martes, 3 de enero de 2023

(1918) Unos indios que fingieron querer la paz, traicionaron a los españoles, matando, entre otros, a Jerónimo de Mendoza, sobrino de Gonzalo Jiménez de Quesada. Quien se ocupó de someter a los indios fue Gaspar de Rodas.

 

     (1518) Haber acabado con el traidor Yuldama, y conseguido que sus indios huyeran despavoridos, le dio ánimos al anciano Gonzalo Jiménez de Quesada para preparar otro ataque, y le confió la misión a un sobrino suyo al mando de treinta soldados experimentados. El tal sobrino tenía como apellido Mendoza, y lo veremos de inmediato en acción. De él sólo he podido obtener unos datos complementarios. Su nombre completo era Jerónimo Hurtado de Mendoza, quien morirá enseguida, y, de ese triste final, compuso en su honor una breve elegía poética un amigo suyo. Cuando ya iba a partir Mendoza con sus hombres, se presentaron los indios vencidos en Guartia con fingidos deseos de paz. Gonzalo Jiménez de Quesada  y sus capitanes disimularon su desconfianza, y, mientas esto ocurrió, partió Mendoza con los suyos para enfrentarse a otros indios, aunque cometió el error de llevar como ayuda a un grupo de los nativos de Guartia que se decían arrepentidos. Los españoles  llegaron a la ribera del río Guarinó: “Allí se detuvieron todos para dormir en la cumbre de una loma, pero, con las primeras sombras de la noche, desaparecieron los indios de Guartia, quedando los de la tropa con sospechas de sus malas intenciones. Y sucedió que, no tardando mucho, volvieron de repente contra los españoles unos cuatro mil indios con una furia de leones. Aunque los nuestros les hicieron frente con la misma bravura y dieron muerte a muchos, no les fue posible a la mayoría evitar la suya, muriendo también los capitanes Jerónimo Hurtado de Mendoza y Antonio de Herrera, llamado el Bravo Español. Algunos pudieron salvarse y contar en el campamento lo que había pasado. Fue muy triste para todos el lastimoso suceso, y en especial para Gonzalo Jiménez de Quesada, el cual, reaccionando con mayores bríos para el castigo de estos atrevimientos, continuó saliendo contra los indios, hasta que al fin pudo pacificar aquellas tierras. Sin embargo, los indios volvieron a crear problemas, incluso poniendo a los españoles en mayores peligros. Fue necesario armar a más gente para terminar con los ataques de los indios, poniéndose al frente de las tropas GASPAR DE RODAS, Gobernador de la zona de Antioquia (sin acento), y consiguió su pacificación hasta el día de hoy, quedando ahora pocos indios. La población de Santa Águeda, fundada, como vimos, por el Adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada, solo duró los años que sus habitantes necesitaron para sacar el oro de sus minas, y después la abandonaron, trasladándose de allí 86 vecinos a vivir en la ciudad de Mariquita”. En la imagen vemos la firma del gobernador Gaspar de Rodas.




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