(415) Es ahora cuando Cieza, con su
facilidad para narrar hechos importantes con pocas palabras, nos explica el
conflicto que he mencionado anteriormente: “En este tiempo vino a descubrir
gente de Santa Marta y de Venezuela, y, para claridad de lo que escribo y saber
por qué fue el capitán Belalcázar a España, conviene hacer algunas digresiones,
las más breves que yo pueda. El Emperador Don Carlos, nuestro Señor, nombró
Gobernador y Capitán General de Santa Marta, que está entre las gobernaciones
de Venezuela y Cartagena, al Adelantado D. Pedro de Lugo. Llegó desde Tenerife,
y su hijo D. Alonso de Lugo salió con otros capitanes a hacer entradas,
muriendo muchos de ellos por falta de experiencia. El viejo gobernador murió
pronto en Santa Marta, pero, antes de que ocurriera, había enviado una armada
de bergantines por el río arriba, siendo su capitán el licenciado Gonzalo
Jiménez de Quesada, natural de Granada”. Conviene aclarar que este personaje
merece ser tenido por uno de los cuatro más grandes de las Indias, junto a Cortés,
Pizarro y Valdivia, y, de todos ellos, con diferencia, el más culto y más
humano. A la conquista de este granadino se debe que el primer nombre de
Colombia, y permanente durante siglos, fuera el de Nuevo Reino de Granada.
La aventura de Quesada fue durísima y así
lo indica Cieza: “Después de haber pasado grandes trabajos y necesidades, llegó
a una de las más ricas provincias que se han descubierto en este nuevo imperio
de Indias, poblada de señores poderosos que tenían muchos y muy suntuosos templos
llenos de muchas riquezas, así oro como esmeraldas, todo dedicado y ofrecido al
diablo, de quien tenían muchas figuras que adoraban. Hay en aquella provincia
de Bogotá una laguna muy grande que, si Su Majestad mandase desaguarla, sacaría
harta cantidad de oro y esmeraldas que los indios antiguamente echaron en ella
(está relacionado con el mito de El
Dorado). Siendo los españoles de Santa Marta los primeros descubridores de
aquellas provincias, y, estando ellos en Bogotá, llegó allí el Gobernador de
Venezuela, de nacionalidad alemana, llamado Federman, el cual hacía más de un
año que había andado descubriendo por muchas tierras con grandes trabajos. Se
produjeron serias diferencias entre los dos capitanes sobre sus derechos, y
ocurrió que, caminando Belalcázar por el valle de Neiva, tuvo aviso por medio
de los indios sobre que había cerca de allí españoles que iban hacia él bajo el
mando del capitán Hernando Pérez de Quesada, hermano del general Gonzalo
Jiménez de Quesada, que había salido a descubrir por aquella parte. Tuvieron
noticia los unos de los otros, y, cuando se vieron, mostraron todos grandísimo placer,
aunque los españoles de Perú (los de
Belalcázar) se quejaban de sí propios porque no habían andado con
diligencia para ser ellos los primeros en dar con la riqueza de Bogotá. También
se alegraron todos los que estaban en Bogotá al saber que era Belalcázar el que
venía, porque tenía fama de buen capitán”. A pesar de ser hombre duro, el
prestigio militar de Belalcázar (otro glorioso que no sabía ni firmar) era reconocido
en todas partes e inspiraba respeto.
(Imagen) Qué peligrosa casualidad. Van a
encontrarse, casi a un tiempo, tres grandes conquistadores en un mismo lugar:
Bogotá. Eran Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y el alemán
Nicolás Federman. Sorprendentemente, no hubo conflicto, y se respetaron los
derechos prioritarios de Quesada. Coincidieron porque sabían que allí había
tierra sin descubrir, y fueron a buscarla desde tres sitios distintos:
Belalcázar desde Quito, Quesada desde Santa Marta (Colombia), y Federman desde
Venezuela. Quesada era lugarteniente de PEDRO FERNÁNDEZ DE LUGO, de quien nos toca hablar ahora. Tuvo una vida extraña
y apasionante. Nació el año 1475 en Sevilla. Su padre, Alonso Luis Fernandez de
Lugo fue el conquistador de La Palma y Tenerife, y su primer gobernador. Al
morir en 1525, le sucedió Pedro, su hijo, quien tuvo actuaciones muy
censuradas, siendo por ello procesado varias veces. Sin embargo, fue un hombre
querido y respetado. En 1535 hizo algo extraño. Quizá por ver detenerse en
Canarias todas las expediciones que iban a las Indias, solicitó y consiguió del
Rey ser nombrado Gobernador del territorio de Santa Marta, la ciudad colombiana
fundada por Pedro de Heredia. Al parecer, esperaba ambiciosamente que desde allí
pudiera extender su dominio hasta Perú. De hecho, logró su sueño encargándole
la misión a Quesada, pero no llegó a disfrutarlo porque murió unos meses
después, en 1539. En la imagen aparece parte del documento de la concesión que
le dieron en 1535 para poder conquistar en la demarcación de Santa Marta,
debiendo respetar los derechos de Pedro de Heredia (Cartagena) y los de los
alemanes (Venezuela), y pudiendo llegar hasta el Mar del Sur (el Pacífico),
“sin entrar en otras provincias que están encomendadas a otros gobernadores”.
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