viernes, 20 de enero de 2023

(1933) Don Juan de Borja, nieto de San Francisco de Borja, hizo una gran labor pacificando a los indos pijaos. También acertó enviando a buscar minas de oro a Diego de Ospina, quien, de paso, fundó a ciudad de La Concepción.

 

     (1533) El cronista Fray Pedro Simón hace referencia a la extraordinaria labor que hizo, sometiendo, tras 15 años de lucha (1605-1615), a los indios pijaos, DON JUAN DE BORJA Y ARMENDIA, quien, entre otros muchos cargos, tuvo el de Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá y Capitán General de todo el Nuevo Reino de Granada. Había nacido en Gandía (Valencia) el año 1564, siendo hijo natural (legitimado) de Fernando de Borja y Aragón, y, a su vez, nieto de San Francisco de Borja, el tercer Padre General de los Jesuitas. Morirá en Santa Fe el mes de febrero de 1628, siendo enterrado en la Catedral. Fray Pedro Simón nos cuenta: “La derrota de los pijaos terminó con sus grandes robos, asesinatos e incendios de pueblos, y Don Juan de Borja dejó aquellas extensas tierras vacías de aquellos salvajes tan carniceros y enemigos de españoles, para que se pudiera ir a ellas y descubrir, si, como se decía, eran ricas en oro, plata y azogue (mercurio para la extracción del oro y la plata). Los vecinos de Santa Fe le pidieron después al Presidente Don Juan de Borja que encargase ir al descubrimiento de esas minas al Capitán Diego de Ospina, ya que era la persona más apropiada para ello, por su experiencia en conquistas y haber descubierto las minas de oro de Los Remedios. El Presidente Don Juan de Borja le concedió el permiso para dirigir la expedición, y, tras descubrir nuevas minas de gran riqueza, fundó una ciudad, a la que le puso el nombre de La Concepción, para explotarlas satisfactoriamente. Luego él le pidió a Don Juan de Borja que lo nombrara Gobernador de dicha ciudad, se lo concedió, en nombre del Rey, el día 8 de febrero de 1614, y allí sigue Diego de Ospina gozando de las minas”. Después cambia de tema Fray Pedro Simón y se centra en otros incidentes complicados. Nos recuerda que, cuando se despobló la ciudad de León, se quedó en el lugar Juan Vizcaíno con algunos criados indios y españoles. Uno de estos se llamaba Alonso Romero, quien, a su  vez, tenía un criado indio que lucía el nombre de Montesinos. El cronista nos dice que muchos indios amigos de los españoles tomaban sus apellidos, como Maldonado, Campos, Escarregas y otros. Montesinos era un cacique importante de los indios yariguíes, y estaba en la zona también un nativo llamado Suamacá, que destacó por su valentía y destreza en el manejo de las armas. Una de su hijas, a la que se conocía como Doña Francisca, era de belleza tan extraordinaria, que Beto, el cacique de los guamacaes, se enamoró perdidamente de ella. Y todo se complicará dramáticamente.




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