viernes, 23 de septiembre de 2022

(1836) Era seguro que, al abandonado puerto de Buenos Aires, iría más gente desde España. Domingo de Irala les dejó en algún árbol claras explicaciones sobre su situación y consejos para llegar vivos a Asunción.

 

     (1436) (Informe 1º-3 Domingo de Irala) Terminemos el primer informe de Domingo de Irala: “Los mejores lugares que hay en la zona de Buenos Aires para que la gente esté más segura, son el puerto de San Gabriel o un río situado a tres leguas que se llama San Juan. También es buen lugar la isla de Martín García (un español de los primeros que llegaron descubriendo aquellas tierras, y que murió allí en 1516). De todo esto, podrán ver lo que mejor les pareciera para seguridad de las naos y de la gente. Si estableciesen un poblado, tendrán que cercarlo con una empalizada para que no puedan quemarlo los enemigos y no se los coman los tigres (jaguares), que hay muchos”. Después Domingo  de Irala detalla una serie de consejos para que los futuros recién venidos comprendan de qué manera podrán establecerse cómodamente y con seguridad. Les habla de la siembra de maíz, trigo y hortalizas, de los tiempos apropiados para llevarla a cabo y de las tierras que son mejores. Para los que, llegados a Buenos Aires, no se decidan a trasladarse a Asunción, les indica la fecha en la que arribará un navío con el que podrán volver a España. Y continúa diciendo:   “Rogamos  a cualquier cristiano que viere este escrito que, si no se hallare en tiempo apropiado para hacer las cosas que hemos dicho, y decidiera regresar a España o ir a otra parte de las Indias, que deje esta carta como la hallare para que, si otro viniere después, nos pueda encontrar. Y, asimismo, le pedimos a quien vuelva a España que lleve consigo copia de este documento para que pueda informar  a Su Majestad sobre cómo estamos, con el fin de que nos mande algún navío con las cosas necesarias en esta tierra. En las islas de San Gabriel hallarán una casa de tabla donde han quedado quinientas fanegas de maíz  y frijoles de Su Majestad, que se deberán dar a los oficiales del Rey si llegasen, y, de no ser así, se podrán destinar al mantenimiento de la gente. Asimismo,  si el navío que llegare no trajera tablazón para hacer bergantines, subiendo por la la ribera del río hallarán madera que podrán cortar en las islas, pero con mucho cuidado, porque los indios de esa parte, hasta ahora, no se han mostrado como enemigos ni amigos, ya que no hemos comerciado con ellos. Además, andan también por la costa los chanas y guaraníes, que son enemigos, y harán todo el daño que pudiesen aunque se comercie con ellos, porque es su costumbre. Han quedado en una isla de las de San Gabriel un puerco y una puerca para criar. No los maten, y, si hubiese ya muchos, tomen los que necesiten, dejando siempre algunos para casta, y, según vengan hacia Asunción, echen en la isla de Martín García un puerco y una puerca, y en las demás que les pareciesen apropiadas, para que hagan casta. (Final de primer informe).

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