jueves, 7 de marzo de 2019

(Día 772) En su marcha, los de Pizarro exhibían las banderas de la Corona. La altura de la montaña y la nieve les creaban muchas dificultades. Orgóñez cometió el error de no atacarles entonces. Los de Pizarro se retiran para reforzarse. Juan de Guzmán escapa de la prisión pizarrista.


     (362) En su persecución a Almagro, los de Pizarro hicieron alarde de que su causa era la que respetaba la autoridad del Rey: “Fueron siguiéndole llevando delante de sí las banderas; e para justificar más su causa y dar a entender que luchaba al servicio del Rey, traía en su ejército el Gobernador Pizarro el estandarte Real, en el cual venían esculpidas las armas Reales y el águila imperial del César, como  si por su mandato e voluntad se hicieran aquellas guerras. Iban a la ligera, sin llevar tiendas en las que guarecerse del frío y de la mucha nieve que caía. Sobrevínoles otro trabajo mayor, pues todos los más, con el viento tan recio que venía, se mareaban hasta provocarles vómito (probablemente se trataba del ‘soroche’ o mal de altura andino). Hubo tan recias tormentas de nieve, que fue gran ventura que no quedaran todos helados. Con gran razón se dice que no hay en el mundo guerra más cruel que la que se da entre los de una misma nación”
     Y, cosa rara en él, Orgóñez cometió un error. “El capitán Vasco de Guevara, Cristóbal de Sotelo y otros muchos decían que, puesto que ellos estaban descansados, había que volver contra los de Pizarro, y que les sería fácil desbaratarlos. Orgóñez les respondió, según dicen, que bien estaba él durmiendo a su placer, y otras cosas. Se tiene por cierto que fue la causa de que no fuesen desbaratados los de Pizarro, pues no hay duda de que los habrían vencido por venir los de Pizarro tan fatigados. Cuando partieron de allí, los de Almagro llegaron adonde estaba la gente de servicio (los indios que llevaban el fardaje), y se aposentaron en las tiendas que hallaron puestas”.
     La prueba de que Orgóñez cometió un error al no atacar, se muestra evidente por el hecho de que Pizarro y sus hombres, tras pasar agotados y cubiertos de nieve una noche de perros en un descampado por no llevar tiendas, y viendo que no habían podido alcanzar a Almagro, decidieron volver al valle de Ica para organizar su estrategia. Cieza comenta: “E ciertamente, si la noche que Pizarro durmió en aquel despoblado se tomara el consejo de Vasco de Guevara y Cristóbal de Sotelo, lo habrían desbaratado a él y a toda su gente sin mucho riesgo. Antes de volverse, Pizarro mandó al capitán Diego de Agüero que fuese con veinte de a caballo para ver lo que hacían los de Almagro. Yendo con su misión, fue visto por sus contrarios, y, al saberlo Orgóñez, mandó poner algunos hombres en una emboscada para poder prender a algunos de ellos.
Cuando Diego de Agüero y sus hombres tropezaron con los de la celada, fueron atacados, y resultaron presos Tomás Vázquez y Antonio de Orihuela. Los demás se retiraron, y, dando mucha prisa a sus caballos, alcanzaron al Gobernador Pizarro, que ya se iba; le pesó lo ocurrido, y bajaron al valle de Ica. Sucedió por entonces que Juan de Guzmán, que había quedado preso en Lima, se escapó de la prisión y fue a juntarse con Almagro”.
     (Imagen) ANTONIO DE ORIHUELA se mantuvo siempre fiel a Pizarro, y ahora vemos que lo acaban de apresar los hombres de Almagro. Pronto va a estallar la guerra de las Salinas, y, derrotado Almagro, Orihuela se incorporará de nuevo a las tropas pizarristas. Luego tendrá la suerte de volver a su tierra salmantina rico y heroico, y, tras disfrutarla, saldrá de nuevo para las Indias en 1540, como consta en el documento de la imagen, en el que el Rey le concede lo siguiente: “Doy licencia a vos el capitán Antonio de Orihuela para que de estos Nuestros Reinos podáis pasar a las Indias cuatro esclavos negros para servicio de vuestra persona y casa, yendo vos en persona a las dichas nuestras Indias, y no de otra manera, e habiendo primeramente pagado (por la licencia) dos ducados por cada uno de ellos”. Como ya dije, al llegar a las Indias, supo que Pizarro acababa de ser asesinado, insultó con valentía públicamente a los almagristas por su crimen, y lo mataron a él también. Rastreando en PARES, veo algunos datos más. Tenía otros dos hermanos en Perú. Él llegó en 1527 con uno de ellos, Alonso, y fueron registrados en el embarque como “naturales de Salamanca, hijos del bachiller Rodrigo de Orihuela y de Petronila de Cabezuela”. En 1557 se dio orden de que “se traigan a la Casa de la Contratación de Sevilla los bienes que reclaman la priora, monjas y Monasterio de Santa María Magdalena del Barco de Ávila, e Isabel de Orihuela y María de los Santos, monjas profesas en ese monasterio,  hermana y sobrina de Alonso, Antonio y Diego de Orihuela, difuntos en Perú, que habían mandado al monasterio 2.000 pesos (como dote de ellas) y nunca llegaron, para que se cobren de los bienes que de ellos quedaron”.



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