(1533) El cronista Fray Pedro Simón hace
referencia a la extraordinaria labor que hizo, sometiendo, tras 15 años de
lucha (1605-1615), a los indios pijaos, DON JUAN DE BORJA Y ARMENDIA, quien,
entre otros muchos cargos, tuvo el de Presidente de la Real Audiencia de Santa
Fe de Bogotá y Capitán General de todo el Nuevo Reino de Granada. Había nacido
en Gandía (Valencia) el año 1564, siendo hijo natural (legitimado) de Fernando
de Borja y Aragón, y, a su vez, nieto de San Francisco de Borja, el tercer
Padre General de los Jesuitas. Morirá en Santa Fe el mes de febrero de 1628,
siendo enterrado en la Catedral. Fray Pedro Simón nos cuenta: “La derrota de
los pijaos terminó con sus grandes robos, asesinatos e incendios de pueblos, y
Don Juan de Borja dejó aquellas extensas tierras vacías de aquellos salvajes
tan carniceros y enemigos de españoles, para que se pudiera ir a ellas y descubrir,
si, como se decía, eran ricas en oro, plata y azogue (mercurio para la
extracción del oro y la plata). Los vecinos de Santa Fe le pidieron después
al Presidente Don Juan de Borja que encargase ir al descubrimiento de esas
minas al Capitán Diego de Ospina, ya que era la persona más apropiada para
ello, por su experiencia en conquistas y haber descubierto las minas de oro de
Los Remedios. El Presidente Don Juan de Borja le concedió el permiso para
dirigir la expedición, y, tras descubrir nuevas minas de gran riqueza, fundó
una ciudad, a la que le puso el nombre de La Concepción, para explotarlas
satisfactoriamente. Luego él le pidió a Don Juan de Borja que lo nombrara
Gobernador de dicha ciudad, se lo concedió, en nombre del Rey, el día 8 de
febrero de 1614, y allí sigue Diego de Ospina gozando de las minas”. Después
cambia de tema Fray Pedro Simón y se centra en otros incidentes complicados.
Nos recuerda que, cuando se despobló la ciudad de León, se quedó en el lugar Juan
Vizcaíno con algunos criados indios y españoles. Uno de estos se llamaba Alonso
Romero, quien, a su vez, tenía un criado
indio que lucía el nombre de Montesinos. El cronista nos dice que muchos indios
amigos de los españoles tomaban sus apellidos, como Maldonado, Campos,
Escarregas y otros. Montesinos era un cacique importante de los indios
yariguíes, y estaba en la zona también un nativo llamado Suamacá, que destacó
por su valentía y destreza en el manejo de las armas. Una de su hijas, a la que
se conocía como Doña Francisca, era de belleza tan extraordinaria, que Beto, el
cacique de los guamacaes, se enamoró perdidamente de ella. Y todo se complicará
dramáticamente.
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