(1517) El objetivo era, pues, castigar al
rebelde indio Yuldama por la traición que había hecho a los españoles. El
trabajo se lo encomendó Gonzalo Jiménez de Quesada al Cabo Juan Esteban, quien
ya sabía dónde se encontraba el indio, y para allá partió con solo 14 hombres:
“Llegaron adonde los indios, que estaban durmiendo, y se despertaron al sentir
que los españoles habían dado fuego a sus casas. Salió de la suya Yuldama,
quien, dejando en la cama a la mestiza, tomó sus armas. Enseguida topó con Juan
Esteban, y le atacó tan valerosamente, que, con golpes de macana, le hizo
pedazos la rodela, y lo mismo habría hecho con su cuerpo si, con destreza y
gallardos bríos, no se pusiera Juan Esteban debajo de los brazos del Yuldama y
le metiera por la tetilla izquierda la espada. Con ello, Yuldama cayó muerto,
pero dando antes tan terrible grito, que los demás indios comprendieron lo
sucedido a su cacique y huyeron desesperados, dejando a los españoles sus
casas, mujeres e hijos, así como un buen botín de oro y prisioneros”. Muchos de
los juristas enviados a las Indias
tuvieron cargos del máximo nivel social, especialmente ejerciendo como
gobernadores interinos por ausencia o fallecimiento de los titulares. Ese era
el caso del Licenciado FRANCISCO BRICEÑO, quien, como sabemos, ejercía entonces
el cargo de Gobernador Interino del Nuevo Reino de Granada. Había nacido en
Corral de Almaguer (Toledo) el año 1500. Se graduó como jurista, al igual que
su padre. En 1546, Sebastián de Belalcázar había ejecutado injustamente al Mariscal
Jorge Robledo, y su mujer, María de Carvajal, denunció el caso, cuyo
enjuiciamiento se le confió a Briceño, y para ello se presentó en las Indias el
año 1550. Da la casualidad de que María de Carvajal se volvió a casar, quedó
nuevamente viuda y contrajo luego matrimonio con Francisco Briceño, aunque
después de dictar la sentencia con resultado de pena de muerte para Belalcázar
por la ejecución de Robledo. El condenado se disponía a presentar en España una
apelación, pero murió en 1551 sin iniciar el viaje marítimo. Por su parte,
Briceño, al destituir a Belalcázar de su puesto de Gobernador de Popayán, ocupó
el cargo, y, más tarde, tuvo varios
traslados, todos para funciones de la máxima importancia. Fue nombrado Gobernador de Guatemala en 1563, y, llegado (por segunda vez) a Santa
Fe de Bogotá, le vemos ahora como Gobernador Interino del Nuevo Reino de
Granada, sustituyendo a Andrés Díaz Venero de Leyva, y seguirá en el puesto
hasta el 13 de diciembre de 1575, día en el que murió repentinamente en la
ciudad de Santa Fe de Bogotá.
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