(491) Además de estos dos temibles enemigos, había otro prestigioso
militar que se iba a unir con ellos para vengar a Pizarro, el capitán
Peransúrez, aunque se vio en algunas dificultades para asumir el mando supremo
de los españoles que estaban en la Villa de la Plata: “Siendo aquel año
alcaldes en la Villa de la Plata el capitán Garcilaso de la Vega e Luis
Perdomo, y regidores Pedro de Hinojosa, Diego López de Zúñiga, Francisco de
Almendras e Juan de Carvajal, y alguacil mayor Antonio Álvarez, vino la noticia
de la muerte del Marqués, de lo que todos recibieron muy grandísima pena,
pesándoles que un Gobernador del Rey y Capitán tan antiguo en las conquistas de
estas Indias, fuese matado con tanta crueldad. Luego los alcaldes e regidores
se reunieron en cabildo, y, después de haber alzado bandera de lealtad al Rey,
acordaron mandar un mensaje al capitán Peransúrez para que volviese pronto.
Cuando supo lo sucedido, le pesó grandemente, y, con toda brevedad, volvió a la
Villa de la Plata. Se reunieron en cabildo muchas veces, aunque no concluían
nada porque los regidores querían nombrar Capitán al virtuoso caballero Gonzalo
de la Vega e a Diego de Rojas, pero pretendía serlo Peransúrez por haber sido
Teniente de la gobernación de la villa, y hasta tuvo algún enfrentamiento con
el alcalde Luis Perdomo. Entonces Pedro de Hinojosa habló bien y en tal manera
que, reconociendo todos que Peransúrez era caballero e animoso, y que había
sido Teniente del Marqués, determinaron que fuese Capitán”.
Como Perálvarez Holguín les había enviado desde el Cuzco un mensajero
para que se uniesen a la rebelión contra los almagristas, Peransúrez, ya al
mando en la Villa de la Plata, preparó a su gente para, tras arengarlos, ir a
reforzar la tropa de Holguín, quien estaba adquiriendo un gran protagonismo, y
del que, no obstante, Vaca de Castro acabaría harto: “Salió Peransúrez de la
Villa de la Plata llevando cincuenta y dos de a caballo, entre los cuales iban
Garcilaso de la Vega, Pedro de Hinojosa, Gaspar Rodríguez de Camporredondo,
Lope de Mendieta, Alonso de Loaysa, Diego Centeno, Luis Perdomo, Alonso de
Mendoza, Juan de Carvajal, Diego de Rojas, Alonso Camargo, Lope de Mendoza,
Diego Lope de Zúñiga, Diego de Almendras, Francisco de Tapia, Hernán Núñez de
Segura, Luis de Rivera, Alonso Pérez Castillejo, Francisco Retamoso, Hernando
de Aldana, Alonso Manjarres y otros (nombres
que copio porque convendrá aportar datos de las biografías de estos héroes,
varios de ellos casi anónimos)”. Como dato curioso, diré que Camporredondo
era hermano de Peransúrez, pero, en la guerra de las Salinas, habían batallado
en bandos contrarios, el primero junto a los almagristas y ,el segundo, del
lado pizarrista.
En su caminar, llegaron a Arequipa y allí se encontraron con el sargento
mayor Francisco Sánchez y la gente que llevaba por orden de Perálvarez Holguín.
Siguieron después su ruta, y, al alcanzar
su destino, el Cuzco, estuvieron a
punto de tener un serio percance porque los de la ciudad pensaron que venían a
atacarlos. Hasta se dispararon algunos arcabuzazos, aunque pronto salieron de
su error, de manera que “el capitán Perálvarez, Gómez deTordoya y los demás los
recibieron muy bien, y hubo mucha alegría en el Cuzco. Todos le dieron la
obediencia a Perálvarez y lo reconocieron como General, y él nombró Capitanes
de Lanzas al mismo Peransúrez y al Capitán Garcilaso de la Vega”.
(Imagen) Anticipemos datos de un gran hombre: DIEGO CENTENO. Nació en Ciudad Rodrigo (Salamanca) el año 1516. Partió
para las Indias en 1535 con la expedición de Felipe Gutiérrez (del que ya hemos
hablado). Llegaron a Veragua (Centroamérica), y aquello resultó durísimo y un
fracaso total, en el que hasta los españoles comieron cadáveres. Fue entonces
cuando Felipe Gutiérrez, fracasada su gobernación, atendió la desesperada llamada
de ayuda que lanzó Pizarro al verse acorralado por una rebelión general de los
Indios. Felipe partió hacia el Perú con varios hombres, y, uno de ellos, era el
jovencísimo Diego Centeno. Controlados los ataques indígenas, Diego Centeno se
vio envuelto en las guerras civiles, luchando contra Diego de Almagro en la
batalla de las Salinas. Victoriosos los pizarristas, fue después con Peransúrez
en 1540 a fundar la villa de la Plata (la actual Sucre boliviana). En la batalla
de Chupas lo veremos nuevamente vencedor, enfrentado a Diego de Almagro el
Mozo. Siempre guiado por la lealtad a la Corona, Diego Centeno va a luchar como
un bravo capitán en las guerras civiles también contra Gonzalo Pizarro. Será
derrotado en Huarina por el terrible Francisco de Carvajal, del que tuvo que
esconderse largo tiempo para que no le cortara la cabeza. Conseguirá rehacerse
y luchar luego al servicio del gran Pedro de la Gasca en la batalla de
Jaquijaguana, donde fueron vencidos, y seguidamente ejecutados, Gonzalo Pizarro
y Francisco de Carvajal. Eran tantos los méritos y la valía de Diego Centeno,
que le ofrecieron, nada menos que, la Gobernación de Paraguay. Quizá con gran
sensatez, la rechazó porque prefirió explotar su mina de Potosí. Pero el
Destino tenía otros planes, y allí murió de enfermedad en 1549, con solo 33
años. Qué gran tipo. Y qué lástima que se acabara su vida tan pronto. Cieza se
encargará de mostrárnoslo en acción.
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