(838) Vasco Godínez seguía maniobrando
extrañamente: "Envió seis arcabuceros para que no dejasen a nadie ir a Potosí contándole a
Egas de Guzmán lo que había sucedido. Mandó prender a tres soldados muy amigos suyos
(de Godínez), y que les dieran
garrote antes de que amaneciese, porque eran sabedores de sus traiciones,
trampas y marañas. Al amanecer llamó a Juan Ortiz de Zárate, Pedro Hernández
Paniagua, Antonio Álvarez y Martín Monje, y les habló muy encarecidamente del
peligro en que se había puesto por matar al tirano, y del beneficio que les
había hecho a ellos y a toda la ciudad. Les pedía, en agradecimiento por todos
esos servicios, que lo eligiesen Justicia Mayor de aquella ciudad, y Capitán
General para la guerra, pues Egas de Guzmán estaba poderoso y con mucha gente
en Potosí. A lo cual respondieron los vecinos que ellos no tenían autoridad
para hacer aquellas elecciones, y que temían ser castigados si las hiciesen.
Mas Juan Ortiz de Zárate, viendo que las habían de hacer, quisieran o no, dijo
que, si el licenciado Gómez Hernández, que era letrado, diese su conformidad,
ellos lo harían de muy buena gana. El letrado dijo que sí lo podían hacer, y
mucho más que les pidiese, pues los servicios de Vasco Godínez lo merecían
todo. Luego llamaron a un escribano, y ante él le hicieron los nombramiento a
Vasco Godínez, y, además, por petición suya, le adjudicaron la riquísima
encomienda de indios del general Pedro
de Hinojosa. Digno galardón de las dos famosas traiciones que este hombre
urdió, tejió y ejecutó".
La
chapuza era inmensa, pero Vasco Godínez, un criminal nato, se imaginó que el
tinglado que estaba montando iba a
transformarse por arte de magia en una entidad político-militar absolutamente
legal, a la que el riguroso emperador Carlos V le daría todas sus bendiciones.
Era como una estructura de cartón piedra, con apariencia de conversión a la
lealtad a la Corona, pero dirigida por un grupo de matarifes, más siniestros
que el difunto Francisco de Carvajal, quien, al menos, tenía sentido del humor:
"Se pregonó que todos obedeciesen a Vasco Godínez como general, y a
Baltasar Velázquez como maestre de campo. Se ordenó que seis soldados
prendiesen a Don García Tello y los que con él venían de su fracasado intento
de matar al mariscal Alonso de Alvarado. Baltasar Velázquez, para asegurarse el
oficio de maestre de campo, mandó arrastrar y hacer cuartos a dos soldados
famosos que venían de Potosí con despachos de Egas de Guzmán para Don Sebastián
de Castilla. Mandó también dar garrote a otro soldado que se llamaba Francisco
de Villalobos, y que se cortasen las manos a dos soldados, pero, por
intercesión de los demás, permitió que
solo les cortasen una. Todo esto lo hizo el maestre de campo en un tiempo de
cuatro horas tras su elección".
Al día siguiente, volvieron por allí (al
parecer, se habían enterado del cambiazo de bando de Vasco Godínez) varios que
habían huido para salvar la piel, entre ellos, cuatro capitanes importantes:
Martín de Robles, Pablo de Meneses, Diego de Almendras y Diego Velázquez. Al
saberlo Vasco Godínez, le envió a Juan Ortiz de Zárate adonde ellos para que
también reconocieran los nuevos cargos que tenía, y hablasen a los del cabildo
para que los confirmaran oficialmente.
(Imagen) Vamos a desenredar una serie de
confusiones acerca del capitán MARTÍN MONJE BERMÚDEZ. Acabamos de ver que era
uno de los que Vasco Godínez no mató porque había decidido pasarse al bando del
Rey. He visto en PARES un expediente de los méritos de Martín, el cual aclara
su segundo apellido y echa por tierra datos que se le atribuyen. Lo presentó el
año 1598 su hijo, Pedro Álvarez Holguín, a su vez nieto del histórico
conquistador del mismo nombre. Era natural de Palos de la Frontera (Huelva), y
no vasco, como algunos dicen. Tampoco es cierto que naciera el año 1530, sino, probablemente,
en 1508, pues el documento dice que luchó junto a Diego de Almagro cuando los
indios cercaron la ciudad del Cuzco, lo cual ocurrió el año 1537. Su hijo dice
que abandonó a Gonzalo Pizarro cuando él y los vecinos de la Plata, capitaneados
por Diego Centeno, mataron a Francisco de Almendras (octubre de 1545), pero
oculta que volvió a estar bajo las órdenes de Gonzalo. Deja en blanco un largo
período de tiempo, y habla de sus servicios a Pedro de la Gasca en la batalla
de Jaquijaguana, luchando Martín Monje como capitán de caballería contra
Gonzalo Pizarro. Luego comenta (sobre la rebeldía que ahora estamos viendo) que
"Martín Monje apresó a Vasco Godínez (ver imagen), se lo entregó al
mariscal Alonso de Alvarado, y lo ejecutaron". También luchó contra el
último rebelde, Francisco Hernández Girón. La fecha de una carta escrita el día
23 de noviembre de 1546 por MARTÍN MONJE
a Gonzalo Pizarro demuestra que volvió a ponerse a su servicio (quizá forzado) después
de la muerte de Francisco de Almendras. En su escrito, Martín le dice: "En
cuando a lo que vuestra señoría manda, lo cumpliré como si fuera mi padre. Estuve
por ahorcar a Velázquez, criado de vuestra señoría, porque tuvo escondido a
Manjarrés, con tanta amistad que este le dejó dinero en su testamento. Lo sé
porque al dicho Manjarrés lo prendimos, se confesó, hizo testamento, y yo le
corté la cabeza. Prendimos a cuatro de los de Centeno (con quien se alió
para matar al gonzalista Francisco de Almendras). A dos de ellos los
desterré a Chile. Al herrero de Nazca, por haber hecho clavos para unos de los
de Centeno, le di cien azotes". MARTÍN MONJE, desde que se pasó,
tardíamente, al bando de Pedro de la Gasca, mantuvo siempre su fidelidad a la
Corona, y murió el año 1573.
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