viernes, 2 de agosto de 2019

(Día 899) Intervino Rada y le obligó a ceder a Chávez, quien, airado y terco, le presentó con soberbia su dimisión a Almagro. Enterado Rada, apresó a Francisco de Chávez y a su amigo Francisco Núñez de Pedroso.


     (489) En cuanto salió de su casa Cristóbal de Sotelo, uno de los que allí estaban, adivinando que aquello no podía acabar bien, se lo hizo saber rápidamente a Juan de Rada, quien fue de inmediato a su encuentro: “Le dijo a Cristóbal de Sotelo que no siguiera adelante, pues no convenía a su autoridad que bastase una india libidinosa para moverlo a ir contra Francisco de Chávez”. Le respondió dándole a entender que ya había sido demasiado cortés con Chávez, y que, sin embargo, su actitud era amenazante. No obstante, dado que Rada le pidió que le dejase a él solucionar el problema, se  mostró de acuerdo, y volvió a su casa. Pero, si alguien no anduvo con contemplaciones, fue Juan de Rada: “Fue a la casa de Francisco de Chávez y le pidió con gran enojo la india, y, aunque le pesó, la sacó de su casa y del poder de aquel que la tenía, y se la dio a su primer señor”.
     El terco Francisco de Chávez convirtió el asunto en una cuestión de honor: “Viendo que Juan de Rada, contra su volundad,  le había sacado de su casa a la india, lo tomó por afrenta y oprobio suyo, y se fue adonde estaba Don Diego de Almagro, diciéndole, al parecer, que tomase el caballo e las armas que traía y que había recibido de su mano, que él no lo quería, ni tenerse más como su amigo, y que una le hizo su padre e bien se la pagó, y que otra le había hecho él e también se la pagaría. Lo cual dicen que le dijo porque hubo sospecha de que en Guáitara se carteó con Hernando Pizarro (traicionando a  Almagro el Viejo); lo cual jamás pude averiguar, ni lo creo, porque Francisco de Chávez siempre se  mostró fiel amigo de Almagro y enemigo de Hernando Pizarro”.
     Los que estaban presentes trataron de calmar a Chávez, pero él se mantuvo en su postura, e incluso dijo que “jamás sería amigo de Almagro ni sustentaría su partido”. Había que hacer algo con él: “Al oírlo Juan de Rada, mirando cuerdamente que no convenía darle libertad, quería prenderlo allí, pero no se atrevió porque Francisco Núñez de Pedroso era gran amigo suyo, y estaba alojado con los soldados en su cuartel como su capitán, por lo que le pareció que vendría en su ayuda”. Rada fue adonde estaba Núñez, le explicó lo que pasaba y, aunque su verdadera  intención era alejarlo de los soldados que tenía a su mando, le pidió que hablara con Chávez para covencerlo. Núñez, sin sospechar nada, hizo lo que le pedía, e incluso se esforzó en cambiar de idea a Chávez, pero estaba demasiado herido en su amor propio: no cedió.
     Juan de Rada consultó con los que estaban presentes qué decisión tomar. Se hablaba de apresarlo, y, al oírlo, Francisco Núñez de Pedroso dijo que, si lo hacían, que lo apresaran también a él con su amigo. Entonces Juan de Rada le tomó por la palabra y metió en la prision a los dos. ¿Y después, qué? Aún quedaba en el aire la necesidad de un último paso: “Venida la noche, para que no surgiese algún alboroto, porque tenían amigos, los enviaron a un navío que estaba en el puerto, y, con ellos, al bachiller Enríquez, porque, según decían, Francisco de Chávez tomó a la india por consejo suyo, y fomentaba la enemistad contra Don Diego de Almagro. Por la mañana hubo discusiones, pesándoles a algunos lo que se había hecho, y aprobándolo otros, e andaban en porfías”.

     (Imagen) FRANCISCO NÚÑEZ DE PEDROSO, nacido hacia el año 1500, demostró ser un gran amigo de sus amigos, aunque fueran tan tercos como un mulo en sus peores días, que fue el triste caso de Francisco de Chávez, quien, por no acatar la orden de entregar a una india, acabó preso. Y, por solidaridad, le pasó lo mismo a Pedroso. Veremos que después Chávez, y otro implicado, el bachiller Enríquez, fueron ejecutados. Se supone que, por el noble gesto de Pedroso, le perdonaron la vida, pero lo desterraron. Y ahí empieza el misterio del Capitán Francisco Núñez de Pedroso. ¿Qué fue de él? Solo he encontrado una pista de su deriva posterior. Aparece años después por tierras colombianas un Francisco Núñez de Pedroso que, con mucha probabilidad, ha de ser el mismo. Su destierro fue una bendicion porque dejó a gran distancia los campos de batalla de las guerras civiles, y se incorporó a las tropas de uno de los más humanos y cultos conquistadores de la Indias: Gonzalo Jiménez de Quesada, el fundador de Bogotá. Por encargo suyo, Pedroso estableció en 1551 una nueva población  cerca del gran río Magdalena. Le puso el nombre de Mariquita porque el cacique de la zona se llamaba Marquetá, y es un lugar tan agradable que Jiménez de Quesada lo convirtió en su rincón de descanso, e incluso pasó allí los últimos años de su larga vida. En el único documento que conserva el archivo digital PARES con una referencia a Pedroso (el de la imagen), se ve que en 1585 la viuda Catalina Bermúdez pone, como uno de los méritos de su marido, el capitán Gaspar de Enríquez, haber batallado bajo el mando del capitán Francisco Núñez de Pedroso “entre los dos ríos” (el Magdalena y el Cauca). En Mariquita hay un instituto que lleva el nombre de Francisco Núñez de Pedroso, pero solo saben de él que fue el fundador de la ciudad.



1 comentario:

  1. Hola, que se sabe de la historia del Dorado. La ciudad de oro que buscaron los españoles en Colombia?

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