jueves, 26 de enero de 2023

(1938) Un joven y valiente indio se quedó con el nombre de Escárrega porque así se apellidaba un español al que casi mató. Los bravos y crueles indios acosaron durante 4 años a las poblaciones españolas, principalmente a Vélez.

 

     (1538) El joven muchacho indio llegó a ser el gran líder Escárrega, y el cronista dice que “fue uno de los más valerosos indios que hubo, hallándose por espacio de más de veinte años en los mayores asaltos que se hicieron junto al Río Magdalena y en la provincia de Vélez, con muchas muertes de españoles, negros e indios amigos, y arruinó, además, gran cantidad de  haciendas y mercaderías”. Escapado el joven indio, los cuatro españoles huyeron heridos y temiendo que todo el territorio indígena estuviera contra ellos: “Para mayores oportunidades de salvación, algunos se separaron. Gregorio Delgado murió a los pocos días, y Juan de Escárrega, que se hallaba atravesado por tan penetrante herida, no desfalleció, sino que, con ánimo y valor prosiguió su viaje, sin armas y con escasa comida durante los 15 días  que tardó en volver al campamento. Andrés Arias y Diego de Zea, regresaron donde dejaron a Escárrega, y, al ver muertos a los indios, pensaron que les había sucedido lo mismo a sus compañeros”. En el trayecto hasta su llegada al campamento, vieron indios por todas partes, porque Pipatón, al saber que se había descubierto su traición, se escapó con sus indios antes de que se enterara el Capitán Benito Franco. Cada vez estaba más claro que los indios, unidos en diversas tribus, iban acorralando a los españoles, los cuales veían cómo se estaba complicando su situación. El Capitán Benito Franco, a pesar de su valentía, comprendió que era necesario salir de aquel territorio, y decidió volverse a la población que había fundado, la llamada Ciudad Franca de León, para, desde allí, reforzarse contra los indios. Pero tuvo la fatalidad de romperse una pierna al caer de su caballo, por lo que sus planes quedaron suspendidos durante dos años, y no hubo más remedio que abandonar también ese lugar. Los ya mencionados grandes líderes de los indios no desaprovecharon la oportunidad de arreciar sus ataques contra los españoles de forma organizada y en diferentes frentes: “Viendo los indios que los españoles no eran capaces de enfrentárseles, no se conformaban con las muertes y robos que hacían en pueblos pequeños, sino que atacaron a los de Chipatá y Guabatá, a menos de una legua de la ciudad de Vélez, matando con extraordinarias crueldades, sin perdonar siquiera a los niños que colgaban de los pechos de sus madres. La ciudad del Nuevo Reino de Granada a la que en mayores angustias han puesto los indios, ha sido esta de Vélez (actualmente con 20.000 habitantes), porque la han atacado por todos los lados sin cesar y a sus anchas los indios circunvecinos, durante cuatro años, desde 1589”.




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