viernes, 11 de noviembre de 2022

(1877) El joven pero muy decidido Pedro de Ursúa, en cuanto llegó a Santa Fe, fue bien recibido como Gobernador Interino, pero tuvo que encarcelar a partidarios del anterior Gobernador, ya fallecido, Antonio de Lugo.

 

     (1477) Aunque el capitán Pedroso llegó en solitario y antes que los demás a Santa Fe de Bogotá, donde todavía andaba Lope de Montalvo con sus preparativos para ponerse en marcha hacia el Amazonas, no quiso satisfacer la curiosidad que sentían los vecinos por su presencia. Tenía el encargo de apresar a Lope de Montalvo, aunque siempre habían sido amigos, y prefirió mantenerse en silencio para no crear inquietud hasta que llegara Pedro de Ursúa, el cual, por fin, entró en la ciudad de Santa Fe de Bogotá el 18 de mayo del año 1545, fiesta de La Ascensión. Era la hora en que había gente por las calles, y, entre los paseantes, se encontraban los dos alcaldes de la ciudad, los capitanes Gonzalo Garito de Zorro y  Luis Lanchero, el cual tenía estrecha relación con Lope de Montalvo, y era persona muy fiel a sus amigos, capaz de arriesgar su vida por ellos. Pedro de Ursúa ya había tenido referencias de estas características suyas, y quiso controlarlo cuanto antes, aunque su recelo era exagerado, ya que, en las cosas de importancia, Lanchero era un hombre muy leal al servicio del Rey. Y dice fray Pedro Simón: “Ursúa y los suyos entraron a la iglesia para hacer oración (quizá por la festividad), y, al salir, hablando Ursúa con los dos alcaldes, Luis Lanchero le dijo: ‘Mande Vuestra Señoría algo en que yo le sirva’. Entonces Ursúa, disimuladamente, le quitó la vara de alcalde que llevaba en la mano, cosa que admiró a todos, y Lanchero le dijo: ‘Me confunde no saber por qué me quita la vara en público y sin motivo’. Ursúa le respondió que enseguida conocería las razones”. Luego fue la gente al Cabildo, y allí, tras un intercambio de opiniones, le reconocieron a Pedro de Ursúa autoridad suficiente para tomar ese tipo de decisiones. Incluso les dijo palabras convincentes para que comprendieran que, a pesar de su juventud, tenía capacidad para gobernar en nombre del Rey. Y añade el cronista: “Salieron todos después de la sala del Cabildo agradeciéndole sus palabras, y muy esperanzados de que llegaran buenos tiempos. Le acompañaron hasta su posada, que era la casa del Capitán Fernán Vanegas, donde se hospedó aquella noche. El día siguiente, dio orden de apresar al Teniente Interino Lope Montalvo de Lugo y a Luis Lanchero, poniendo guardias en diferentes partes. Tenía preparando una casa Montalvo de Lugo para su morada, buena pero de paja, por no haberse aún comenzado en este tiempo a labrar teja por falta de oficiales. Sin estar estrenada, se trasladó allí Pedro de Ursúa. Luego ocurrió que surgieron conflictos entre ambas partes, lo que provocó gran inquietud en toda la ciudad, por estar enfrentados  el juez recién venido (Pedro de Ursúa) y el que estaba antes (Lope Montalvo de Lugo)”. Lo que quiere decir que había quedado sin resolver el conflicto entre ambos, dado que sus partidarios volvieron a enfrentarse, como veremos.




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