miércoles, 8 de mayo de 2019

(Día 825) Cieza explica cómo coincidieron en Bogotá tres expediciones dirigidas por capitanes distintos: Gonzalo Jiménez de Quesada, Belalcázar y Federman.


     (415) Es ahora cuando Cieza, con su facilidad para narrar hechos importantes con pocas palabras, nos explica el conflicto que he mencionado anteriormente: “En este tiempo vino a descubrir gente de Santa Marta y de Venezuela, y, para claridad de lo que escribo y saber por qué fue el capitán Belalcázar a España, conviene hacer algunas digresiones, las más breves que yo pueda. El Emperador Don Carlos, nuestro Señor, nombró Gobernador y Capitán General de Santa Marta, que está entre las gobernaciones de Venezuela y Cartagena, al Adelantado D. Pedro de Lugo. Llegó desde Tenerife, y su hijo D. Alonso de Lugo salió con otros capitanes a hacer entradas, muriendo muchos de ellos por falta de experiencia. El viejo gobernador murió pronto en Santa Marta, pero, antes de que ocurriera, había enviado una armada de bergantines por el río arriba, siendo su capitán el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, natural de Granada”. Conviene aclarar que este personaje merece ser tenido por uno de los cuatro más grandes de las Indias, junto a Cortés, Pizarro y Valdivia, y, de todos ellos, con diferencia, el más culto y más humano. A la conquista de este granadino se debe que el primer nombre de Colombia, y permanente durante siglos, fuera el de Nuevo Reino de Granada.
     La aventura de Quesada fue durísima y así lo indica Cieza: “Después de haber pasado grandes trabajos y necesidades, llegó a una de las más ricas provincias que se han descubierto en este nuevo imperio de Indias, poblada de señores poderosos que tenían muchos y muy suntuosos templos llenos de muchas riquezas, así oro como esmeraldas, todo dedicado y ofrecido al diablo, de quien tenían muchas figuras que adoraban. Hay en aquella provincia de Bogotá una laguna muy grande que, si Su Majestad mandase desaguarla, sacaría harta cantidad de oro y esmeraldas que los indios antiguamente echaron en ella (está relacionado con el mito de El Dorado). Siendo los españoles de Santa Marta los primeros descubridores de aquellas provincias, y, estando ellos en Bogotá, llegó allí el Gobernador de Venezuela, de nacionalidad alemana, llamado Federman, el cual hacía más de un año que había andado descubriendo por muchas tierras con grandes trabajos. Se produjeron serias diferencias entre los dos capitanes sobre sus derechos, y ocurrió que, caminando Belalcázar por el valle de Neiva, tuvo aviso por medio de los indios sobre que había cerca de allí españoles que iban hacia él bajo el mando del capitán Hernando Pérez de Quesada, hermano del general Gonzalo Jiménez de Quesada, que había salido a descubrir por aquella parte. Tuvieron noticia los unos de los otros, y, cuando se vieron, mostraron todos grandísimo placer, aunque los españoles de Perú (los de Belalcázar) se quejaban de sí propios porque no habían andado con diligencia para ser ellos los primeros en dar con la riqueza de Bogotá. También se alegraron todos los que estaban en Bogotá al saber que era Belalcázar el que venía, porque tenía fama de buen capitán”. A pesar de ser hombre duro, el prestigio militar de Belalcázar (otro glorioso que no sabía ni firmar) era reconocido en todas partes e inspiraba respeto.

     (Imagen) Qué peligrosa casualidad. Van a encontrarse, casi a un tiempo, tres grandes conquistadores en un mismo lugar: Bogotá. Eran Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y el alemán Nicolás Federman. Sorprendentemente, no hubo conflicto, y se respetaron los derechos prioritarios de Quesada. Coincidieron porque sabían que allí había tierra sin descubrir, y fueron a buscarla desde tres sitios distintos: Belalcázar desde Quito, Quesada desde Santa Marta (Colombia), y Federman desde Venezuela. Quesada era lugarteniente de PEDRO FERNÁNDEZ DE LUGO, de quien  nos toca hablar ahora. Tuvo una vida extraña y apasionante. Nació el año 1475 en Sevilla. Su padre, Alonso Luis Fernandez de Lugo fue el conquistador de La Palma y Tenerife, y su primer gobernador. Al morir en 1525, le sucedió Pedro, su hijo, quien tuvo actuaciones muy censuradas, siendo por ello procesado varias veces. Sin embargo, fue un hombre querido y respetado. En 1535 hizo algo extraño. Quizá por ver detenerse en Canarias todas las expediciones que iban a las Indias, solicitó y consiguió del Rey ser nombrado Gobernador del territorio de Santa Marta, la ciudad colombiana fundada por Pedro de Heredia. Al parecer, esperaba ambiciosamente que desde allí pudiera extender su dominio hasta Perú. De hecho, logró su sueño encargándole la misión a Quesada, pero no llegó a disfrutarlo porque murió unos meses después, en 1539. En la imagen aparece parte del documento de la concesión que le dieron en 1535 para poder conquistar en la demarcación de Santa Marta, debiendo respetar los derechos de Pedro de Heredia (Cartagena) y los de los alemanes (Venezuela), y pudiendo llegar hasta el Mar del Sur (el Pacífico), “sin entrar en otras provincias que están encomendadas a otros gobernadores”.



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