lunes, 13 de diciembre de 2021

(1591) El virrey suplente, Lope García de Castro, le envió a Jerónimo de Costilla con refuerzos para Chile, y con la delicada misión de destituir al gobernador Pedro de Villagra si lo consideraba necesario.

 

     (1181) Ya contamos que el virrey de Perú Don Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde Nieva, fue asesinado el año 1564, y que se decía que el autor lo hizo por encargo del marido de su amante. Lo sustituyó en el puesto, pero de forma interina, el licenciado Lope García de Castro, de quien también dijimos entre otras cosas que se desentendió del asunto, y que no quiso limpiar la memoria del gran capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, sospechoso de coquetear con los rebeldes, de lo cual se  quejaba su hijo,  el cronista Inca Garcilaso. A ambos virreyes los menciona Marmolejo: "En el tiempo en que estas cosas pasaban, el licenciado Castro, gobernador del Perú por muerte del conde de Nieva, su predecesor, bien informado de cuán falto de gente estaba el reino Chile, y la guerra constante que había, mandó preparar doscientos hombres de guerra. Estos soldados, entre los cuales había algunos caballeros y hombres nobles, los encomendó al capitán Jerónimo de Costilla, vecino de la ciudad del Cuzco en el Perú, y con provisión secreta le encargó que, llegado al reino de Chile, se informase del gobierno que traía Pedro de Villagra, y que, si le hallase bien querido, le entregase toda la gente que llevaba, y, si no fuese así, que se la entregase al general Rodrigo de Quiroga. Con esta orden, despachó el licenciado Castro al capitán Costilla del puerto Lima. Dijeron algunos, que en el viaje iban, que el licenciado Castro, para que cumpliera su misión, le dio el título de gobernador en blanco".

     El  encargo que tenía Jerónimo de Costilla era muy delicado, ya que se trataba de recoger datos sobre el comportamiento de Pedro de Villagra como gobernador, sin duda porque al virrey le habrían llegado informaciones preocupantes, y, además, se iba a presentar en Chile con poderes para destituirlo: "Salió a la vela en dos navíos grandes; en uno iba su persona, y en el otro un caballero de Burgos llamado Diego Barona. Llegó a la ciudad de La Serena. Y después fue a Valparaíso, que es donde descargan los navíos que llegan del Perú. En la ciudad de La Serena había preguntado qué tal gobernaba Pedro de Villagra, y le dijeron no le querían en la ciudad de Santiago ni en las demás del reino. En Valparaíso, las personas que le pudieron informar, le dijeron lo mismo. Estas noticias lo inclinaron a entregar los soldados al general Rodrigo de Quiroga, que era muy querido en Chile, y siempre lo fue, por tener de ordinario grandes virtudes este nobilísimo hombre. Pedro de Villagra, cuando supo que había desembarcado, le escribió dándole el parabién de su venida, y que le hiciese saber la gente que traía, para quién la traía o con qué intención venía. El capitán Costilla respondió que traía la gente para dársela, como a gobernador del rey; con esto se tranquilizó algo, aunque con sospecha, porque Costilla permanecía en el puerto sin venir a la ciudad, y sabía Pedro de Villagra que se comunicaba con el general Rodrigo de Quiroga y con Martín Ruiz de Gamboa". Es curioso el silencio de Marmolejo. Más de una vez ha censurado a Pedro de Valdivia por haber vivido amancebado, pero sin mencionar el nombre de la mujer, que era la extraordinaria Inés Suárez. Acabamos de ver que ahora ensalza con sincero entusiasmo las virtudes de Rodrigo de Quiroga, quien se convirtió en marido de Inés Suárez cuando Pedro de la Gasca le obligó a Valdivia a traer de España a su mujer y a casar a Inés con alguien, que resultó ser Rodrigo porque era muy amigo de Valdivia.

 

     (Imagen) Jerónimo de Costilla llegó a Chile con una tropa de refuerzo por orden del licenciado Castro, virrey en funciones de Perú, e igualmente para saber cómo desempeñaba Pedro de Villagra su cargo de gobernador, y decidió destituirlo, para lo cual tenía poderes suficientes. El conflicto pudo haber sido sangriento, dada la terquedad de Villagra, que estaba muy escamado con la visita, por lo cual envió al puerto gente para pedirle a Jerónimo de Costilla que enseñase los poderes oficiales que tenía: "El capitán Costilla respondió que no había necesidad de aquellas exigencias, y que, llegado a Santiago, donde Pedro de Villagra estaba, le entregaría los soldados. Entretanto, el general Rodrigo de Quiroga, con algunos amigos suyos, permaneció en su casa, y algunos le dijeron a Pedro de Villagra que habían visto llevarle armas y arcabuces. Al oírlo, Pedro de Villagra salió con treinta hombres a la plaza, fue a la casa del general Rodrigo de Quiroga, y mandó que le dijesen que estaba allí, pero los que dentro estaban no le quisieron responder. Pedro de Villagra quiso entrar, se lo impidieron, y hubo palabras entre los soldados de una y otra parte. Villagra mandó que le trajesen dos barriles de pólvora para derribar la casa, pero no llegó a hacerlo, porque era un hombre indeciso. Mandó asimismo que le trajesen el estandarte de la ciudad, al que todos los vecinos están obligados a acudir. Lo tenía un regidor y no se lo quiso dar. Villagra pensó repicar la campana, pero sus amigos le dijeron que no procedía utilizar la fuerza, y que, además, contaba con menos hombres que el capitán Costilla. Por estas razones, Pedro de Villagra lo dejó de hacer, pidió un caballo, y, con algunos amigos, se fue a ver con Costilla a dos leguas de la ciudad. Allí se recibieron bien mutuamente, y, tras algunas palabras amigables, le dijo el capitán Costilla que, llegado a la ciudad de Santiago, sabría lo que el licenciado Castro mandaba. Pedro de Villagra se volvió, y, cuando el capitán Costilla llegó a la plaza, juntado el cabildo, presentó un papel en el que venía nombrado gobernador del reino de Chile el general Rodrigo de Quiroga". Resuelto el enigma, se encenderá de nuevo el conflicto, pero de otra manera, porque, como veremos, unos y otros se van a enredar en discusiones acerca de la legitimidad de esa orden. Aquellos hombres eran testarudos en las guerras sin cuartel y en las batallas jurídicas. La imagen (con letra demasiado pequeña) muestra un relato, del año 1565, que hace referencia a que, finalmente, Costilla apresó a Villagra (como veremos).




No hay comentarios:

Publicar un comentario