intención era
alejarlo de los soldados que tenía a su mando, le pidió que hablara con Chávez
para covencerlo. Núñez, sin sospechar nada, hizo lo que le pedía, e incluso se
esforzó en cambiar de idea a Chávez, pero estaba demasiado herido en su amor
propio: no cedió.
Juan de Rada consultó con los que estaban presentes qué decisión tomar.
Se hablaba de apresarlo, y, al oírlo, Francisco Núñez de Pedroso dijo que, si
lo hacían, que lo apresaran también a él con su amigo. Entonces Juan de Rada le
tomó por la palabra y metió en la prision a los dos. ¿Y después, qué? Aún
quedaba en el aire la necesidad de un último paso: “Venida la noche, para que
no surgiese algún alboroto, porque tenían amigos, los enviaron a un navío que
estaba en el puerto, y, con ellos, al bachiller Enríquez, porque, según decían,
Francisco de Chávez tomó a la india por consejo suyo, y fomentaba la enemistad
contra Don Diego de Almagro. Por la mañana hubo discusiones, pesándoles a algunos
lo que se había hecho, y aprobándolo otros, e andaban en porfías”.
(Imagen) FRANCISCO NÚÑEZ DE PEDROSO, nacido hacia el año 1500, demostró
ser un gran amigo de sus amigos, aunque fueran tan tercos como un mulo en sus
peores días, que fue el triste caso de Francisco de Chávez, quien, por no
acatar la orden de entregar a una india, acabó preso. Y, por solidaridad, le
pasó lo mismo a Pedroso. Veremos que después Chávez, y otro implicado, el bachiller
Enríquez, fueron ejecutados. Se supone que, por el noble gesto de Pedroso, le
perdonaron la vida, pero lo desterraron. Y ahí empieza el misterio del Capitán
Francisco Núñez de Pedroso. ¿Qué fue de él? Solo he encontrado una pista de su
deriva posterior. Aparece años después por tierras colombianas un Francisco
Núñez de Pedroso que, con mucha probabilidad, ha de ser el mismo. Su destierro
fue una bendicion porque dejó a gran distancia los campos de batalla de las
guerras civiles, y se incorporó a las tropas de uno de los más humanos y cultos
conquistadores de la Indias: Gonzalo Jiménez de Quesada, el fundador de Bogotá.
Por encargo suyo, Pedroso estableció en 1551 una nueva población cerca del gran río Magdalena. Le puso el
nombre de Mariquita porque el cacique de la zona se llamaba Marquetá, y es un
lugar tan agradable que Jiménez de Quesada lo convirtió en su rincón de
descanso, e incluso pasó allí los últimos años de su larga vida. En el único
documento que conserva el archivo digital PARES con una referencia a Pedroso
(el de la imagen), se ve que en 1585 la viuda Catalina Bermúdez pone, como uno
de los méritos de su marido, el capitán Gaspar de Enríquez, haber batallado
bajo el mando del capitán Francisco Núñez de Pedroso “entre los dos ríos” (el
Magdalena y el Cauca). En Mariquita hay un instituto que lleva el nombre de
Francisco Núñez de Pedroso, pero solo saben de él que fue el fundador de la
ciudad.
Hola, que se sabe de la historia del Dorado. La ciudad de oro que buscaron los españoles en Colombia?
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