miércoles, 12 de julio de 2017

(Día 431) Balboa entra en las aguas del Pacífico y, solemnemente, toma posesión de aquel inmenso mar y de todo su litoral. PIZARRO ESTABA PRESENTE.

    (21) Pero había que llegar hasta la playa y palpar aquellas aguas casi sagradas. Tras larga caminata, arribaron, marcaron con sus huellas la arena del litoral, y VASCO NÚÑEZ DE BALBOA siguió andando hasta que el agua le llegó por encima de las rodillas, y, con una ingenua, orgullosa y exagerada prepotencia, empuñando la bandera y la cruz, le dijo al escribano que le acompañaba, Andrés de Valderrábano (escribano-soldado, por supuesto), que dejara constancia escrita de que tomaba posesión, en nombre de los reyes de Castilla, Juana y su padre, Fernando, de aquel inmenso mar  y de todo su litoral. Un mar que durante mucho tiempo fue conocido como la Mar del Sur, aunque estaba al oeste, pero con cierta lógica porque la costa del descubrimiento tiene esa orientación geográfica. Lo de Balboa, cuando mojó su pie en aquellas aguas inacabables, intuidas pero desconocidas, fue, como lo de la luna, ‘un solo paso para un hombre, pero un salto gigantesco para la Humanidad’. Y conviene precisar que Castilla y Las Indias fueron heredadas por la reina Juana, la llamada loca (evidentemente desequilibrada y prácticamente incapacitada), porque el matrimonio de sus padres, los Reyes Católicos, fue, diríamos hoy, en régimen de separación de bienes. Cuando Juana murió (año 1555), toda España y el imperio adquirieron legalmente la definitiva unidad bajo un solo monarca, su nieto Felipe II.
    El escribano Andrés de Valderrábano (que, como veremos, murió seis años después ejecutado junto a su capitán, Balboa) nos da dos veces un dato precioso para el tema central de nuestra historia. Primeramente, en el acta de toma de posesión del Pacífico, porque escribe la lista de 26 testigos escogidos (la tropa era más numerosa). Encabeza la relación el nombre del capitán, Vasco Núñez de Balboa, e, inmediatamente (tomen nota otra vez sus mercedes), figura el de FRANCISCO PIZARRO exhibiendo la jerarquía alcanzada. Algún tiempo después, Valderrábano redactó otro documento que tenía solamente como objeto hacer saber quiénes fueron todos los afortunados que vivieron la experiencia del magnífico descubrimiento. Cita primero a Balboa, después al capellán, Andrés de Vera, y, en tercer lugar, a Francisco Pizarro. No hace falta más para tener la certeza de que ese Pizarro siempre callado y difícil de detectar no paró ni un momento de aumentar su fama, con hechos, en el tormentoso círculo de los hombres de guerra. El más famoso de Indias fue entonces Vasco Núñez de Balboa, y, su hombre de máxima confianza, su lugarteniente, el analfabeto Francisco Pizarro, estando ya los dos muy zurrados en batallas y bien entrados en la treintena.
    Pero la diosa Fortuna es voluble y escoge a algunos para llevarlos a la cúspide y dejarlos caer después. Ya antes de que Balboa alcanzara la gloria, en la Corte, desde distintos frentes, le iban arruinando miserablemente el prestigio. Martín Fernández de Enciso no perdió ninguna oportunidad de poner al rey en su contra. Los amigos de Diego Colón también le acusaban de que iba descubriendo por la jurisdicción heredada de su padre, Cristóbal. Y, lo que es peor, el todopoderoso obispo Fonseca, jefe supremo del Consejo de Indias y mano derecha del rey Fernando en estos asuntos, empezó a maniobrar para quitarle toda autoridad.


     (Imagen) Aunque los cálculos geográficos  no eran perfectos  cuando los españoles llegaron al Nuevo Mundo, se tuvo  pronto la esperanza de que, puesto que la Tierra parecía ser una esfera, siguiendo hacia el oeste se pudiera navegar hasta los mares de Asia. Los reyes españoles tuvieron verdadera obsesión por encontrar un paso en el territorio de las Indias hacia aquellas aguas y poder así, por una ruta nueva, competir con los portugueses en el comercio de las especias. Era una teoría que un hombre de guerra, Vasco Núñez de Balboa, demostró ser cierta, con la sorpresa añadida de que nadie imaginaba la inmensidad de aquel mar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario