miércoles, 6 de marzo de 2019

(Día 771) En el primer encuentro, fue fácil para los de Pizarro hacer huir a sus contrarios. Cieza niega que Francisco de Chaves traicionara a Almagro, quien quedó muy deprimido por el incidente, pero, tras reforzarse en la sierra, recuperó el coraje a la espera del ataque.


     (361) Orgóñez contaba allí con doscientos cincuenta hombres. Y tuvo que decidir con sus capitanes qué hacer: “Les pareció algunas veces que sería cosa acertada volverse contra los enemigos, batallar con ellos y vencerlos o perder la vida. Pareciéndole a Orgóñez que más sería temeridad que acto de fortaleza, dijo a todos que se retirasen. Y los Pizarro subían con toda prisa muy contentos de ver qué cosa tan fácil les fue ganar el paso que tanto temían, diciendo que ya la fortuna de Almagro se había acabado, pues con tanto descuido y flojedad habían perdido un sitio tan fuerte”.
     Orgóñez le mandó a Almagro mensajeros para darle la mala noticia: “Al conocerla, fue grande la turbación que recibió, e pareciéndole que ya veía venir a Hernando Pizarro con su ejército, mandó a sus hombres que partiesen a toda prisa para juntarse con Orgóñez. Caminaron él y su gente toda la noche, haciendo muy grandísimo frío, y al otro día, a la hora del mediodía, se juntaron Almagro y Orgóñez con toda su gente, e hicieron alto”.
      Hay que precisar algo sobre un comentario de Cieza: “Se dijo entonces que el capitán Francisco de Chaves había tenido trato con los Pizarro para que pudiesen ganar el alto de Guaitara. Unos lo afirman por verdad, y otros lo niegan, y aun dicen sobre esto que, al tiempo en que D. Diego de Almagro el Mozo mató al Marqués Don Francisco Pizarro, le dijo Francisco de Chaves: ‘Ninguno me la hizo que no me la pagase, e una me hizo vuestro padre y bien me la pagó’. Lo que fue, yo no lo sé, pero lo que yo creo es que Francisco de Chaves no supo que los Pizarro llegaban, ni que se carteara con ellos, porque jamás hubo amistad entre ellos”. Ese ‘jamás’ tiene que referirse solo a aquellos tiempos, ya que después la amistad llegó a tal extremo que Chaves murió al lado de Pizarro cuando lo asesinaron, cosa que Cieza no podía desconocer.
     “Ganado el paso de Guaitara Alonso de Alvarado le dijo a Hernando Pizarro que deberían aguardar a que el Gobernador subiese a lo alto con el resto de la gente para oír su consejo, y le pareció bien. Al cabo de un tiempo llegó el Gobernador con su gente, y se alegró mucho de ver que sus capitanes habían ganado el alto sin derramar sangre. Luego se acordó por todos ellos seguir a Almagro. Según caminaban vieron venir a toda prisa a dos hombres, los cuales, pareciéndoles que no iban muy seguros con Almagro, lo abandonaron. Se llamaban Manjarres y Sancho de Reinosa, y dijeron que Almagro iba hacia el Cuzco. Al saberlo el Gobernador y sus capitanes, determinaron ir siguiéndolo porque creían que lo podrían desbaratar. El Adelantado Almagro y sus capitanes habían hecho alto en un despoblado, donde había gran cantidad de nieve, que no poca fatiga le daba porque ya era anciano y estaba enfermo de bubas (además de los achaques parecidos a los de Pizarro, se había contagiado de sífilis). Todos sus hombres estaban puestos a punto de guerra, con gran decisión, unánimes y conformes, no importándoles nada el frío e los crecidos cerros de nieves, entre las cuales estaban metidos. Aguardaron todo un día e una noche al enemigo para dar la batalla. Los alféreces tenían las banderas, y los caballeros más principales estaban siempre junto al Adelantado”.

     (Imagen). Pongo una imagen que está relacionada con la anterior porque hace referencia a alguien que había participado en el supuesto crimen del que acusaban a Pedro de Valdivia. Se trata de otro gran conquistador, JERÓNIMO DE ALDERETE, nacido en Olmedo (Valladolid) el año 1516. Les unía una vieja amistad porque habían luchado juntos en las guerras de Italia. Alderete se fue a la conquista de Chile con Pedro de Valdivia, quien decía quererle como a un hijo y decidió que, en caso de necesidad, le sucediera como gobernador. El año 1553 volvió a España trayendo oro para el Rey. Llegó poco después la noticia de la horrible muerte de Valdivia, y, cumpliendo los deseos del difunto, el Rey decidió nombrar en 1555 Gobernador de Chile a Jerónimo de Alderete, e incluso le concedió la dignidad de Caballero de Santiago. Todo ello es una prueba clara de que fue archivada la denuncia que puso contra Valdivia y Alderete la viuda María de León por robar y asesinar a Juan Pinel, su marido. En 1556, partió hacia Chile Jerónimo de Alderete saboreando su poder y sus dignidades. Llegó a Panamá. Volvió a embarcar en la costa del Pacífico, su barco naufragó a poca distancia, fue uno de los tres únicos supervivientes, alcanzó la pequeña isla de Taboga y murió abatido por las fiebres. En la carta de la imagen, los chilenos le piden al Rey que nombre con urgencia un nuevo gobernador, porque “se ha tenido noticia de que el gobernador Don Jerónimo de Alderete ha fallecido en la isla de Taboga el 7 de abril de 1556, a cuatro leguas de la ciudad de Panamá (y hay graves disputas entre quienes pretenden el cargo)”.



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