lunes, 30 de enero de 2023

(1941) El capitán Martín Gómez murió herido porque sus hombres huyeron, y porque el capitán Tamaris no quiso ir en su auxilio. Los indios empezaron a atacar en el río Magdalena, donde ya habían muerto españoles.

 

     (1541) Los siete soldados que se salvaron huyendo (lo cual le costó la vida al Capitán Martín Gómez, y, probablemente, a ellos también de no hacerlo) se dirigían hacia su campamento, y se encontraron con el Capitán Tamaris, el cual iba precisamente con diez soldados a reforzar al grupo de Martín Gómez. Los que huían le contaron que Martín Gómez había quedado atrás, solo y malherido. La reacción de Tamaris fue sospechosa, y el cronista lo critica duramente, porque, sin saber si ya lo habían matado a Martín Gómez, lo dio por hecho. Algunos de sus hombres manifestaron que no era cosa cierta y que sería una vergüenza no intentar salvarlo: “Pero Tamaris, como hombre vil y cobarde, decidió ir a la ciudad de Vélez, para reforzarse e ir a castigar a estos indios, con lo cual venció a los de contrario parecer”. Pero, antes que él y sus hombres, llegaron a Vélez algunos indios amigos que dieron cuenta  a las autoridades del triste final de Martín Gómez, y apresaron a su llegada a Tamaris y los suyos para juzgarlos. Se queja el cronista de que, utilizando influencias, lograron quedar libres de acusaciones, a pesar de haber sido auténticos desertores. Por su parte, los indios enemigos estaban exultantes por la victoria conseguida: “Para celebrarlo, se juntaron todas las tribus de aquella zona, siendo presididos los indios por el Cacique Itupeque y el Cacique Pipatón, ejecutores de este éxito. Lo celebraron con extraordinarios juegos, bailes y la bebida de chicha (generalmente hecha con maíz), que los enajena de su juicio”. Las celebraciones produjeron además una ampliación de sus zonas de ataque: “En estas fiestas, que duraron muchos días, los indios tomaron la decisión de luchar abiertamente en el gran río Magdalena, cosa que hasta entonces no la hacían”. El cronista nos cuenta que, ya anteriormente, hubo en estos ríos varias tragedias: “La primera desgracia fue el año 1574, pues ocurrió que los indios mataron a un mercader llamado Gonzalo del Castillo, y le robaron la mayor parte de sus mercancías. El año siguiente hubo otra mayor, pues los indios carares mataron a dos religiosos de nuestra Orden. Iban creciendo de tal suerte los daños, que fue forzoso enviar a soldados con el vasco Martín de Olarte Olavarrieta para castigarlos (vivía aún con unos 90 años en 1612, como se dice en la imagen). Después el Capitán Jerónimo Pérez fue a la isla en que habitaban los indios, atraído por la creencia de que en ella había mucho oro, y lo mataron. El año 1592 el Capitán Don Bernardino Vargas Machuca, que entró a la misma isla, prendió a algunos de los indios salteadores, y los colgó en las riberas del Río Magdalena, con lo que, por algún tiempo, dejaron de atacar”.




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