martes, 13 de agosto de 2019

(Día 908) Muere Juan de Rada. Todo indica que va a haber un roce entre Perálvarez Holguín y Alonso de Alvarado por pretender el máximo rango militar. Pizarristas y almagristas detienen su marcha a la espera de ver las intenciones de Vaca de Castro.


     (498) Al que se la tenían jurada era al capitán Gómez de Tordoya, porque había convencido a Perálvarez Holguín para que interviniese militarmente en el Cuzco, “y deseaban tomar de él venganza”. Llegaron con estos pensamiento a Jauja, “e hallaron que Juan de Rada, de su enfermedad, había muerto, de lo cual a todos les pesó grandemente”.
     Por su parte, Perálvarez Holguín continuaba caminando con su tropa, también dificultosamente, pero sabiendo que los almagristas habían dejado de perseguirlos. Mostrando claramente sus querencias, llevaban flameando el estandarte del Rey, y no tenían ninguna duda de que debían estar al servicio de su enviado, Cristóbal Vaca de Castro. Descansaron en Tambo, a medio camino entre Jauja y Cajamarca: “Y estando en este lugar, entraron en consulta el General Perálvarez, sus capitanes y los más principales, y acordaron enviar mensajeros al licenciado Vaca de Castro para que supiese lo que habían hecho en servicio de Su Majestad, y que ellos iban a buscarle para que les mandase que hiciesen lo que fuera más conveniente”.
     Encargaron la misión a Luis de León (vecino de Arequipa), Juan Alonso Palomino y Diego de Torres. Iban también con mensajes para el capitán  Alonso de Alvarado, porque sabían que se preparaba para luchar contra los almagristas. Pero se va a provocar una incipiente y lógica susceptibilidad, pues, como ya conocemos, Alvarado había sido Capitán General de Pizarro: “En las cartas le persuadían para que se juntase con ellos, pues todos tenían el mismo deseo de servir al Rey. Llegaron los mensajeros adonde estaba Alonso de Alvarado. Al saber que Perálvarez venía con caballeros tan lucidos y voluntad tan entera de servir al Rey, se holgó, mas dijo que pensar que él había de ir a meterse debajo de las banderas de Perálvarez, y ser inferior de quien había sido superior, lo tenía por locura. No determinó lo que iba a hacer, ni a los mensajeros ni en cartas, sino que dio excusas que pareciesen justas, para que no naciese entre ellos dos ninguna discordia”.
     Está claro que la precipitación de los hechos en que se veían envueltos se prestaba a tomar decisiones que posteriormente necesitarían un ajuste. La autoridad superior de Alonso de Alvarado sobre Perálvarez Holguín siempre había sido indiscutible desde el momento en que Pizarro, quizá aconsejado por su poderoso secretario Antonio Picado, le había dado el puesto de Capitán General de sus tropas, que, además, sin duda lo merecía. Habrá que esperar para saber si el desenlace de este roce fue sensato.
     Perálvarez y los suyos llegaron a un poblado llamado Guaraz, en la provincia de Huaylas. También se cansaron de dar tumbos por caminos tan complicados, y decidieron esperar allí, porque había mucha comida, hasta conocer la respuesta de Vaca de Castro a sus mensajes. Así que, tanto ellos, como los almagristas, habían decidido lo mismo: quedarse sin actuar hasta conocer las intenciones del representante del Rey. Con la diferencia de que los pizarristas permanecerían sin duda fieles a la Corona, mientras que los almagristas seguirían sus propios intereses.

     (Imagen) Los almagristas que partieron de Lima para enfrentarse a los pizarristas  pasaban de quinientos, y uno de sus capitanes era DIEGO DE HOCES. Como todos los implicados en las guerras civiles, estaba seguro de que la muerte lo acechaba, pero no sabía que solo le quedaba un año de vida. Era uno de los almagristas que vivían en Lima vejados por los pizarristas y casi en la miseria, lo que le impulsó a participar directamente en el asesinato de Pizarro. Hombre de gran fidelidad a los suyos, protegió después a Diego de Almagro el Mozo en una conjura que se preparó contra él en el Cuzco. En la derrota de la batalla de Chupas, Diego de Hoces pudo huir hasta Huamanga, pero lo apresaron. Posteriormente fue juzgado y degollado por orden del licenciado ANTONIO DE LA GAMA, de quien también habría mucho que contar. Nació en Sevilla el año 1495. Llegó a Puerto Rico como juez en 1519, casándose enseguida (aunque enviudó pronto) con Isabel  Ponce de León, hija del gran Juan Ponce de León, entonces gobernador de la isla. Muchas veces recurrieron en las Indias a Antonio de la Gama para ejercer interinamente puestos de gobernador (por ejemplo, en Puerto Rico), y siempre lo hizo bien. La larga lista de informes suyos que aparecen en los archivos de PARES, deja bien claro que fue una persona muy eficiente y sensata.  Así ocurrió igualmente cuando se trasladó a Perú, donde Pizarro lo tuvo en gran aprecio. Por su fidelidad a los Pizarro, estuvo a punto de malograr su biografía, ya que luchó (también era militar) junto al rebelde Gonzalo Pizarro, pero rectificó a tiempo, y se puso a las órdenes del gran Pedro de la Gasca en la batalla de Jaquijaguana, punto final de la vida de Gonzalo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario