miércoles, 9 de noviembre de 2022

(1876) Con solo 19 años, el excepcional PEDRO DE URSÚA empezó a ejercer como Gobernador Interino del Nuevo Reino de Granada, y pronto tuvo que parar los pies a algunos partidarios del huido gobernador Alonso de Lugo.

 

     (1476) No acababa de digerir el Licenciado Miguel Díaz de Armendáriz las peticiones que le hacían de que le confiara a su joven sobrino Pedro de Ursúa (nacido en Arizcun-Navarra, tenía 19 años) el poder de gobernar, aunque con carácter interino, todo el territorio del Nuevo Reino de Ganada, donde ya se habían establecido cuatro poblaciones nuevas. Pero sus acompañantes no dejaban de darle la carga para que lo hiciera, y pesaron especialmente los ruegos del Capitán Gonzalo Suárez de Rendón, fundador de la ciudad de Tunja, milagrosamente recuperado de la tremenda sacudida del rayo que mató a los Quesada, así como del acoso que, como vimos, le había hecho el Gobernador Alonso de Lugo, que fracasó en su intento de llevárselo preso a España. Por fin, el Licenciado Armendáriz cedió, con gran alegría del ‘mozo’ y de todos los que insistían en su nombramiento. El Licenciado Armendáriz tenía autoridad concedida por el Rey para distribuir cargos, y, ya convencido, redactó el documento que le daba a su sobrino la máxima autoridad en aquella gobernación. Resuelto el problema, se pusieron todos en marcha, y para variar, pudieron llegar sin incidentes hasta la ciudad de Vélez. Allí presentó Ursúa sus poderes a los del cabildo y al Teniente de la población, Jerónimo Aguayo, que no puso inconvenientes. Siempre con prisa, llegaron más tarde a Tunja, y allí la alegría fue muy grande por ver sano y salvo a su fundador, Gonzalo Suárez, ya que les dejó muy preocupados que Alonso de Lugo se lo hubiese llevado a la fuerza y de malas maneras. Y añade fray Pedro Simón: “Recibieron a Pedro de Ursúa con esperanzas de verse por su mano desagraviados los que estaban descontentos, si bien no faltaban los pareceres contrarios de aquellos que fueron partidarios de Don Antonio de Lugo”. El próximo destino, la ciudad de Santa Fe de Bogotá, tenía su riesgo, ya que allí residía Lope Montalvo de Lugo, a quien le había adjudicado el cargo de gobernador interino del Nuevo Reino de Ganada el huido, y fallecido, Don Alonso de Lugo, pariente suyo. Pedro de Ursúa, ya de camino hacia Santa Fe, se enteró, además, de que Lope Montalvo estaba preparando una campaña en busca de El Dorado, intento en el que ya había fracasado yendo en compañía de Hernán Pérez de Quesada (e, incluso, anteriormente, Gonzalo Pizarro). Era un motivo más para que Pedro de Ursúa fuera duro con él, ya que aspiraba también a hacer realidad ese sueño imposible (en el que morirá a manos de Lope de Aguirre). Aunque el capitán Francisco Núñez de Pedroso iba con Ursúa, se adelantó para llegar a a Santa Fe antes de que Lope Montalvo saliera a su aventura, y los que iban con Ursúa también le metían prisa con la intención de procesar a Montalvo y a todos los que habían recibido del fallecido gobernador Alonso de Lugo cargos relevantes.




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