jueves, 4 de agosto de 2022

(1793) El nuevo Gobernador Interino de Chile, Pedro Porter Casanate, fue un hombre de extraordinarias cualidades, intelectuales, marineras y militares. Chile era un lugar imposible, pero él hizo su trabajo (hasta morir) de forma muy brillante.

 

     (1393) En este punto, comenzamos el tomo quinto de la Historia General de Chile escrita por Diego Barros. Lo que hemos visto hasta ahora ha estado impregnado por un hecho recurrente: las constantes batallas contra los mapuches. Mi intención es continuar en el tema de Chile  hasta que veamos  que el panorama va a cambiar de tono. Creo que será pronto cuando nos encontremos que, aunque el problema mapuche continuará sin solucionarse del todo, el proceso histórico quedará en una situación más normal. Entonces cambiaré de tercio y nos trasladaremos a otro escenario histórico de las Indias que aún no hayamos tocado, quizá el de la aventura de los españoles en Colombia.

     Sigamos, pues, la ruta que llevamos. Dice Diego Barros: “El nuevo Gobernador que acababa de llegar a Chile, don Pedro Porter Casanate era un hombre de mérito sobresaliente, que se había conquistado con largos servicios un nombre distinguido. Nacido en Zaragoza hacia 1612, hizo en su juventud buenos estudios de náutica, y servía en la Escuadra Real desde 1627, primero en la guerra de Francia y después en las Antillas, hasta obtener en 1634 el título de capitán de mar. En medio de las campañas militares, había continuado sus estudios científicos y preparado diversos escritos sobre navegación. Uno de ellos, publicado en Zaragoza el mismo año de 1634 con el título de ‘Reparo a errores de la navegación española’, le ha granjeado la reputación de marino ilustrado. ‘Basta la lectura de esta obra, dice un escritor muy competente, don Martín Fernández de Navarrete (murió en Madrid el año 1844, fue multifacético y uno de los más grandes historiadores), para formar un concepto ventajoso de la sólida instrucción y juicioso discernimiento de su autor, aun en los primeros años de su carrera marítima’. El año 1635, Porter Casanate se hallaba en México, y allí solicitó permiso del Virrey, marqués de Cadercite, para ir a hacer descubrimientos en la costa de California, mal explorada hasta entonces. Autorizado en septiembre de 1636 para hacer este viaje, recibió después la orden de desistir de esta empresa. Creyó el Virrey, dice una antigua relación, que ‘con los descubrimientos que iba a hacer se abriría una puerta por la que los enemigos entrasen a invadir aquellos mares; y, por esa razón, le mandó suspendiese el viaje hasta saber la voluntad del Rey’. Este contratiempo no desalentó a Porter Casanate. Con el objetivo de obtener el permiso del Rey, fue a España el año siguiente. En el puerto de La Habana fue apresado por los piratas holandeses el buque en que viajaba Porter Casanate, al cual lo tuvieron retenido en Curasao durante algunos meses. Restituido a su libertad. y dejado en el puerto de Cartagena, pudo llegar a España en los galeones que conducían anualmente los tesoros de las Indias. Mientras se tramitaba su solicitud en la Corte, el Rey acordó enviar a Chile un militar de resolución y de experiencia que viniera a encargarse del mando superior. Su elección, como ya contamos, recayó en el almirante Porter Casanate, al que se le nombró asimismo Caballero de la Orden de Santiago. En efecto, con fecha 30 de octubre de 1655 expidió en su favor el título de gobernador y capitán general interino del reino de Chile, y dispuso la organización de un cuerpo de tropas para que fuera bajo sus órdenes, con un buen socorro de armas y de municiones”.

 

     (Imagen) El historiador Diego Barros nos ha comenzado a hablar de PEDRO PORTER CASANATE, el nuevo Gobernador de Chile, pero convendrá ampliar datos sobre este extraordinario personaje, y ponerlos en orden. Nació en Zaragoza el año 1611. Teniendo sólo dieciséis, participó en batallas marítimas. Su primera actuación se produjo luchando contra los hugonotes franceses, que andaban pirateando por las costas españolas. Dos años después, ya se encontraba en las Antillas peleando también contra piratas, esa vez ingleses, y obteniendo en tiempo récord la graduación de alférez. Pasados dos años, y por sus méritos en aguas americanas, fue ascendido a capitán con mando en un navío. Su firme vocación marinera y su inteligencia le permitieron pronto atreverse a criticar errores de navegación frecuentes en aquellos tiempos, y publicó en 1634 un libro centrado en ese tema, al que le puso el título de “Reparo a errores de la navegación española”. Se fijó entonces en un asunto que le llegó a obsesionar. Las costas de California no eran bien conocidas, y Pedro Porter se apasionó con la idea de organizar una expedición para resolver el enigma de si se trataba de una isla o de una península. Para conseguir la licencia, se trasladó a España, y, aunque se lo concedieron, el Rey la anuló por considerar que ese descubrimiento podía facilitar a los piratas sus andanzas por aquellos mares. A base de insistir, Porter logró el permiso definitivo el año 1643, pero, durante la larga espera, había batallado varias veces contra las naves francesas, tanto en Fuenterrabía como en Tarragona y Barcelona. Vuelto a las Indias, hizo los preparativos para cumplir  su sueño californiano, aunque con serias dificultades. Tuvo que contratar mucho personal para construir las naves, surgieron conflictos laborales, en los que sus hombres incendiaron el astillero, intervino la justicia y fueron ejecutados los rebeldes. La expedición duró cuatro años, con importantes logros, pero sin poderse confirmar si California era o no era una isla. En 1651 dio por  finalizada su aventura, sin duda por el cansancio de no lograr su objetivo principal a pesar del gran esfuerzo y de cuantiosos gastos, aunque, como compensación, descubrió importantes pesquerías de perlas. A su vuelta hizo, para el Rey, un largo informe oficial del viaje, y otro que, por ser  para un amigo suyo, tenía un carácter mucho más personal y aventurero. Los dos quedan recogidos en el libro que muestra la imagen. En un nuevo giro de su vida, y gracias a su prestigio, se le nombró Almirante del Mar del Sur (el Pacífico) y, poco después, en 1656, el virrey de Perú le dio el cargo de Gobernador de Chile, ejerciéndolo hasta morir en Concepción el año 1662. Diego Barros nos contará este período de PEDRO PORTER CASANATE, un hombre inteligente, luchador y muy culto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario