miércoles, 18 de enero de 2023

(1931) El cronista habla de diversas epidemias. Luego cuenta que los indios mataron al capitán Pedro Daza (criollo nacido en Tunja) por haber abofeteado a un cacique.

 

     (1531) Añade algo interesante el cronista Fray Pedro Simón acerca del daño que hacían las epidemias: “La enfermedad de viruelas ataca a toda suerte de gente, y llamo la atención sobre esto porque suele haber en estas tierras enfermedades que solo las padecen los indios, otras, solo los negros, otras, afectan solo a los españoles criollos, como sucedió el año 1617 con el sarampión, del que murieron más de la quinta parte de los indígenas, algunos criollos, y ninguno de los nacidos en España. Siendo yo aquel año Guardián del convento de Santa Fe, cayeron enfermos de sarampión en dos días 22 religiosos, todos mancebos criollos, y, aunque estaban sirviéndoles otros nacidos en España, a ninguno se le pegó. Ha habido otras enfermedades en estas tierras, como la sarna, y algunas más que han traído los españoles, pero ninguna ha producido tantos estragos como las mencionadas”. Dicho lo cual, Fray Pedro vuelve a conectar con la narración de los hechos protagonizados por los españoles, y nos cuenta otro asunto lamentable: “En septiembre de 1588, habiendo tomado el Capitán Pedro Daza, natural de Tunja (o sea criollo), un acuerdo con el Gobernador de la ciudad de La Grita, Don Francisco de Cáceres, para pacificar ciertas provincias de indios, pobló entre ellos una ciudad a la que llamó Santiago de las Atalayas (de lo cual ya hablamos anteriormente, pero el cronista añade una tragedia), a pocas leguas de la de Tunja, y estando Pedro Daza en ella gobernándola, en febrero del año 1591,  lo mataron los indios, debido, según se dijo, a un bofetón que le dio a un cacique principal, porque defendía a una muchachuela, hija suya, que Daza quería llevar a su casa como lavandera para su mujer. Quedó tan afrentado el cacique, que rebeló contra los españoles a todos los indios de aquella provincia. Primeramente, se propuso matar al que le había agraviado, para lo cual, juntando consigo otros cuatro de sus parientes, se emboscaron entre los árboles de una quebradilla. No tardó en salir Pedro Daza solo y descuidado, de manera que pudieron embestirle tan inopinada y furiosamente los cinco indios, que lo atravesaron con más de veintisiete flechas, y, con unos tres macanazos, quedó allí muerto.  Luego los indios incendiaron la ciudad, de donde ya habían huido los españoles, los cuales dieron aviso a la ciudad de Tunja, desde donde se envió  a Don Alonso Carrillo para castigar a los indios. Habiéndolo hecho con los  más culpables, se volvió para reedificar la ciudad. A la cual fueron los vecinos de otra, llamada Medina de las Torres, abandonándola tras ser fundada por el mismo Capitán Pedro Daza”.




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