lunes, 31 de julio de 2017

(Día 447) Alegría por la vuelta de Bartolomé Ruiz con sus grandes noticias (se enteran también de que gobierna en Perú el emperador Huayna Cápac). Pero hay que seguir sufriendo: mueren 15 españoles.

     (37) Tras setenta días de viaje, arribaron de vuelta al río San Juan, donde estaban Pizarro y sus hombres. Fue grande la importancia de los descubrimientos geográficos, pero tuvo mucho mayor impacto en sus esperanzas las pruebas obtenidas de la existencia de pueblos ricos y evolucionados en la zona de Tumbes. Por si fuera poco, Bartolomé Ruiz y sus hombres también habían obtenido algo de información, por medio de los mercaderes apresados, sobre la existencia del fabuloso mundo de los incas, donde había mucho oro y plata, oyeron por primera hablar del Cuzco y  hasta tuvieron noticia del nombre de su emperador, HUAYNA CÁPAC (era el padre de Atahualpa). Lo que nadie sabía era que pronto iba a morir este personaje, para fortuna de los españoles porque, tras su fallecimiento, al Perú lo arrastró la espiral de una convulsa guerra civil entre sus herederos.
     Nos despedimos ya del ‘anónimo’ cronista, y retomamos a Cieza: “El capitán Pizarro recibió muy bien a Bartolomé Ruiz, holgándose con las nuevas de lo que había descubierto, y los indios que traía estaban firmes en lo que habían contado; fue alegría, para los españoles que con Pizarro estaban, verlos y oírlos”. Tras el chute de optimismo, hubo que volver al durísimo trabajo que les esperaba. Avanzaban por los ríos y bajaban a tierra: “Continuamente morían españoles y otros enfermaban; al pasar los ríos, los lagartos (caimanes) comieron a hartos de ellos. Los enfermos vivían muriendo; los que estaban sanos deseaban la muerte. Pizarro los esforzaba diciendo que, venido Almagro, irían todos a la tierra de la que hablaban los indios que prendieron”. Los habitantes de las riberas estaban en pie de guerra contra los españoles, que hacían salidas en canoas. Ocurrió que, yendo varias varias juntas, se adelantó una en la que iban “catorce cristianos con su caudillo, que había por nombre Varela, pero menguó el río y quedó en seco. Viéndolo los indios, muy alegres, bajaron por el río en más de treinta canoas pequeñas y, con la grita y alarido que suelen dar, los cercaron por todas partes y les tiraban flechas; la fortuna de los españoles fue infeliz, y no pudiendo resistir los tiros de los indios, fueron todos muertos. Como el agua creciese, pudieron las otras canoas de los españoles subir el río arriba y conocer el daño que los indios habían hecho; volvieron con la canoa y los cristianos muertos adonde habían dejado a Pizarro, y, al ver la desgracia sucedida, le pesó mucho”.
     Habíamos dejado a Almagro navegando hacia Panamá, donde encontró una importante novedad: Pedrarias ya no era gobernador. El rey había considerado dejarlo en segundo plano, consciente de sus tremendas arbitrariedades, nombrando para el cargo al cordobés PEDRO DE LOS RÍOS, de quien habrá que contar algo. No duró mucho en su puesto, siendo desplazado después a otros de menor importancia; lo cierto es que no se mostró muy competente en sus misiones, y resulta chocante que batallara más tarde en Perú bajo las órdenes de Pizarro cuando empezaron las guerras civiles. Residió un tiempo en El Cuzco y volvió a Córdoba en 1548, muriendo un año después. Y, para vida aventurera, la de PEDRO DE CANDÍA, un griego experto artillero con el que llegó acompañado el gobernador a Panamá y que tendrá un gran protagonismo al lado de Pizarro, hasta el punto de ser unos de los 13 de la fama. Pero ya le seguiremos la pista.


     (Imagen) Mientras Pizarro lloraba la muerte de sus 15 compañeros, su determinación iba a seguir intacta hasta someter el imperio inca. Pero dejó muchas herida abiertas en aquellas tierras. Esta escultura, réplica de la que existe en la plaza mayor de su natal Trujillo, fue inaugurada (como se ve en la imagen) delante de la catedral de Lima el 18 de enero de1935. Pero ‘todo es según el color del cristal con que se mira’, y levantó ampollas entre un sector de la población. De nada sirvió que se tratara del fundador de la ciudad. Se convirtió en un problema al que nunca encontraron una solución airosa. Tras ser retirada el año 2003 a los almacenes del ayuntamiento, ha terminado en un parque público de tercer orden, donde, según algunos disconformes, ‘la estatua ha perdido no solo su densidad histórica, sino también el aura de poder que tenía en la plaza central de la ciudad’. Ni contigo ni sin ti.


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