(1529) Los oidores de la Real Audiencia,
recibida la desesperada petición de ayuda del Gobernador Berrio contra los
indios, le enviaron a Fulgencio de Meneses con 40 hombres para solucionar el
problema. Yendo de camino, se encontró con otros 40 que habían salido huyendo
del campamento del Gobernador, y Fulgencio los obligó a retornar. Sumando ya algo
más de 80 soldados, porque alistaron a otros en la población de Chita
(actualmente con 10.000 habitantes), continuaron la marcha en medio de enormes
dificultades: “Por fin hallaron al Gobernador junto al río Casanare, pero con muy
pocos hombres y enfermos, estando él tan decidido a marcharse de allí hacia
Chita, que le resultó imposible a Fulgencio de Meneses convencerlo de que
cambiara de idea. El Gobernador Berrio dio orden de partir echando la culpa a
los soldados de haber estropeado la campaña, y estando además muy irritado con
el Capitán Gonzalo de Pino Ludeña porque había huido, hasta el punto de que
puso después contra él una demanda criminal ante la Real Audiencia. Pasados algunos
años, decidió el Gobernador Berrio encabezar otra campaña, y, descendiendo por
las márgenes del gran río Orinoco, fundó en sus orillas, a 30 leguas de su
desembocadura, la ciudad de Santo Tomé de Guayana y, la de San José de Oruño,
en la Isla de Trinidad”. Resulta asombroso que anduvieran tan lejos, ya que
Santo Tomé, hoy convertida en la importante Ciudad Bolívar (cuenta con 400.000
habitantes), está en Venezuela, a 1.600 km de Bogotá, y la isla de Trinidad, en la costa atlántica.
Según el cronista Fray Pedro Simón, lo que les movió a tan larga aventura fue,
una vez más, el mito de El Dorado, pues se decía que el gran cacique de aquella
zona celebraba los sacrificios rituales revestido completamente de oro. Por
otra parte, es bien sabido que las epidemias hicieron estragos entre los
nativos de Las Indias, pero ahora el cronista nos lo va a mostrar con toda la
crudeza: “Fue este año de 1588 uno de los más desgraciados de los que tienen
noticia los nativos en estas tierras y el peor que han conocido los españoles
desde que entraron en ellas, por la llegada de una enfermedad de viruelas
universal para toda suerte de gentes, naturales y españoles (llama la
atención que estos no tuvieran inmunidad), que había comenzado en la ciudad
de Mariquita, simplemente porque una negra que llegó infectada, trayéndola de
Guinea, no fue detectada para no dejarla entrar. Y así, se infectó todo el
Nuevo Reino de Granada ,y pasó a Perú, a
Chile y a la parte del Norte llegando hasta Caracas, de manera que destruyó, tanto
a naturales como a españoles, a más de la tercera parte de la gente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario