martes, 18 de enero de 2022

(1622) Con gran protagonismo de Lorenzo Bernal de Marcado, a quien tenían pánico los mapuches, los españoles lograron una nueva victoria importante. Otro gran capitán fue Luis Álvarez de Toledo.

 

     (1222) Ya ha quedado claro, tanto por parte del presente cronista, Mariño, como del anterior, Marmolejo, que el capitán Lorenzo Bernal de Mercado era un militar muy duro, nada sentimental, pero de una valía extraordinaria, como lo pone ahora de relieve Mariño: "No fue pequeña la turbación que causó en los indios araucanos ver que venían por diversas partes dos ejércitos de españoles para juntarse en uno.  El que venía de Santiago estaba bajo el mando del propio gobernador Rodrigo de Quiroga, con quinientos hombres, y en el otro llegaba con ciento treinta el mariscal Gamboa, su yerno. Imitando a los nuestros, los indios juntaron gran cantidad de gente y fabricaron una fuerte en un lugar llamado Gualqui, cerca de Concepción. Mientras andaban ellos en esta obra, llegaron los dos ejércitos de españoles a Quinel, que está a ocho leguas de la ciudad de Concepción, y allí se asentaron en un solo campamento para acabar de una vez con las cosas de la guerra. Viendo el gobernador que tenía tan a mano gran suma de enemigos, quiso comenzar la lucha con ellos, y, para tal fin, llamó a Lorenzo Bernal de Mercado, queriendo aprovecharse de su valor, habilidad y fuerzas, algo tan notorio en todo el reino de Chile, especialmente en el tiempo que el mismo Quiroga tuvo la gobernación por nombramiento del licenciado Castro. Acudió Bernal a este mandato con gran presteza, y con buen número de soldados escogidos de todo el ejército, con los cuales puso cerco a la fortaleza de Gualqui Allí estaba ya gran suma de indios con las armas en la mano, pero Bernal acometió con tanta gallardía, que con solo ver su persona, comenzaron a temblar los indios, de suerte que, desamparando el fuerte, fueron huyendo casi sin ver por dónde, hasta dar en el caudaloso río Biobío, adonde se abalanzaron. Creían estar más seguros en medio de su caudal que en el de la cólera de los españoles, pero se ahogaron muchos, y otros quedaron alanceados o apresados, todo ello  en gran cantidad".

     Como era lógico, también los españoles se sentían eufóricos tras una victoria, y con ganas de repetir suerte. El gobernador Rodrigo de Quiroga se dedicó de inmediato a preparar a conciencia sus tropas para seguir pacificando a los indios rebeldes. El cronista da el nombre de bastantes de sus hombres a los que le dio puestos de mando: "Queriendo ya ponerse en marcha, distribuyó los oficios del campamento entre las personas más aptas para ello, nombrando coronel al mariscal Martín Ruiz de Gamboa, su yerno, maestre de campo al general Lorenzo Bernal de Mercado y alférez general a don Antonio de Quiroga Losada. Los capitanes eran Gaspar de la Barrera, Tomás Pastén, Antonio de Avendaño, Gregorio Sánchez, Gaspar Verdugo, Francisco Jufré, Campo Frío de Carbajal y Alonso Ortiz de Zúñiga, siendo sargento Juan Martínez Palomeque, y, finalmente, como capitán de artillería, Blasco Zabala. Con esta disposición pasaron el río Biobío por la parte que cae hacia Talcamavida, donde es su anchura de media legua, y luego entraron en Arauco donde asentaron tranquilamente su campamento, con propósito de invernar allí para tener a raya a los enemigos". Así como los españoles estaban sobrados de moral, los indios pasaban por una racha de decaimiento, se diría que hasta escarmentados por el castigo recibido. Pero, como siempre, volverán a las andadas fingiendo desear la paz.

 

     (Imagen) Hemos visto recientemente  que el gobernador Rodrigo de Quiroga, sabiendo que Hernando Bravo de Villalba quería abandonar su puesto de Corregidor de la ciudad de Valdivia, se lo adjudicó a Luis de Toledo. En realidad era LUIS ÁLVAREZ  DE TOLEDO, ilustre linaje que algunos creían no corresponderle, pero se equivocaban. Luis había nacido en Sevilla el año 1517. Ha dicho de él el cronista que "era uno de los veteranos de Perú". Llegó a aquellas tierras  hacia el año 1534 con el capitán Diego de Fuenmayor, compartiendo ambos las tormentosas guerras civiles, y, en principio, apoyando a los almagristas. Pero, muerto ya Diego de Almagro, Luis Álvarez de Toledo se unió a la loca aventura de Pedro de Valdivia, quien, obtenido el permiso de Francisco Pizarro, y solamente con once suicidas, a los que hay que añadir la incomparable Inés Suárez, su amante, partió hacia Chile el año 1540 superando enormes dificultades, siendo la primera la travesía del durísimo desierto de Atacama. Hay algunos datos confusos acerca de Luis, porque hubo otro al que se le mencionaba como Don Luis de Toledo, pero nos despeja las dudas un expediente de méritos que él presentó el año 1560. Con esos datos y algunos adicionales, sabemos, entre otras cosas, lo siguiente: En 1541, poco después de haber llegado con Valdivia a Chile, estuvo presente en la   fundación de la ciudad de Santiago. Volvió con Valdivia a Perú en 1547, donde lucharon contra el rebelde Gonzalo Pizarro, quien resultó vencido y decapitado. Poco después se casó allí con Isabel Mejía Navarrete. En 1550, vueltos a Chile, fundaron Concepción, donde ejerció Luis el cargo de Regidor Perpetuo, así como en La Serena. Tuvieron que ser muy valorados sus servicios, porque fue recompensado con numerosas e importantes encomiendas de indios por todos los gobernadores. Hubo alguien que quiso quitarle una de ellas afirmando que Luis no descendía de los Álvarez de Toledo, pero él demostró que la alegación era falsa. Además de ejercer brillantemente como militar, se le confiaron cargos públicos de prestigio y responsabilidad, como el de Depositario de los  Bienes de Difuntos, cuya documentación se tramitaba con gran meticulosidad. En la imagen vemos la primera página de una reclamación que hizo Luis el año 1561, "como uno de los primeros descubridores y conquistadores de Chile", porque le querían anular una encomienda de indios que le había concedido el gobernador García Hurtado de Mendoza por sus servicios. LUIS ÁLVAREZ DE TOLEDO falleció en Chillán (Chile) el año 1580, ciudad recién fundada por Martín Ruiz de Gamboa.




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